jueves, 21 de noviembre de 2024

21 de noviembre fiesta de la PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA.





Hoy, celebramos junto con toda la Iglesia, la Presentación en el Templo de la niña Santa María.

Es en una antigua y piadosa tradición que encontramos los orígenes de esta fiesta mariana que surge en el escrito apócrifo llamado "Protoevangelio de Santiago". Este relato cuenta que cuando la Virgen María era muy niña sus padres San Joaquín y Santa Ana la llevaron al templo de Jerusalén y allá la dejaron por un tiempo, junto con otro grupo de niñas, para ser instruida muy cuidadosamente respecto a la religión y a todos los deberes para con Dios.

Históricamente, el inicio de esta celebración fue la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén en el año 543. Estas fiestas se vienen conmemorando en Oriente desde el siglo VI, inclusive el emperador Miguel Comeno cuenta sobre esto en una Constitución de 1166.



Más adelante, en 1372, el canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.

Oración:

Santa Madre María,
tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo,
aceptando desde una libertad poseída
el servirle plenamente como templo inmaculado,
tú que confiando en tus santos padres,
San Joaquín y Santa Ana,
respondiste con una obediencia amorosa
al llamado de Dios Padre,
tú que ya desde ese momento
en el que tus padres te presentaron en el Templo
percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor;
enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo,
anunciándolo en cada momento de nuestra vida
desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios.

Amén






miércoles, 20 de noviembre de 2024

20 de noviembre fiesta de la Beata Clelia Merloni.




La madre Clelia Merloni nació en Forli el 10 de marzo de 1861, sus padres fueron Teresa Brandinelli y Gioacchino Merloni, un rico empresario industrial. Fue bautizada en la Catedral de Forli el mismo día de su nacimiento.

Tuvo una infancia atribulada, por así decirlo. Cuando tenía tres años muere su mamá. Su abuela se encarga de la educación de la nietita. Luego, su padre, contrae matrimonio, ya que es viudo, con una joven católica muy practicante, quién es figura importante para Clelia porque le enseña amar aquel que fue crucificado y que sería el amigo inseparable de Clelia durante el exilio de su Congregación. Volviendo más atrás, Joaquín, el papá de Clelia, echa de su casa a la abuela porque consiente mucho a Clelia. Clelia se refugia sólo en su madrastra, la cual le enseña todo sobre Corazón de Jesús, la Virgen, la Cruz, el Amor, el Perdón, el Paraíso, tantas cosas... Ella era un reflejo de amor maternal.

 Pero Gioacchino  decide mudarse a otra casa, allí tendrían una empleada que se encargaría de educar a la niña, pero que carecía totalmente de virtudes y valores cristianos, para su fortuna esta mujer no pudo dañar su alma.

Entre 1876 y 1877 está en Savona, con las Hermanas Hijas de Nuestra Señora de la Purificación, y después de 1883 a 1887 ingresa a la congregación de las Hijas de Nuestra Señora de las Nieves, siempre en Savona. Pero el designio que Dios tiene sobre ella es otro y, debido a las imprevistas enfermedades, debe renunciar a la vida religiosa.

 En 1892 entra en la Congregación de las Hijas de Santa María de la Providencia en Como y se enferma por tercera vez. Después de la repentina curación de la tuberculosis, gracias a la intercesión del Corazón de Jesús, su especialísimo protector, y del Corazón Inmaculado de María, se siente misericordiosamente devuelta a la vida y tiene clara y precisa visión de lo que debe hacer: consagrarse al bien de los miserables, de los huérfanos, de los abandonados y convertirse en madre espiritual de almas creando un instituto de religiosas que, con ella, trabajasen en la Iglesia de Dios en un Instituto consagrado al Sagrado Corazón de Jesús.



A la edad de 33 años, dio el primer paso hacia la fundación del Instituto. Ese 24 de abril de 1894 era -aparentemente- un día como cualquier otro, fue el día en que Clelia Merloni, junto con su amiga, Elisa Pederzini, partió hacia Viareggio. Unas semanas más tarde una tercera amiga se unirá a ellas: Giuseppina D'Ingenheim. Clelia, Elisa, Giuseppina: las tres primeras.

Clelia ni siquiera sabía dónde estaba esta ciudad. Ella nunca la había oído nombrar. La había visto en un sueño y luego la buscó en el mapa. Al llegar a la estación de Viareggio, comenzó en el camino que se abría frente a ella y de inmediato se encontró en la pequeña iglesia de la Señora del Carmen, donde se detuvo para orar. Continuó y se encontró frente a la iglesia de San Francisco (ahora iglesia de San Antonio). 

Aquí Clelia Merloni y sus colaboradores fueron recibidos con comprensión franciscana por los hermanos menores. Al poco tiempo encontraron una casa para ellas en Vía Garibaldi, casi en el centro de la ciudad.

El 30 de mayo de 1894, en la iglesia de San Francisco, el Padre Bigongiari presentó a "los tres primeros Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús" a una "gran multitud de fieles", inaugurando así el naciente Instituto. 

En el edificio que albergó la primera comunidad, e inmediatamente después a la primera escuela fue colocada una placa cuando se celebró el primer centenario: "En esta casa -30 de mayo de 1894- la Madre Clelia Merloni fundó el Instituto de los Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús. - En el día del centenario - 30 de mayo de 1994 ". El edificio del que estamos hablando (ahora renovado) se encuentra en Vía Garibaldi, en la esquina de Vía di Mezzo (ahora Vía Veneto).

Las familias de Viareggine comprendieron rápidamente la importancia de esta institución que estaba gobernada por solo tres monjas.

El nombre de la Congregación era todo un programa de fe y amor, que se arraigaba en las profundidades del alma de Clelia y que comprometía a los miembros de su Instituto a la continuidad de la gloriosa misión de Santa Margarita María Alacoque: dar a conocer y amar el Corazón de Jesús. 

La profecía de Zacarías "Miraran al que traspasó" (Zac 12,10) se realizará con particular acento de verdad en el nuevo grupo de almas consagradas que fijarían -por vocación de amor- los ojos de corazón y actividad en Aquel que por amor se dejó traspasar.

Al poco tiempo surgió una escuela en esa casa, por lo que pronto la casa fue demasiado pequeña. El trabajo creció con otras aperturas: una en Via di Mezzo, y otra en Via della Stella. Poco después, Clelia compró el Palazzo Montecatini con las finanzas de su padre, antigua sede del Collegio San Ponziano, frente a la Iglesia de la Santísima Anunciación, en Via Regia. 

En este palacio, Clelia dio la bienvenida a los niños huérfanos y poco después también a los ancianos. Además, las Hermanas también se dedicaron a enseñar catecismo a los niños. En el archivo de la Iglesia de la Anunciación hay una carta autografiada del 10 de agosto 1896, con la cual Madre Clelia pidió permiso para enseñar catecismo a los niños en esas instalaciones, y el consentimiento que ella recibió.

La Congregación pronto se hizo numerosa. Las obras también se multiplicaron fuera de Viareggio. Pero tras la muerte del padre de Clelia y las malhadadas inversiones realizadas por un administrador incapaz, los Apóstoles se vieron obligados a abandonar muchas Obras y también Viareggio. Debido a esto y tras una serie de calumnias en su contra, en 1904 fue destituida de su título de Superiora General pasando el gobierno a la Madre Marcelina Viganó. 

Pero la Divina Providencia los cuidó y la Congregación no se extinguió, por el contrario tuvo un nuevo impulso vigoroso gracias a Monseñor Giovanni Battista Scalabrini, Obispo de Piacenza, quien envió a los Apóstoles en Misiones entre los italianos en el extranjero, primero en América del Sur (Brasil: São Paulo y Paraná), y luego en América del Norte (EE. UU.).




Tras varios pedidos y luego de muchos años alejada de su congregación - 24 en total- el 7 de marzo de 1928 fue autorizada a volver. Anciana y muy débil, pasó los últimos dos años de su vida en una habitación alejada de la comunidad, un tiempo marcado por una intensa oración que ofreció al Corazón de Jesús para la salvación de las almas. La madre Clelia Merloni murió en Roma el 21 de noviembre de 1930, dejando un rico legado espiritual a sus hijas.

Su venerado cuerpo reposa en la Capilla de la Casa General. El Edicto de introducción de la Causa de Canonización de Madre Clelia Merloni fue emanado por S.E. Rev.ma Card. Ugo Poletti, Vicario de la Diócesis de Roma, el 20 de mayo de 1989 y el acto de apertura del proceso tuvo lugar en Roma el 18 de junio de 1990. El cual se concluyó en la diócesis de Roma el 1 de abril de 1998. 

Las actas y documentos fueron entregados a la Congregación de las Causas de los Santos. Las Apóstoles que actualmente desarrollan su apostolado en Italia, Suiza, Brasil, Argentina, Chile, Estados Unidos, Mozambique, Benín, Albania, Taiwan y Filipinas, imploran del Sagrado Corazón de Jesús la gracia de verla incluida entre los Santos.


El 26 de enero de 2018 el Santo Padre Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto relativo a un milagro, atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios Clelia Merloni, la fecha en que se realizó la ceremonia de beatificación fue el 3 de noviembre de 2018, durante el ponfificado de S.S. Francisco.




lunes, 18 de noviembre de 2024

18 de noviembre fiesta de la Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo





Dedicación de las basílicas de los santos Pedro y Pablo, apóstoles. La primera de ellas fue edificada por el emperador Constantino sobre el sepulcro de san Pedro en la colina del Vaticano, y al deteriorarse por el paso de los años fue reconstruida con mayor amplitud y de nuevo consagrada en este mismo día de su aniversario. 

La otra, edificada por los emperadores Teodosio y Valentiniano en la vía Ostiense, después de quedar aniquilada por un lamentable incendio fue reedificada en su totalidad y dedicada el diez de diciembre. Con su común conmemoración se quiere significar, de algún modo, la fraternidad de los apóstoles y la unidad en Iglesia (1626; 1854).

La actual Basílica de San Pedro en Roma fue consagrada por el Papa Urbano Octavo el 18 de noviembre de 1626, aniversario de la consagración de la Basílica antigua.
La construcción de este grandioso templo duró 170 años, bajo la dirección de 20 Sumos Pontífices. Está construida en la colina llamada Vaticano, sobre la tumba de San Pedro.

Allí en el Vaticano fue martirizado San Pedro (crucificándolo cabeza abajo) y ahí mismo fue sepultado. Sobre su sepulcro hizo construir el emperador Constantino una Basílica, en el año 323, y esa magnífica iglesia permaneció sin cambios durante dos siglos. Junto a ella en la colina llamada Vaticano fueron construyéndose varios edificios que pertenecían a los Sumos Pontífices. Durante siglos fueron hermoseando cada vez más la Basílica.

Cuando los Sumos Pontífices volvieron del destierro de Avignon el Papa empezó a vivir en el Vaticano, junto a la Basílica de San Pedro (hasta entonces los Pontífices habían vivido en el Palacio, junto a la Basílica de Letrán) y desde entonces la Basílica de San Pedro ha sido siempre el templo más famoso del mundo.

La Basílica de San Pedro mide 212 metros de largo, 140 de ancho, y 133 metros de altura en su cúpula. Ocupa 15,000 metros cuadrados. No hay otro templo en el mundo que le iguale en extensión.

Su construcción la empezó el Papa Nicolás V en 1454, y la terminó y consagró el Papa Urbano VIII en 1626 (170 años construyéndola). Trabajaron en ella los más famosos artistas como Bramante, Rafael, Miguel Angel y Bernini. Su hermosura es impresionante.
Hoy recordamos también la consagración de la Basílica de San Pablo, que está al otro lado de Roma, a 11 kilómetros de San Pedro, en un sitio llamado "Las tres fontanas", porque la tradición cuenta que allí le fue cortada la cabeza a San Pablo y que al cortársela cayó al suelo y dio tres golpes y en cada golpe salió una fuente de agua (y allí están las tales tres fontanas).


La antigua Basílica de San Pablo la habían construido el Papa San León Magno y el emperador Teodosio, pero en 1823 fue destruida por un incendio, y entonces, con limosnas que los católicos enviaron desde todos los países del mundo se construyó la nueva, sobre el modelo de la antigua, pero más grande y más hermosa, la cual fue consagrada por el Papa Pío Nono en 1854. En los trabajos de reconstrucción se encontró un sepulcro sumamente antiguo (de antes del siglo IV) con esta inscripción: "A San Pablo, Apóstol y Mártir".


Estas Basílicas nos recuerdan lo generosos que han sido los católicos de todos los tiempos para que nuestros templos sean lo más hermoso posible, y cómo nosotros debemos contribuir generosamente para mantener bello y elegante el templo de nuestro barrio o de nuestra parroquia.

18 de noviembre fiesta de Santa Rosa Filipina Duchesne.


Santa Rosa Filipina Duchesne o Rose-Philippine Duchesne (Grenoble, Francia, 29 de agosto de 1769 – St. Charles (Misuri), Estados Unidos, 18 de noviembre de 1852) fue una religiosa católica francesa. Desarrolló considerablemente en América la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús fundada en 1800 por Santa Magdalena Sofía Barat.

Primeros años.

Filipina fue hija de Pierre-François Duchesne, abogado y político de prestigio en Grenoble, y de Rose Euphrasine Perier. Su padre encarnaba los ideales ilustrados del pensamiento radical y anticlerical, en tanto que su madre, de educación esmerada, era descendiente de una familia de comerciantes acomodada. 

Fue bautizada en la iglesia de San Luis, y le dieron el nombre de San Felipe apóstol, y el de Santa Rosa de Lima, primera santa del nuevo continente. Pertenecía a la misma familia genealógica de Jean Casimir-Perier, presidente de la República Francesa en 1894. Fue educada con las religiosas de la Visitación. 

A la edad de 12 años deseó entrar en la comunidad y llegar a ser religiosa. Sus padres la sacaron del colegio en 1784, pero su deseo persistió y a los 17 años rechazó un matrimonio que le propusieron. En 1788, entró al convento aun con la oposición de sus padres. Sin embargo aceptó la prohibición de su padre, quien le denegó todo permiso de realizar los votos religiosos antes de los 25 años.

En 1791 las Visitandinas fueron dispersadas y el convento cerrado a causa de la Revolución Francesa. Filipina regresó a vivir con su familia. Fiel a su ideal religioso ayudó a los prisioneros durante los difíciles años de la Revolución. Frecuentemente hacía visitas a la Basílica de Saint Régis de Lalouvesc para mantenerse firme y sostener su fe.

Al fin de la tormentosa Revolución, en 1801, y con la ayuda financiera de sus primos, Filipina Duchesne rentó el antiguo convento de Sainte-Marie-d'en-Haut en Grenoble. Se instaló allí junto con algunos niños de los cuales estaba a cargo e invitó a las religiosas visitantinas a regresar. 

Ese proyecto fracasó por cuanto las religiosas eran ya muy mayores o estaban demasiado desilusionadas para retornar, y eso le atrajo críticas feroces de los propios pobladores. Fue cuando escuchó hablar de Magdalena Sofía Barat, quien había fundado la Sociedad de las Religiosas del Sagrado Corazón en Amiens. Se dirigió hacia ella y la Madre Barat aceptó su proposición. El 13 de diciembre de 1804 llegó con 3 religiosas a Sainte-Marie. 

El noviciado comenzó formalmente a principios de enero de 1805. Después de un breve periodo de noviciado, Filipina Duchesne pronunció sus votos religiosos el 21 de noviembre de 1805, a la edad de 26 años.

Religiosa del Sagrado Corazón.

Como la congregación se dedicaba a la enseñanza, la casa madre de Sainte-Marie se transformó en un pensionado. Los inicios son difíciles. 
Las alumnas llegan, hasta la misma sobrina de la Madre Duchesne (en 1814).

Sin embargo, desde su infancia soñó con ser misionera. La Madre Barat, queriendo verificar la solidez de la vocación, puso freno a esa iniciativa y la envió primero a fundar una comunidad en París (en la calle Rue des Postes). 
El paso por París de monseñor Guillaume-Valentin Dubourg, quien venía a recibir la consagración episcopal en 1816 como primer obispo de Luisiana fue determinante. Él pidió a las religiosas ir a Luisiana para la educación de las niñas en su diócesis, la cual había sido creada de nuevo en Estados Unidos recientemente. 
La Madre Duchesne estaba lista a partir.

En Luisiana.

En 1818 el sueño de Filipina se vio realizado. El obispo del territorio de Luisiana buscaba una congregación de religiosas para ayudarle a evangelizar los niños franceses e indios de su diócesis, y Filipina fue enviada a responder a esta llamada. En St. Charles, cerca de San Luis, Misuri, fundó la primera casa de la Sociedad fuera de Francia, en una cabaña de troncos. 
Allí vivió todas las austeridades de la vida de frontera: frío extremo, trabajo duro, falta de dinero. Nunca llegó a aprender bien el inglés. Las comunicaciones eran muy lentas: a veces no le llegaban noticias de su querida Francia. Luchó por mantenerse estrechamente unida con la Sociedad del Sagrado Corazón en Francia.

Filipina y otras cuatro religiosas del Sagrado Corazón trazaron un camino. En 1820 abrió la primera escuela gratuita al oeste del Mississippi. En 1828 había fundado ya seis casas. Estas escuelas eran para las jóvenes de Misuri y Luisiana. Las amó y trabajó para ellas, manteniendo siempre en el fondo de su corazón el anhelo de ir a los Indios americanos. Cuando Filipina tenía 72 años, se abrió una escuela para los Potowatomies en Sugar Creek, Kansas. 

Aunque muchos pensaban que Filipina estaba demasiado enferma para ir, el jesuita que dirigía la misión insistió: "Tiene que venir: quizás no podrá hacer mucho trabajo, pero con su oración alcanzará el éxito de la misión, y su presencia atraerá muchos favores del cielo para la obra".

En Estados Unidos se dedicó particularmente de los más débiles: negros, indios, blancos pobres y los numerosos esclavos que existían en San Luis. Demostró una gran capacidad de organización: en pocos años fundó cinco casas con 64 religiosos y más de 350 alumnos.

Estuvo sólo un año entre los Potowatomies, pero su valor pionero no flaqueó, y sus largas horas de contemplación inspiraron a los indios el llamarla “Kwah-kah-kum-ad,” ("La mujer que siempre reza").




Su salud no pudo resistir el régimen de vida en el poblado. Volvió a St. Charles en julio de 1842, aunque su corazón valiente nunca perdió el deseo de las misiones. "Siento el mismo anhelo por las Montañas Rocosas que sentía en Francia cuando pedí venir a América. "

Filipina murió en St. Charles, Misuri, el 18 de noviembre de 1852, a la edad de 83 años.

Canonización.


Fue canonizada por el Papa San Juan Pablo II el 3 de julio de 1988. Se le reconoce el haber participado activamente de extender el Evangelio fuera de los confines europeos, de la mano de su apertura y su carácter misionero.

domingo, 17 de noviembre de 2024

17 de noviembre fiesta de SAN ROQUE GONZÁLEZ, ALFONSO RODRÍGUEZ Y JUAN DEL CASTILLO, mártires Jesuitas.


Ejemplo de amor ardiente a Jesucristo, evangelizador y fundador de las primeras Reducciones Jesuíticas.

 
Nacido en Asunción, Paraguay, en 1576. Desde joven demostró una gran piedad ya que a los 14 años dirigió una procesión por el bosque en honor a la Eucaristía.
Fue ordenado sacerdote a la edad de 22 años y poco después nombrado párroco de la catedral de Asunción por el Obispo Martín Ignacio de Loyola.
El 9 de mayo de 1609 San Roque entró en la Compañía de Jesús y dos años mas tarde fue nombrado superior de la primera Reducción de Paraguay, San Ignacio Guazú. En la plaza de esta ciudad existe hoy una enorme estatua en su honor.
El deseo de llevar el evangelio a todo el mundo lo animaba a seguir adelante. El 22 de marzo de 1615 fundó una reducción en Itapúa (actual ciudad de argentina de Posadas) la cual pronto se trasladó a la otra orilla del río, en lo que es hoy Encarnación, Paraguay. Por eso se le reconoce como fundador y patrono de ambas ciudades. Otras dos Reducciones fundadas por San Roque González son: Concepción (1619) y Candelaria (1627).
Gran amante de la Virgen María. Con ella conquistaba corazones para Cristo. Por eso le llamaba "conquistadora".Se cuenta que muchas veces con solo levantar el cuadro de la imágen de nuestra Señora, los índios admiraban la belleza de María y sin pronunciar palabras se convertían.

Martirio

El 15 de noviembre de 1628, celebró la Santa Misa cerca de Caaró (hoy día en Brasil), donde se planeaba una nueva reducción. Allí fue asesinado por un cacique llamado Nezú. 
Los asaltantes quemaron su cuerpo pero, milagrosamente, quedó intacto el corazón. Para gran asombro de los asesinos, el corazón del santo les habló haciéndoles ver lo que habían hecho e invitándoles al arrepentimiento. Este corazón tan lleno del amor divino para todos los hombres, se mantuvo incorrupto. Cinco años mas tarde fue llevado a Roma junto con el instrumento del martirio: un hacha de piedra.
El corazón de San Roque y el hacha fueron trasladados a Paraguay en 1960 tras una breve estancia en Argentina. Ahora están expuestos en la Capilla de los Mártires en el colegio de Cristo Rey, Asunción, Paraguay. En la misma capilla hay una placa con los nombres de 23 misioneros jesuitas martirizados en la región.

Es de notar que ninguno murió a manos de los indios guaraníes de las Reducciones sino por miembros de otras tribus que no les conocían o de los "paulistas". Estos últimos eran cazadores de esclavos procedentes de San Paulo, Brasil, que tenían a los padres por enemigos por su defensa de los indios.

La visión de San Roque sobre las Reducciones se conserva en una carta a su hermano Francisco: "Nosotros trabajamos por la justicia. Los indios necesitan estar libres de la esclavitud y de la dura servidumbre personal en la que ahora se encuentran. En justicia ellos están exentos de esto por ley natural, divina y humana"
En 1931 Roque de Santa Cruz y sus dos compañeros mártires, Alonso Rodríguez y Juan del Castillo, fueron beatificados.




San Roque fue canonizado por Su Santidad Juan Pablo II en su visita al Paraguay, en la ciudad de Asunción, Mayo de 1988. El primer Santo Paraguayo e inspiración para toda la humanidad.