1) Lo primero es fijar las estructuras a una base, que este caso es de madera. Añadimos las cabezas y las manos. Como irán las tres piezas juntas, midamos bien y centremos las imágenes. Les damos forma a los cuerpos.
2) Hacemos una presentación de las telas (se trabajan con telas de lino o algodón, nada de sintéticos). Vamos viendo cómo los queremos vestir, si no tienen idea, les recomiendo buscar por internet fotos de pesebres y elijan el que más les agrade. Una vez resuelto esto, cortamos las telas “para todas las piezas” y les ponemos un cartelito indicando qué parte es y a quien corresponde, esto es fundamental para evitar equivocaciones.
3) Recordar que cuando se ponen las telas encoladas, hay que dejar secar muy bien entre una y otra. A medida que se van secando las vamos pintando. Atención con esto, porque son de distintos colores y si no lo hacemos, se nos complicará a la hora de pintar. Mucha paciencia. Hay que organizarse y ordenarse. Siempre dispongan de antemano un lugar seguro para dejar la imagen, mucho más si tienen mascotas o niños pequeños ya que los atraen como un imán, se los digo por experiencia.
4) Encolamos, dejamos secar y pintamos. Primero lo hacemos con la Virgen María y San José, el Niño Jesús es el último en vestirse y ser adherido a la madera. San José lleva: túnica, manto y cubrecabeza. La Virgen: túnica, manto y velo. El Niño: túnica y cubrecabeza. Ese es el orden en que hay que irlos poniendo.
5) Recuerden que los detalles de puntillas, galones dorados, etc. etc. Se HACE AL FINAL, una vez que hayamos retocado todo con pigmentos naturales y goma laca y hayamos hecho las sombras.
6) ¡A disfrutar de nuestra Sagrada Familia! O regalársela a alguna persona que queremos, es una manera de darle parte de nuestro tiempo, nuestro cariño y nuestras oraciones, porque como decía San Benito: “ORA ET LABORA” (reza y trabaja).
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