lunes, 3 de febrero de 2025

3 de febrero fiesta de la Beata María Helene Stollenwerk.


 Nació el 28 de noviembre de 1852 en Rollesbroich, Alemania.

Desde pequeña, estaba como poseída por el anhelo de ir a China como 

religiosa misionera para dedicarse al cuidado de los huérfanos pobres y abandonados. 

Pero en Alemania no existía ninguna congregación femenina que trabajase en países de misión, y mucho menos en China. En Helena, sin embargo, ardía un fuego que ningún impedimento humano era capaz de extinguir.

En noviembre de 1881 escribió a Arnoldo Janssen, sacerdote alemán, que había fundado una Congregación Misionera masculina Sociedad del Verbo Divino en Steyl - Holanda.

En 1882 ingreso como sirvienta en la Casa Misional. Su deseo de obrar siempre a la voluntad de Dios la convirtió, después de varios años de espera, en la Co-Fundadora de la Congregación Misionera Siervas del Espíritu Santo. 

En 1894 hizo sus primeros votos.

Fue la primera Superiora y Formadora de las Hermanas.

"Cuando nos amamos unos a otros, la oración es más fácil y los trabajos y penalidades se sobrellevan mucho mejor".

Su vida religiosa se caracterizó por una relación viva y profunda con el Espíritu Santo y su gran amor a Jesús Sacramentado. 1898 Arnoldo Janssen eligió entre las Hermanas Misioneras a seis, interesadas en la sección de clausura, entre ellas se encontraba Helena y el 8 de diciembre de 1896 recibieron el hábito rosado, símbolo del amor apasionado del Espíritu Santo.

Hna. María Helena recibe el nombre de hermana María Virgo.

Algunas de sus frases fueron:

“Anhelo entregar toda mi vida y todo mi amor al servicio del Evangelio.”

"Mi suerte es arder en amor a Dios, perseverar en oración y llevar una vidaque es pobre e ignorada".

"Sé luz para los hombres en viva fe y amor comprometido".

"Que mi vida no sea otra cosa que amor y gratitud".

En 1900 se enfermo de Meningitis Tuberculosa; hizo la profesión perpetua y murió el 3 de febrero del mismo año a los 47años de edad.

Fue beatificada el 7 de Mayo de 1995 por el Papa San Juan Pablo II.


SU ESPIRITUALIDAD:

Su primer gran deseo fue el de misionar en China, lo cual no pudo lograr. 

Sin embargo, trabajó sacrificada y animosamente para los misioneros, y luego para las Hermanas. Se dejó guiar por el Espíritu Santo, y aceptó de corazón lo que Él quería para Su vida. Buscaba en todo hacer la voluntad de Dios. 

Imitó a Cristo, que siendo Dios lleno de poder se hizo hombre, pobre y humillado; ella, que pertenecía a una clase social elevada, siguiendo las inspiraciones del Espíritu Santo deseaba llevar una vida pobre e ignorada.

Su vida de oración, trabajo y sencillez fue lo que el Padre quería para ella.
"Mi deseo es ponerme al servicio del Evangelio con todo mi corazón y con toda mi vida."






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