MONJES
BENEDICTINOS
La
Orden de San Benito (en latín: Ordo Sancti Benedicti), (O.S.B.) es la orden
religiosa, perteneciente a la Iglesia Católica Romana, dedicada a la
contemplación, fundada por Benito de Nursia, que sigue la Regla dictada por
éste a principios del siglo VI para la abadía de Montecassino. Benito de Nursia
contribuyó decididamente a la evangelización cristiana de Europa, por lo que es
patrón de Europa.
Actualmente
la Orden está extendida por todo el mundo, con monasterios masculinos y
femeninos.
Siguiendo
su ejemplo e inspiración, diversos fundadores de órdenes religiosas han basado
la normativa de sus monasterios en la Regla dejada por Benito, cuyo principio
fundamental es Ora et labora, es decir, Oración y Trabajo.
Los
monasterios benedictinos están siempre dirigidos por un superior que,
dependiendo de la categoría del monasterio, puede llamarse prior o abad; este
es escogido por el resto de la comunidad.
El ritmo de vida benedictino tiene
como eje principal el Oficio Divino, también llamado Liturgia de las Horas, que
se reza siete veces al día, tal como San Benito lo ordenó.
Junto con la intensa
vida de oración en cada monasterio, se trabaja arduamente en diversas
actividades manuales, agrícolas, etc., para el sustento y el autoabastecimiento
de la comunidad.
Un
poco de historia
En
la Edad media, entre los siglos XX y XII, proliferaron en Europa monasterios y
nuevas corrientes monásticas como: los Camaldoli, Valleumbrosa, los
Silvestrinos, Monte Oliveto y el Císter.
Estos
monjes pertenecen a la Orden de San Benito. San Benito de Nursia era un abad
que vivió como ermitaño durante tres años.
Al cabo del tiempo decide fundar la
orden benedictina con el fin de construir monasterios autosuficientes y acabar
con la vida atrevida de sus compañeros.
En
el siglo 11, el mundo estaba en crisis y la decadencia había llegado a todos
los estratos de la sociedad.
Además el dinero acumulado por los monjes y la
dependencia y avasallamiento a que se veían sometidos por la nobleza, trajo
consigo los deseos de reformas.
La
orden creada por San Benito tuvo varias reformas debido a la desaparición de la
disciplina en los monasterios. La primera se llamó la cluniacense, llegando a
difundirse por gran parte de los monasterios existentes durante la Edad media.
La segunda reforma de la orden Benedictina fue la cisterciense, palabra que
provenía de Císter, que en francés se traduce como Cíteaux. Este fue el lugar
en donde se levantaron los primeros monasterios de esta corriente.
El
objetivo principal fue poner en práctica la Regla de San Benito y regresar a la
vida contemplativa.
Reglas
benedictinas (La Santa Regla)
Inspirado
por Dios, San Benito escribió un Reglamento para sus monjes que llamó "La Santa
Regla" y que ha sido inspiración para los reglamentos de muchas
comunidades religiosas monásticas. Muchos laicos también se comprometen a vivir
los aspectos esenciales de esta regla, adaptada a las condiciones de la
vocación laica.
La
síntesis de la Regla es la frase "Ora et labora" (reza y trabaja), es
decir, la vida del monje ha de ser de contemplación y de acción, como nos
enseña el Evangelio.
Algunas
recomendaciones de San Benito:
La
primera virtud que necesita un religioso (después de la caridad) es la
humildad.
La
casa de Dios es para rezar y no para charlar.
Todo
superior debe esforzarse por ser amable como un padre bondadoso.
El
ecónomo o el que administra el dinero no debe humillar a nadie.
Cada
uno debe esforzarse por ser exquisito y agradable en su trato.
Cada
comunidad debe ser como una buena familia donde todos se aman.
Evite
cada individuo todo lo que sea vulgar. Recuerde lo que decía San Ambrosio:
"Portarse con nobleza es una gran virtud".
El
verdadero monje debía ser "no soberbio, no violento, no comilón, no
dormilón, no perezoso, no murmurador, no denigrador… sino casto, manso, celoso,
humilde, obediente".
Hábito
En
la Edad Media los monjes benedictinos llevaban camisa de lana y escapulario. El
hábito o vestidura superior es negro, por lo que el pueblo los llamó los monjes
negros, en oposición a los cistercienses, que llevan túnica blanca y
escapulario negro, denominados los monjes blancos.
Así
también existen monjes que usan el hábito blanco no por contraposición sino por
inspiración tal es el caso de los monjes benedictinos olivetanos según cuenta
la tradición la Santísima Virgen le ofreció el hábito blanco y la regla de San
Benito a su fundador San Bernardo Tolomei.
Hay
también otras congregaciones que conjugan el hábito blanco con el escapulario
negro. Pero todos observan la regla de San Benito, en sus diferentes carismas.
Cómo
viven los monjes en la actualidad
Hoy
subsiste como la Orden Benedictina independiente que se divide en dos ramas:
Orden del Císter y Orden cisterciense de la Estrecha Observancia.
Alrededor
del mundo existen muchos monasterios benedictinos:
•
Monasterios masculinos: 335 (270 abadías, 15 prioratos y 50 casas
independientes) donde viven 8000 monjes.
•
Monasterios femeninos: 840 abadías y monasterios donde conviven unas 1600
monjas y hermanas.
Los
monasterios fueron creados para que monjes y hermanos tuvieran un lugar donde
poder retirarse a meditar y orar, alejado de las ciudades y del bullicio.
Estos
establecimientos fueron llamados “ciudades de Dios”. Para poder subsistir por
sigo mismos, necesitaron elaborar su propia comida, labrar sus tierras y crear
nuevas herramientas.
Los monjes desarrollaron un sinfín de aportaciones a la
humanidad: copiando los escritos greco-romanos para que no se perdieran,
ideando herramientas para la canalización del agua, ya que los monasterios
siempre eran construidos en los altos de las montañas o en niveles elevados y
otras contribuciones.
Las monjas siguen la misma Regle de San Benito y con respecto al hábito siguen los mismos patrones que los monjes, en ellas se agrega la cofia y el velo.
Monjes y monjas cisterciences
Monjes y monjas Trapenses
No hay comentarios:
Publicar un comentario