La Oficina de la Congregación para los Institutos de
Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica será dirigida por la
Hermana Annunziata Remossi.
La Reverenda Hermana Annunziata Remossi, perteneciente
al Instituto Religioso “Hermanas Oblatas de la Virgen María de Fátima”
(O.M.V.F.) es la nueva jefa de la Oficina de la Congregación para los
Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Un nombramiento llevado a cabo por el Papa Francisco y
con el que aboga, una vez más, por la importancia del papel de la mujer dentro
de la Iglesia.
Se trata del Dicasterio que se ocupa del régimen, la
disciplina, los derechos y privilegios de los institutos de vida consagrada
(órdenes y congregaciones religiosas, tanto masculinas como femeninas, e
institutos seculares). Además, la Congregación para los Institutos de Vida
Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica es también competente a lo
concerniente a la vida eremita, las vírgenes consagradas, y las asociaciones y
nuevas formas de vida consagrada.
Es importante puntualizar que tiene una competencia de
carácter personal, y no posee límites territoriales, extendiéndose a todos los
aspectos de la vida consagrada: vida cristiana, vida religiosa y vida clerical.
Conociendo un poco más
a las Hermanas Oblatas de María Virgen de Fátima.
Este instituto nació en un santuario dedicado a
Nuestra Señora de Fátima, pero en Italia. Su raíz está en la espiritualidad de
los padres Oblatos de María Virgen, fundados en 1800. Pero esta nueva familia
religiosa surgió sólo en 1978 y fue aprobada en 2001 como instituto de derecho
pontificio, año en que vino también a Fátima.
Llamadas a vivir una solidaridad
espiritual y universal.
La frase " Entregado al Padre, al igual que
María, la vida de los hermanos" resume el carisma de la institución, surgió
en el santuario de Nuestra Señora de Fátima de San Vittorino, Diócesis de
Tivoli, Italia. Las hermanas se sienten llamadas a "asociar la propia vida
a la de Cristo Redentor y Salvador, para colaborar, como María, en su plan de
salvación de la humanidad", en una respuesta directa a la pregunta de
María en la Cova da Iria: "Queréis ofrecerse ustedes, para soportar todos
los sufrimientos que Él os enviará, en reparación a los pecados con que Él es
ofendido y para alcanzar la conversión de los pecadores?”
Así, "animadas por la caridad de Cristo,
participan en el misterio de la fecundidad maternal de la Iglesia y, en el
Espíritu, trabajan para que cada persona, tomando conciencia de ser creada a
imagen y semejanza de Dios, redimida y salvada por Cristo, viva su filiación
con el Padre y realizar así su más profunda vocación. Los sucesos de Fátima y
el mensaje "Convertíos y creemos en el Evangelio" son la confirmación
del plan de misericordia que Dios tiene sobre cada hombre y un llamamiento constante
al testimonio de vida ya la acción apostólica: "Como oblatas somos
llamadas, antes de todo, a colaborar con Dios a través de nuestra vida, para
vivir una solidaridad espiritual y universal, a través de la oración y el
sacrificio, con la simplicidad y generosidad típica de los pastorcitos de
Fátima.
Misión.
La misión apostólica del Instituto Oblatas de la
Virgen de Fátima se realiza de distintas maneras, principalmente para servir a
la Iglesia local, donde, en la pastoral de los santuarios marianos o centros de
espiritualidad. En particular, en el sector educativo: en la catequesis de las
nuevas generaciones y en la formación de los adultos en la fe, promoviendo la
animación de escuelas de oración, días de espiritualidad, retiros, ejercicios
espirituales, catequesis marianas, misiones al pueblo, etc.
Tienen como objetivo prioritario la promoción de la
espiritualidad de Fátima, también en el acompañamiento a los fieles en
peregrinación, para una experiencia espiritual de oración y de fe y su
consagración al Inmaculado Corazón.
El Instituto trabaja también en tierras de misión, en
favor de los más pobres, especialmente en la acción catequética y educativa de
los niños y en la formación de adultos para su crecimiento moral, cultural y
religioso.
En Fátima
La casa de Fátima fue inaugurada en 2001, con la
presencia de varios obispos, sacerdotes y hermanas, entre ellos la superiora
general, Madre Pía. "Esta nueva cercanía" es para nosotros muy
significativa, pues es a partir de las apariciones de Fátima que alcanzamos la
fuente de nuestra espiritualidad y la peculiaridad de nuestra dimensión mariana
", recuerda la hermana María Giustina Mainini, actual superiora de esta
comunidad.
En el Santuario, desarrollan una acción catequética
junto a los peregrinos, visitantes de exposiciones y otros turistas sobre el
mensaje y la espiritualidad de Fátima.
Además, están insertadas en la
"Hora de reparación", en la animación litúrgica y canto coral, en la
coordinación de grupos extranjeros durante la recitación del Rosario
internacional en la Capelinha (pequeña capillita), en la catequesis del Día del
Niño, en la acogida en la Casa del Joven y en la Capilla de la Reconciliación,
etc.
Organizan, en su casa de espiritualidad, días de
catequesis para niños y jóvenes y prestan asistencia espiritual en un hogar de
Fátima y al domicilio a varios enfermos.
En el mundo.
Hay 15 comunidades y en total suman unas 90 hermanas.
La hermana más joven tiene 41 años y la mayor 55 años,
el promedio de edad de las hermanas ronda los 45 años