Madre María de la Purísima de la Cruz
Padres de Santa Teresita del Niño Jesús
La
Canonización de los padres de Santa Teresa de Lisieux, de quien el Papa
Francisco es devoto, será el primer matrimonio en ser canonizado en la misma
ceremonia en la historia de la Iglesia.
Louis
Martin nació en Burdeos (Francia) el 22 de agosto de 1823 y falleció en
Arnières-sur-Iton (Francia) el 29 de julio de 1894. Maria Zelie Guérin nació en
San Saint-Denis-Sarthon (Francia) el 23 de diciembre de 1831 y falleció en
Alençon (Francia) el 28 de agosto de 1877.
Un
matrimonio santo
Louis
y Zelie fueron beatificados el 19 de octubre de 2008 por el entonces Papa
Benedicto XVI. Santa Teresita de Lisieux es la Patrona de las misiones y fue
proclamada doctora de la Iglesia por el Papa San Juan Pablo II en 1997.
Casados
en 1858, Louis y Zelie tuvieron nueve niños, de los cuales cuatro murieron en
la infancia y cinco siguieron la vida religiosa.
El
milagro que les hará santos
El
milagro por el que serán elevados a los altares los padres de Santa Teresa de
Lisieux tiene como protagonista a Carmen, una niña que nació en Valencia
(España) en 2008.
Durante
el embarazo, la madre de Carmen tuvo numerosos problemas. Después de muchos
cuidados, la niña nació a los seis meses de gestación y con graves complicaciones.
Las
primeras palabras de la partera fueron “hay que esperar lo peor”. La bebé tenía una hemorragia ventricular de
grado 4 (sangrado severo en el cerebro). “Comenzó con una hemorragia cerebral
pero se complicó con los pulmones, el corazón”, recuerdan los padres.
Carmen
no respondía a los tratamientos médicos, por lo que temían su muerte. Sin
embargo, como la pequeña nació en la Fiesta de Santa Teresa de Ávila, el padre
decidió pedirle a Santa Teresa que intercediera por ella.
Acudió
a uno de los conventos que las Carmelitas Descalzas tienen cerca de la ciudad y
a través de un intercomunicador las contó la situación y pidió que rezasen por
Carmen. El domingo siguiente regresó con su mujer a Misa y volvieron a pedir el
rezo de las religiosas, quienes, días más tarde y ante el empeoramiento del
estado de salud de la niña, sugirieron pedir la intercesión de Lois y
Zelie, padres de Santa Teresita.
Las
Carmelitas pensaron que quizás se obrase el milagro, como sucedió con el niño
de Milán (Italia) que se curó milagrosamente y gracias al cual fueron
beatificados.
Finalmente,
Carmen se sanó de manera milagrosa y los diferentes médicos confesaron que se
trata de “algo extraordinario”.
La
hermana “rebelde”, también próxima beata.
La
causa de beatificación de Leonia Martin, la tercera hija de Louis y Zelia y
hermana de Santa Teresita del Niño Jesús, comenzó a estudiarse recientemente,
según anunció el Obispo de Bayeux-Lisieux (Francia), Mons. Jean-Claude
Boulanger.
Religiosa
de la Orden de la Visitación, Leonia fue una niña frágil, insegura, e
introvertida, que dio más de un dolor de cabeza a sus padres y que también
luchó por vivir su vocación a la vida religiosa.
Actualmente
la causa se halla en su proceso histórico –la recogida de todos los textos
relacionados con su vida–, y antes de iniciarse oficialmente, el Obispo de
Bayeus-Lisieux debe recibir el nihil obstat, la aprobación oficial de la
Iglesia Católica desde el punto de vista moral y doctrinal que otorga la
Congregación para las Causas de los Santos.
Otra
Santa de habla hispana en los altares: Madre María de la Purísima de la Cruz.
Este
domingo 18 de octubre es canonizada en el Vaticano la beata española Madre
María de la Purísima de la Cruz, superiora general de la Congregación de las
Hermanas de la Compañía de la Cruz, quien dedicó su vida a atender a los
pobres, los enfermos y a los más necesitados.
Es
la segunda religiosa de esta congregación en subir a los altares, junto con la
fundadora Sor Ángela de la Cruz.
Un
gran número de fieles de Andalucía y otros lugares de España peregrinaron a
Roma acompañados por el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, y numerosas
religiosas de la compañía y sacerdotes, para participar en la ceremonia de
canonización.
Durante
la Santa Misa, presidida por el Papa Francisco a las 10.00 de la mañana,
también serán proclamados santos Luis y Celia Martin, padres de Santa Teresita
del Niño Jesús; y el sacerdote diocesano Vincenzo Grossi, fundador del
Instituto de las Hijas del Oratorio.
Breve
biografía de la santa
María
Isabel Salvat Romero, nombre con el que fue bautizada la nueva santa, nació en
Madrid el 20 de Febrero de 1926. Perteneciente a una familia acomodada de la
capital española, tomó los votos en 1952, y antes de llegar a Sevilla pasó por
los conventos de Estepa y Villanueva del Río y Minas.
Fiel
seguidora de Santa Ángela y observadora intachable de las reglas del Instituto,
mantuvo intacto el carisma fundacional. Fue elegida Madre general de la
Compañía de la Cruz el 11 de Febrero de 1977, pero antes fue maestra de
novicias y consejera generalicia.
Austera
y pobre para sí misma -«De lo poco, poco», solía decir- hacía vivir a las
hermanas el espíritu del Instituto en la fidelidad a las cosas pequeñas. Se
entregó a todos los que la necesitaban, especialmente a las niñas de los
internados.
Con
los enfermos y pobres sobresalía su delicadeza y caridad, los trataba como a
nuestros “amos y señores”. Era extremada en atenciones, según las necesidades
de cada uno.
Cada
mañana, Hermana María de la Purísima se dirigía a “las cuevas” lejos del
convento para asistir a las ancianas: lavarlas, curar sus heridas, hacerles la
comida, lavarles la ropa etc. En estas asistencias siempre escogía lo más
trabajoso y penoso.
Se
arrodillaba ante ellas para lavarles los pies, curarles las llagas, poniendo en
las heridas el bálsamo de su amor y caridad mientras escuchaba sus penas y se
las aliviaba con su cariño y comprensión.
Les
enseñaba a rezar y a confiar en el Señor; con su ejemplo hacía crecer en ellas
la paciencia y resignación ante el dolor y soledad de sus vidas.
Con
su cariño y paciencia fue ganando el corazón de tantas personas que poco a poco
las fue acercando al Señor. Su generosidad con los pobres fue extremada, hasta
darles, a veces, los alimentos de la Comunidad confiando en que la Divina
Providencia no les iba a faltar a las Hermanas.
Trabajó
incansablemente por hacer vida el ideal de Santa Ángela de la Cruz: “Hacerse
pobre con los pobres para llevarlos a Cristo”.
En
los últimos días de su vida, cuando la cruz de la enfermedad se le hizo sentir
de una forma más dolorosa sólo se le oyó decir momentos antes de su muerte:
¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor!
Falleció
el día 31 de octubre de 1998. En 2009 fue declarada venerable, y en septiembre
de 2010 fue beatificada en una multitudinaria ceremonia en el estadio de la
Cartuja de Sevilla.
La
Santa Sede le ha reconocido dos milagros: la curación de una niña con una
cardiopatía congénita y de un cofrade de la Hermandad de la Macarena que
despertó después de 12 días en coma.
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