Orden
de Nuestra Señora de Merced.
Congregación
de hombres fundada en 1218 por San Pedro Nolasco, nacido en 1189, en
Mas-des-Saintes-Puelles, departamento de Aude, Francia.
Se
unió al ejército de Simón de Montfort durante el ataque a los Albigenses. Fue
designado tutor del joven rey Jaime I de Aragón, que había accedido al trono
después de fallecer su padre, Pedro II, muerto en la batalla de Muret. Pedro
Nolasco siguió a su pupilo hasta la capital, Barcelona, en 1215.
A partir del año 1192 algunos nobles de la
ciudad habían formado una confraternidad con el fin de cuidar a los enfermos en
hospitales y también para rescatar a los cristianos cautivos de los musulmanes.
Pedro
Nolasco tuvo una visión de la Santa Virgen en la que le pidió que fundase una
orden dedicada especialmente a la redención de cautivos. Su confesor, San
Raimundo de Peñafort, el canónigo de Barcelona, le alentó y asistió en este
proyecto al tiempo que el rey Jaime I le ofreció su protección.
Los citados nobles ya se habían convertido en
los primeros monjes de la orden y habían establecido su cuartel general en el
convento de Santa Eulalia de Barcelona, erigido en 1232.
La Orden estaba formada por clérigos y laicos
o caballeros. Los monjes vestían hábito blanco, compuesto de túnica, cinturón,
escapulario, capilla y escudo de la orden.
Estos religiosos siguieron la regla elaborada para ellos por San Raimundo de
Peñafort. La orden fue aprobada primero por Honorio III y después por Gregorio
IX (1230), ésta última a petición de San Raimundo Nonato presentada por San
Pedro Nolasco, concediéndose la Bula de confirmación la cual prescribía la
regla de San Agustín, la nueva regla incluida en las Constituciones (1235).
San
Pedro fue el primer superior adoptando el título de General e instituyó el
oficio de Redentor, título dado al monje enviado a las tierras de los
musulmanes para tratar el rescate de presos.
En
virtud de su "cuarto voto", cada mercedario profesaba "quedar en
rehenes, si fuere preciso, en lugar de un cautivo, sobre todo si su fe
peligraba". Hoy sigue vigente este cuarto voto. El santo fundador murió en
1256, siete años después de haber sido reelegido como superior. Guillaume Le
Bas le sucedió.
Con los años se fueron formando otras Congregaciones femeninas de Mercedarias, algunas de vida activa y otras contemplativas. Muchas de ellas conservaron el hábito tradicional, otras lo adaptaron y algunas ya visten de seglares.
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