Este mes de agosto lo
voy a dedicar a los DOMINICOS, ya que el día 8 es la festividad de Santo
Domingo de Guzmán, cuya imagen ya se está preparando en el taller y una vez
lista se las enseñaré a hacer. Como voy a hacer en octubre (que se lo dedicaré
a los FRANCISCANOS), comparto con ustedes algunos textos que he leído antes de
comenzar a hacer la imagen del santo. Les cuento también que estos datos son
válidos para imágenes de otros dominicos/as que quisiéramos realizar: San
Martín de Porres, Santa Rosa de Lima (que ya está publicada) y Santa Catalina,
Santo Tomás de Aquino y tantos otros que engrosaron las filas de la santidad en
esta Orden de Predicadores.
SÍMBOLOS QUE ACOMPAÑAN A SANTO DOMINGO
Dentro
de los símbolos pertenecientes a la persona de Santo Domingo de Guzmán, tenemos:
la aureola y el nimbo alrededor de a la cabeza del santo, que significa su santidad. Desde su nacimiento, se le han atribuido numerosas
imágenes y símbolos como por ejemplo: la luna, la estrella, luz, estrella de la mañana,
estrella vespertina, estrella en el bautismo y estrella fulgurante.
La
figura del cachorro
de perro que vio su madre en sueños, antes de concebirle y después de
llevarlo en su vientre, portaba una antorcha encendida en su boca, en ademán de
incendiar al mundo. Son signos y símbolos que, según los historiadores, estaban
en consonancia con el modo de ser y pensar de sus contemporáneos.
Respecto
a los atributos iconográficos y genéricos hay que decir que son permanentes al
contrario de los anteriores, son símbolos aplicados al santo que aparecen y
desaparecen. No son atributos constantes y no le definen iconográficamente. Son
el lirio, la cruz hastial y el modo arquitectónico de la Iglesia.
En
un tercer grupo se encuentran los símbolos universales referidos a todos los
santos. Transferibles a todos, sin distinción; en sus raíces existe una
iconografía pagana. El tipo de atributo universal y clásico, es el nimbo o
disco radial en torno a la cabeza. De origen greco-romano, símbolo solar y
divino con significación honorífica.
El nimbo, como atributo de santidad, aparece en
todas las representaciones primitivas de Santo Domingo. Tiene forma circular,
es dorado, generalmente opaco, aunque a veces es transparente. Su color es de
oro.
La aureola de Santo Domingo, aparece en todas las
variedades descritas. Su primera aparición es como disco de oro.
El libro
constituye uno de los atributos universales más antiguo y difundido que se
aplica a Santo Domingo, se presenta como un manuscrito cuadrado.
El lirio es un atributo universal aplicado a
diversos santos. Nace posterior a la estrella y al libro. Antes de ser símbolo,
era un motivo argumental. Por su belleza adquirió celebridad. Simbólicamente
representa la pureza. El ángel que anuncia a la Virgen María la Buena Nueva,
lleva en la mano el tallo del lirio, como símbolo de la virtud de la pureza,
flor característica de la Virgen.
La flor de lis es una variedad estilística derivada
del lirio, pero distinta. Forma parte del emblema de la realeza y también fue
parte de la heráldica familiar de Santo Domingo.
El rosario es personal y propio. Constituye el
último de los atributos que se le asignan a Santo Domingo. Su tipificación
iconográfica depende del momento histórico preciso, cuando la plegaria mariana
del rosario alcanza su apogeo.
HÁBITO TALAR
Santo
Domingo eligió un determinado “hábito talar” para distinguir sus frailes de la
Orden de Predicadores, de las Órdenes monásticas ya existentes. Escogió el hábito
blanco y negro, común para todos.
Blanco para dos piezas interiores: túnica y
escapulario-capucha.
Negro para el exterior: capa-capucha.
Las
Constituciones de la Orden de Predicadores forman uno de los capítulos en el
que las piezas que comprende el hábito dominicano: capa, túnica y escapulario
debían ser de lana burda.
El
hábito de los frailes dominicos, apenas si ha sufrido transformación a lo largo
de la historia. Nació bajo signo de austeridad y pobreza como convenía a esa
nueva Orden mendicante en la que desde su origen, en virtud del voto de
pobreza, se prescribió la exclusión de telas preciosas, sedas y bordados.
El
blanco y el negro son los colores radicalmente, opuestos, igualmente
representativos de la vida y de la muerte.
El
blanco es el color de la inocencia, pureza, de luz. Litúrgicamente hablando, el
blanco es el color por excelencia, usado en las grandes festividades.
Por
ley de contraste, el negro es la negación total de color. La iconografía le ha
cargado de sentimiento negativo. Simbólicamente representa la noche, tinieblas,
muerte. La iconografía alude a tonalidades negras y pardas con las que se
pretende destacar la idea de renuncia de la vanidad del mundo, mortificación
del placer de los sentidos, el desprecio del mundo, la representación del
infierno. No podemos pensar que Santo Domingo haya elegido los dos colores por
su carga simbólica. Son dos realidades al azar.
El
binomio plástico blanco-negro no se ha quedado en el hábito talar, ha pasado a
la emblemática y heráldica. El escudo de la Orden de Predicadores sintetiza en
dos cuarteles de color blanco y negro y un sencillo dibujo, la esencia
cromática de la familia dominicana. La elegancia radica en la simplicidad.
EL LIBRO: ATRIBUTO INTELECTUAL
Acompaña
a Santo Domingo desde su origen. El libro se califica de intelectual, por sus
connotaciones con el estudio, la ciencia, la teología, la predicación. Se
presenta por medio de un libro foliado de pergamino, con sus frailes a través
de la predicación en sus múltiples aspectos. Resalta su personalidad
intelectual, hombre dedicado al estudio de la verdad, hombre universitario y
predicador de la palabra. Conforma el medio indispensable de la familia
dominicana para cumplir su misión: predicar y evangelizar.
La
preocupación de Santo Domingo por el estudio de los libros despierta en sus
años de joven universitario en Palencia. Siendo universitario se verá envuelto
en su primera crisis de conciencia: ¿prolongar la caridad al prójimo o
dedicarse a la vida de estudio? Prevaleció, naturalmente la primera opción,
pronunciando aquella frase lapidaria, “no quiero estudiar sobre pieles muertas
y que los hombres mueran de hambre”.
PERRO CON ANTORCHA ENCENDIDA: ATRIBUTOS DEL PREDICADOR
El
atributo-perro en la historia general del arte cristiano, es emblema universal
de la fidelidad. También tiene otra atribución: guía y guardián del rebaño.
El
perro va íntimamente unido a la escena histórica de su nacimiento. Un perrito
con la antorcha encendida, aparece sobre la cama de la madre de Santo Domingo,
en una visión. Se prefigura con esta imagen alegórica de que Domingo sería
predicador insigne; de sus labios brotaría el fuego de la palabra, con la que
encendería el mundo y el corazón de los hombres. Su predicación sería un
constante ladrido, para despertar al más dormido en el pecado, y ahuyentar a
los lobos: herejes.
La
tea (antorcha) encendida concentra una fuerte carga simbólica. Significa llama
de antorcha, vela llamante, ráfaga de fuego, simple alusión al fuego, llamarada
y, en ocasiones atípicas, el perro envuelto en las llamas.
Se
incluye después junto al perro, la representación de la bola del mundo. A
partir de aquí, el fuego y la luz dimanada de él se relacionan con el símbolo
del mundo o esfera del globo, sobre la que se refleja la tierra y los
habitantes.
La
tea encendida es a la vez amor y fuego que incendia el mundo, que al igual que
la finalidad de la Orden, que es la defensa de la Iglesia, en disputa con los
herejes-lobos preservando el rebaño de sus fauces.
ROSARIO: ATRIBUTO MARIANO
Es
el último de los atributos a la persona de Santo Domingo. Se trata de una
corona de cuentas, objeto manual de devoción difundido como plegaria en honor
de la Virgen; formada por cuentas reunidas en un cordel de cincuenta bolas
pequeñas separadas de diez en diez y de cinco cuentas en distinto tamaño,
intercaladas entre cada docena.
El
rosario es llevado por los dominicos colgado del cinturón, sobre la túnica
blanca, en la parte izquierda y a la altura de la mano. La devoción mariana es
de gran tradición teológica.
El
rezo se propaga desde la familia dominicana al pueblo sencillo.
BASTÓN Y CUCHILLO
El
bastón es instrumento indispensable para los peregrinos, ayudándoles en su
caminar. El
cuchillo, utensilio personal, no se reviste del sentido de martirio en él.
Sirve para cortar y para la defensa personal (éste último de difícil
interpretación).
VERITAS: EL IDEAL DOMINICANO
“Veritas”
es el emblema dominico. Caracteriza acertadamente el ideal dominicano: la
VERDAD. No es un mero adorno. A lo largo de siete siglos, ha designado la
principal causa a la que han querido servir los hijos de Domingo, fieles al
proyecto fundacional de éste.
Su
vocación ha sido de servicio a la humanidad transmitiéndole este sentido de
verdad a las cosas. Su evangelización ha procurado siempre mantenerse a igual
distancia de la mistificación, que hace perder el sentido de la objetividad de
las cosas, y de la moralización, que con frecuencia olvida las verdades raíces
del hacer histórico del hombre. Por eso, la predicación dominicana ha aparecido
siempre como una predicación doctrinal, preocupada por los contenidos objetivos
de las verdades sagradas que iluminan la realidad total. Ha pretendido situarse
en el corazón de la verdad, al margen de la cual, ni la pasión emocional ni los
propósitos ascéticos y voluntaristas adquieren garantía y consistencia. Como ya
sabemos, evangelizar es anunciar la Buena Noticia, que es el anuncio de la
liberación, pues anuncia la verdad que nos hace libres.
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