AUTOR:
P. Óscar I. Aparicio, Archivero General OCD
Nuestro
hábito es de color marrón. Marrón carmelita que es una coloración que puede ser
clara, acanelada, pardo bermejiza o pardusca.
Los Carmelitas, con nuestro hábito, hemos dado
origen a una variedad del propio color marrón.
Al
principio y en el Monte Carmelo los primeros monjes vestían una túnica de lana
"vulgar", no tintada; y un escapulario que comprendía también la
capucha.
No
eran tres prendas, como son ahora, sino dos.
También tenían una capa de lana
muy rudimentaria y que estaba barrada. La capa estaba cerrada completamente y
sin capucha hasta que en 1287 se dispuso que se abriera, para mostrar el
escapulario.
La
túnica marrón mostraba la penitencia del fraile que lo llevaba; el escapulario
era el yugo y la cruz de la obediencia y la capucha, algo propio de los niños,
mostraba la vida de inocencia que debían tener los frailes.
La
capa barrada con siete barras, 4 blancas y 3 negras. Se puede referir a los
siete dones del Espíritu; o las tres virtudes teologales y las cuatro
cardinales; o que las barras negras eran las quemaduras que sufrió la capa de
Elías cuando era llevado en un carro al Cielo... Blanco de pureza y negro de
penitencia.
La
capa barrada cuando los Carmelitas entraron en Europa provocó las risas. Ya que
era, como lo sigue siendo, una vestimenta, más de presidarios que de frailes...
Así que cambiaron su capa barrada por la blanca en el Capítulo de Montpellier (1287).
Para
nosotros los Descalzos el primer hábito, según la tradición, fue realizado por
Santa Teresa de Jesús y sus monjas, y el primero en vestirlo fue San Juan de la
Cruz en Duruelo y en 1568.
El
hábito era el mismo que el de los Carmelitas, pero más estrecho y con la tela
más basta. Símbolo de una vida más estrecha, en mayor penitencia.
Y
al principio sin calzado (de ahí el nombre de Descalzos), luego unas simples
alpargatas de esparto y ya en la Congregación Italiana y desde 1605, sandalias
de cuero cerradas en los talones.
Los
hermanos legos o conversos usaban el mismo hábito más corto y sin capucha y no
llevaban capa blanca sino oscura.
Aunque
poco a poco tendieron a vestir de la misma forma padres y hermanos y ya en 1927
visten con el mismo hábito y la misma capa.
Sirvan
estas pocas letras para conocer la historia del hábito con su característico
color marrón carmelitano.
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