Esta
imagen de San Antonio de Padua, pertenece a una parroquia que lleva su nombre
de la Diódesis de Iguazú, Argentina. La comunidad ha decidido restaurarla,
buena decisión, ya que la imagen lo vale. No está tan deteriorada, le faltan
partes de las manos y pies y principalmente lo que es base y pintura. Darle el color
original es complicado pero igualmente me arriesgo a restaurarla, ya que creo
que quedará muy bien. Manos a la obra, te cuento los pasos que seguí:
1) Lo primero que hay que hacer es
desengrasarla muy bien y limpiarla hasta en los últimos recovecos, primero con
un pincel seco, luego con pinceles húmedos con jabón neutro (el de lavar ropa o
jabón blanco) si fuera necesario alcohol y si fuera indispensable
con algún decapante (que disuelve la pintura y la grasa) pero esto en una
última instancia y con mucha prudencia. En este caso tuve que usar algo
drástico, ya que le habían aplicado varias capas de barniz y este ya estaba
envejecido, el trabajo se complica, pero no es imposible. Pueden ver en las
fotos, las diferencias de color que queda una vez limpia la imagen. Mientras
tanto vamos tomando nota de los colores que lleva la imagen, para ello, nada
mejor que ir anotando en una hoja los colores que van apareciendo y en dónde se
encuentran ubicados, yo acompaño esto con fotos para evitar errores o entrar en
dudas posteriormente.
2) Reparar y reponer partes de la imagen
dañadas o faltantes. Trabajo mucho con masillas epoxídicas, que son muy
estables y nobles para las restauraciones. También aprovecho ahora a endurecer
el yeso envejecido de esta imagen con goma laca, 3 manos como mínimo, porque es
importante que no quede ninguna parte de la imagen sin ser protegida.
3) Se pasan varias capas finitas de yeso
aguado, se lo deja secar y luego enduído plástico. Lijar todo muy bien con
lijas de granos finos (por lo menos 4 números distintos, siempre de la más
gruesa a la más finita). Esta tarea puede llevar algunos días. Sé que es la
etapa más aburrida y tediosa, por la suciedad y el trabajo que representa, pero
es la más importante para que la imagen quede perfecta.
4) Una vez terminado el lijado, se trata de
sacar la mayor cantidad posible de polvillo. Se le pasa goma laca incolora para
sellar poros, por lo menos 3 manos. Nunca dejen de hacer esto, porque, caso
contrario, a la hora de pintar, se les empieza a llenar de grumos (restos de
polvo) toda la pintura y es imposible pintar como corresponde, ya que la
textura de la imagen se vería ¡¡¡horrible!!!
5) Como les digo siempre lo más lindo es
“pintar”. Varios recipientes con goma laca y los pigmentos naturales siempre a
mano. La pintura se prepara de a poco ya que seca muy rápido y no es cuestión
de desperdiciar los pigmentos. Recordar que algunos colores se forman por la
superposición de colores más claros. Si se crea un color, no olviden de anotar
sus proporciones, de lo contrario tardarán mucho en volver a conseguirlo, o lo
que es peor deberán cambiar el color. Por cada color un mínimo de 4 manos.
Recomiendo empezar por los colores más claros. También se puede ir pintando a
medida que se va restaurando, esto se logra con la práctica y resguardando a
las partes ya hechas con papel film para que no se manchen o estropeen. Ustedes
decidirán qué les gusta más hacer. En este caso, restauré primero y pinté al
final.
6) Una vez lista la pintura, vienen los
retoques, por más que se haya trabajado con cuidado, estos son inevitables. Yo
acostumbro ir girando la imagen, acostarla y rotarla, para ir descubriendo
imperfecciones, y mucho más en esta que tiene un tamaño grande. Cuando se pinta
con pigmentos naturales y goma laca, puede obviarse el barniz final, aunque hay
personas que igualmente le suelen pasar, nunca está demás. Lista la imagen.
Nada
es más agradable que devolverle vida a una imagen deteriorada, gratifica mucho
porque uno sabe que cuando ya no esté, ella seguirá estando, es una
prolongación de nuestro paso por la tierra.
Comparativo: