Otra de las gracias que Dios
me ha dado, fue poder visitar Lisieux. Cuando era joven había leído la
autobiografía de Santa Teresita “Historia de un alma” y quedé realmente
impactado por la sencillez de ella y me enseñó que se puede alcanzar la
santidad haciendo lo cotidiano, pero por amor a Dios.
Ella nunca tuvo gestos
sobrenaturales, ni visiones, ni nada que se le parezca, solamente amó a Cristo
y se convirtió en su pequeña niña, su flor predilecta del jardín de Dios. Sin
salir del convento, es la protectora, Junto a San Francisco Javier, de los
misioneros y las misiones. Supo soportar con humildad, paciencia y caridad los
defectos de sus otras hermanas.
El Señor le da una prueba muy grande, su
enfermedad, la tuberculosis. La vive crucificada junto a Cristo en la cruz y
siendo aún muy joven (24 años) vuela a la casa del Padre, el 30 de septiembre
del año 1897. En fin, podría estar horas hablando de ella.
Lo cierto es que con
mis 55 años, reviví algunos relatos de “Historia de un alma”, su amada casa de
los Buissonnets, donde dicho por ella misma, fue tan feliz y es en ese lugar,
que descubre su futura entrega a Dios por medio del Carmelo.
Vive contenta
junto a su padre y hermanas, en esa casa la Virgen de la Sonrisa es su aliada,
ya que la adopta como madre, una vez que muere su mamá. Ver sus objetos, su
casa, el lugar donde le pide permiso a su padre para hacerse carmelita, su
jardín, sus juguetes, realmente emociona.
El Papa Pio XI la canonizó el 17 de
mayo de 1925 y San Juan Pablo II la declara Doctora de la Iglesia en el año
1997.
En Lisieux también está la
Basílica dedicada a ella, hermosa. Podemos ver reliquias de ella, de San Juan
Pablo II y en la cripta, la urna que contiene los restos de sus santos padres: Marie
Zelia Guerin y Louis Martin.
Fueron canonizados el 18 de octubre de 2015 y su
fiesta se celebra el 12 de julio, fecha en que contrajeron matrimonio. Fue el
segundo matrimonio que alcanza el honor de los altares, los primeros fueron
Luigi y Maria Beltrame Quattrocchi, beatificados por San Juan Pablo II en el
año 2001.
Otro lugar interesante es el
Carmelo de Lisieux, ahí reposan sus restos y los de sus hermanas de sangre y de
congregación. Hay una imagen de Santa Teresita en una urna y debajo de ella sus
restos.
Cuenta también con un museo en el que se pueden ver sus objetos
personales y repasar su historia en forma muy clara y didáctica.
Le agradezco a Dios este
regalo y lo comparto con todos ustedes.
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