Esta
imagen de San Juan Neumann, gran santo de Philadelfia, Estados Unidos. La he
realizado con la técnica de telas encoladas y masillas epoxídicas. Está hecha
con la misma técnica que se han utilizado para hacer las imágenes de Santa
Teresita, Santa Sofía, San Francisco de Asís entre otros. ¿Cómo se hace? te lo
cuento ahora por si no leíste algunos de los trabajos anteriores. En cuatro
pasos básicos la realizaremos. Atención: tómate tu tiempo para cada uno de
ellos. Nunca apures las cosas, esto es como la buena fruta, precisa un tiempo
para madurar y así será espléndida.
1- Se comienza con la cabeza, los pies y
las manos. Ideando la ropa (para esto es preciso ver estampas u otras estatuas
para que nos quede muy bien) y las actitudes de la imagen que le queramos dar
(esto lleva bastante tiempo). Se va pensando en todos los detalles que se le
quieren hacer (ubicación de las manos, de los pies, etc.).
2- Se parte de un soporte (que puede ser de
alambre, madera, plástico, cartón, telgopor, etc. Al que se le van marcando las
partes del cuerpo. TENER EN CUENTA LAS PROPORCIONES. En un QUI DOCET, DISCIT
(1º de septiembre de 2011), te conté sobre las proporciones corpóreas más
comunes que debes tener en cuenta a la hora de hacer una imagen. Se van
añadiendo pequeñas almohadillas con algodón para darle volumen a las partes del
cuerpo. Como es un varón, le damos un poco más a la caja torácica y a la
espalda y menos para las caderas. Se pinta la cara y las manos. Se añade la
cabeza y se la fija con masilla epoxídica. Se pinta la base, en este caso es de
madera, se barniza y se la protege con papel film para que no se manche.
3- Se corta la vestimenta en tela de
algodón o lino (NO SINTÉTICO). A todas estas partes se les pasan una mezcla de
cola de carpintero, tiza, enduído y colorantes. Por lo menos 2 manos y de ambos
lados. El orden de armado es: mangas, túnica, faja episcopal y capa. Es una
típica vestimenta de obispo. Dejar secar muy bien entre tela y tela, lo mismo
cuando se pinta, DEJAR SECAR MUY BIEN ENTRE MANO Y MANO. Nos vamos ayudando con
alfileres para mantener a cada tela en su lugar. Aprovechamos para ir haciendo el
típico Rosario Redentorista, que llevará
la imagen. Una vez que esté totalmente pintada, se procederá a la decoración
con los distintos elementos. Siempre lo último en poner es la aureola.
4- Sacar el papel adherente de la base,
cara y manos. Seguir decorando con otros detalles. Retocar con pigmentos al
tono las marquitas que hubiéramos dejado y retocar con los colores apropiados
para crear sombras. Trabajo terminado y listo para exponer.
EL
PASO A PASO:
PAZ
Y BIEN para todos y recemos por todos los obispos y cardenales de la Iglesia.
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