Desde hace algunos años me dedico a la creación y restauración de imágenes religiosas. De a poco les iré mostrando algunas de mis piezas y voy a compartir con ustedes las distintas técnicas que se emplean. Muchas de las piezas se encuentran a la venta, sólo tienen que consultar. Muchas gracias por compartir conmigo este espacio. Estamos en Misiones, Argentina. Para comunicarse escribir al e-mail: daniel1962ar@gmail.com
jueves, 16 de enero de 2025
miércoles, 15 de enero de 2025
15 de enero fiesta de San Arnoldo Janssen.
Arnoldo
Janssen nació el 5 de noviembre de 1837 en Goch, una pequeña ciudad alemana,
siendo el segundo de diez hijos. Sus padres fueron profundamente cristianos e
incansables trabajadores.
Arnoldo desarrolló las mismas características. Todos
los días se rezaba el Rosario en familia y el padre tenía la costumbre de leer
regularmente en voz alta el Prólogo del Evangelio de San Juan (Jn 1,1-18).
Arnoldo mantuvo, durante toda su vida, muy viva la devoción al Rosario y un
profundo amor al Maestro Divino, presente en la Sagrada Escritura y en la Santa
Eucaristía. Asimismo heredó de su padre la devoción al Espíritu Santo.
Fue
ordenado sacerdote en la Diócesis de Münster el 15 de agosto de 1861 y fue
enviado a la ciudad de Bocholt como docente en una escuela media. Era respetado
como docente siendo severo pero justo. Durante este período maduraron y se
interiorizaron más su fe y su vida de oración. Su celo sacerdotal lo llevó a
estar siempre a disposición de la gente, también al margen de la enseñanza,
ayudándoles a profundizar en la fe.
Gracias
a su particular devoción al Sagrado Corazón y a su intensa vida de oración, fue
nombrado director diocesano del Apostolado de la Oración y empleaba gran parte
de su tiempo libre y de sus vacaciones para difundirlo en la Diócesis y en
todas las regiones de habla alemana.
Su entusiasmo por animar a la gente a
rezar según las intenciones del Sagrado Corazón, le ayudó a tomar conciencia de
las necesidades espirituales de la gente, incluso más allá de los límites de su
Diócesis. Esto originó en él un profundo celo por trabajar y rezar por la
reunificación de las Iglesias Cristianas en Alemania. Se ensancharon aún más
sus horizontes y se fortaleció su conciencia de que la misión de la Iglesia
abarca a toda la humanidad.
Dedicó
su vida a reavivar en la Iglesia en Alemania sus compromisos misionero y
fomentar entre los católicos el entusiasmo por la labor misionera de la Iglesia
fuera de Alemania -la “misión entre paganos”.
Con tal objetivo decidió fundar
una revista popular. En 1873 dejó su cargo como docente para poder dedicar más
tiempo a esta nueva actividad. El primer número del “Pequeño Mensajero del Sagrado
Corazón” apareció en enero de 1874. En la revista publicaba noticias de las
misiones extranjeras y estimulaba a los lectores a hacer algo más por ellas.
En
los años ’70 la Iglesia en Alemania vivió una dolorosa experiencia de
persecución: -el “Kulturkampf” (revolución cultural). Leyes anti-católicas
fueron motivo de expulsión de sacerdotes y religiosos e incluso obispos fueron
encarcelados. Tal vez esta realidad despertó en él la idea de que algunos de
estos sacerdotes podrían entusiasmarse y trabajar en las misiones extranjeras
o, por lo menos, para colaborar en la enseñanza en los institutos misioneros.
En Alemania, sin embargo, no existía ningún instituto. Esperaba, por tanto, que
alguno de estos sacerdotes, interesado por las misiones, aceptase el desafío de
iniciar un tal instituto. Su cometido lo veía más bien como promotor de la idea
a través de su revista y reunir fondos para la misma.
Fundador
de la Congregación del Verbo Divino
El
reacio Arnoldo Janssen fue viendo cada vez más claro que el Señor le llamaba a
él mismo a tomar en sus manos esta difícil iniciativa. Una vez que reconoció
que era la voluntad de Dios se dedicó con alma y corazón a este proyecto.
La
mayor parte de sus contemporáneos pensaban que el momento no fuese oportuno.
Muchos, incluso, no veían en él a la persona indicada, pero su confianza en
Dios le ayudó a resistir, no obstante, las ironías y los comentarios negativos
que sobre él circulaban.
No
obstante las condiciones poco favorables en Alemania, obtuvo el apoyo de muchos
obispos. Comenzó a recoger fondos y a buscar un lugar adecuado. Debido a la
situación política en Alemania, compró una casa al otro lado de la frontera, en
Steyl, Holanda. El 8 de septiembre de 1875 es considerada la fecha oficial del
comienzo de la obra.
Las
condiciones de vida eran humildes, pero, estaba en marcha la preparación de
sacerdotes para la tarea misionera. El 2 de marzo de 1879, tres años y medio
después, enviaba los dos primeros misioneros a China. Uno de ellos era José
Freinademetz que fue beatificado en 1975 junto con Arnoldo Janssen.
El
número de los estudiantes crecía de año en año y fue necesario construir nuevos
edificios. Las publicaciones de Steyl sirvieron para atraer vocaciones y, al
mismo tiempo, para hallar los fondos necesarios. En enero de 1876 Arnoldo
Janssen abrió su propia imprenta. Al igual que las otras iniciativas, también
esta se desarrollo rápidamente y, gracias a la buena preparación de los
Hermanos, muy pronto se hizo famosa por la calidad de los trabajos.
Al
celebrar el 25 aniversario, la revista mensual para las familias Stadt Gottes
(Ciudad de Dios) tenía una tirada de 200.000 ejemplares y el St. Michaels
Kalender (Calendario de S. Miguel) más de 700.000. Estas publicaciones
ejercieron un gran influjo sobre la Iglesia en Alemania fomentando el interés
por las misiones. Arnoldo Janssen, desde finales del siglo XIX, fue
considerado, con toda justicia, como “el animador misional” de la Iglesia en
los países de habla alemana.
La distribución de las mencionadas publicaciones dependía
del compromiso generoso y la entrega desinteresada de miles de laicos,
verdaderos misioneros en la patria.
Con
el correr de los años, la imprenta promovió a Steyl como centro de animación
misionera. También los retiros espirituales en Steyl tuvieron gran impacto. El
P. Janssen fue un pionero en la introducción del movimiento de los retiros
espirituales en los países de habla alemana.
Cada año miles de sacerdotes y
laicos, hombres y mujeres, participaban en tales retiros y volvían a sus casas
contagiados con algo del espíritu de oración y entusiasmo que encontraron en
Steyl. Se daba importancia también a que cada participante, al regresar,
llevase un buen número de Rosarios. Quizá, pocos han distribuido gratuitamente
tantos Rosarios como Arnoldo Janssen.
No
todos los que llamaban a las puertas de Steyl con el deseo de dedicar su vida
al servicio misionero querían ser sacerdotes. Deseaban ayudar a las misiones
con su trabajo. Arnoldo Janssen los recibió con mil amores, si bien esto no
entraba en sus planes originales. Así nació y creció la rama de los Hermanos
laicos.
Dándoles una buena preparación técnica y comercial, y introduciéndolos
en posiciones importantes, contribuyó a crear un nuevo estilo de Hermano laico.
Con su trabajo de excelente calidad y con su espíritu de oración contribuyeron
en forma eficaz al desarrollo del Instituto Misionero y al trabajo material y
espiritual en las misiones. En este, como en otros campos, estaba dispuesto a
abrir nuevos caminos, nunca antes intentados, una vez convencido que el Señor
lo empujaba en esa dirección.
En
el primer Capítulo General del año 1885, la comunidad se constituyó como
Congregación religiosa, compuesta por sacerdotes y hermanos, con el nombre de
“Sociedad del Verbo Divino” (SVD), con la finalidad de difundir el Evangelio,
especialmente entre los pueblos no cristianos. El P. Janssen fue elegido primer
Superior General.
Fundador
de dos Congregaciones femeninas
También
varias mujeres solicitaron unirse a la obra con la esperanza de servir a las
misiones como Hermanas misioneras. La primera fue la Beata María Elena
Stollenwerk (beatificada en mayo de 1995). Arnoldo Janssen, convencido de la
importancia pastoral de las mujeres que trabajaban codo con codo con los
misioneros, el 8 de diciembre de 1889 fundó una Congregación misionera con el
nombre de “Siervas del Espíritu Santo”. En 1895 envía las primeras Hermanas al
extranjero, concretamente a la Argentina. Muy pronto se descubrió su
importancia en todas las misiones donde ya trabajaban los sacerdotes y los
Hermanos.
En
1896 el P. Janssen eligió un grupo de Hermanas para la vida en clausura y las
llamó “Siervas del Espíritu Santo de Adoración Perpetua”. Ante la adoración del
Santísimo Sacramento debían rezar, literalmente, día y noche por la Iglesia y
especialmente por las dos Congregaciones misioneras de Steyl.
Evangelizar
hasta los confines de la tierra
Las
Congregaciones crecieron rápidamente. En mayo de 1900 eran ya 208 sacerdotes,
549 Hermanos, 190 Hermanas, 99 estudiantes de teología y 731 alumnos aspirante
a misioneros.
Ante
este creciente número de misioneros, la Congregación para la Propagación de la
Fe animó a Janssen a abrir seminarios misioneros en otros países. A su muerte,
en 1909, sus misioneros trabajaban en los cinco Continentes: en China, luego
Roma, Argentina, Austria, Togo, Alemania, Ecuador, Brasil, Estados Unidos de
América, Nueva Guinea, Australia, Chile, Japón, Paraguay, Filipinas. Una de sus
últimas decisiones fue el permiso para abrir un seminario misionero cerca de
Chicago, el primero en Estados Unidos.
Arnoldo
Janssen murió el 15 de enero de 1909. Su vida fue una permanente búsqueda de la
voluntad de Dios, de confianza en la providencia divina y de duro trabajo. Que
su obra ha contado con la bendición del Señor lo atestigua también el
desarrollo ulterior de su obra: (svd-4, 025) más de 6.000 misioneros del Verbo
Divino trabajan hoy en 65 países. Las misioneras Siervas del Espíritu Santo se
encuentran presentes en 35 países con más de 3.800 hermanas. Las Siervas del
Espíritu Santo de Adoración Perpetua superan el número de 400 en 10 países.
lunes, 13 de enero de 2025
13 de enero fiesta de la Beata Francisca de la Encarnación (María Francisca Espejo y Martos).
Hoy
la familia trinitaria celebra la memoria de esta valerosa mujer, signo del amor
redentor de Dios y ejemplo de entrega máxima.
María
Francisca Espejo y Martos nació el 2 de febrero de 1873, en la ciudad de Martos
(Jaén )en el seno de una familia humilde, era sobrina de una monja trinitaria,
llamada sor María del Rosario.
Francisca,
al quedar huérfana muy joven, entró como educanda en el convento de Martos al
amparo de su tía, y en su adolescencia y sintiendo el deseo de quedarse en el
convento como monja, pidió ser admitida en la comunidad. Tomó el hábito el 2 de
julio de 1893, y realizó su profesión solemne el 5 de julio de 1894, tomando el
nombre de sor Francisca de la Encarnación.
Sor
Encarnación era una religiosa tranquila y dedicada completamente al
cumplimiento de sus deberes religiosos, a los trabajos comunitarios.
Su
vida fue la de una mujer oculta la mayor parte de sus años entre los muros del
convento trinitario, dedicada a la oración, al trabajo, a la penitencia.
Sus
oficios fueron los de enfermera, sacristana, portera y tornera, ejercidos con
su característica sencillez, espíritu de servicio y obediencia. Padeció mucho
con el reúma, sufriendo en una ocasión un ataque que la dejó paralizada durante
varios meses, prueba que sobrellevó con paciencia admirable. Sor Encarnación
fue de carácter retraído, introvertido, era muy tímida y asustadiza.
Durante
toda su vida religiosa estuvo cuidando a su tía Rosario, también religiosa, y
de agrio carácter.
El
21 de julio de 1936, a las diez de la mañana, se presentaron en el convento los
milicianos, con orden de desalojarlo y apoderarse de sus instalaciones. Sor
Francisca, con su tía, sor Rosario, y una tercera religiosa, sor Dolores, se
fueron a refugiar a casa de Ramón, hermano de sor Francisca. Les dieron como
aposento una habitación grande en la planta alta de la casa.
Quedaron
tía y sobrina. Vestían de negro, con un pañuelo oscuro en la cabeza, sin salir de
casa para nada. En su habitación seguían la vida regular propia del convento,
con los mismos horarios de oraciones y labores.
Un
frío 12 de enero de 1937, se presentaron en el domicilio familiar unos
milicianos, diciendo que querían llevarse a las monjas. Sin permitirles llevar
nada consigo, sacaron a sor Francisca y a su anciana tía, sor Rosario, de su
casa.
El
día anterior, 11 de enero, la aviación franquista había bombardeado la zona;
como represalia, los milicianos decidieron vengarse, fusilando a cincuenta
personas, señaladas por sus ideas políticas de derechas o por su carácter
religioso. Especialmente, señalaron a las superioras de las tres comunidades
religiosas femeninas de Martos; nadie sabe por qué, pero creyeron que sor
Francisca era la priora.
Madre
Francisca de la Encarnación fue encerrada en los calabozos del Ayuntamiento,
linderos con su convento. Allí coincidió con la superiora del colegio de la
Divina Pastora, y con sor María de los Ángeles, religiosa trinitaria, que
sobrevivió a los hechos.
Aquella
noche del 12 al 13 de enero de 1937, sacaron en camiones a los cincuenta
presos. Todos varones, menos tres religiosas: sor Francisca, la beata sor
Victoria Valverde (superiora de las religiosas de la Divina Pastora) y madre
Isabel, abadesa de las clarisas.
Los
llevaron a la aldea de Casillas de Martos, y en su cementerio fueron fusilando
a los presos. De las tres monjas, a dos las llevaron a las verjas del
cementerio, tratando de abusar de ellas; éstas se resistieron, abrazándose a
las verjas, y allí mismo fueron fusiladas.
A
Sor Francisca, se la llevó un miliciano a una hondonada cercana, para abusar de
ella, sin lograrlo, porque ésta se resistió con todas las fuerzas, provocando
la ira del agresor, quien la mató a fuerza de golpes en la cabeza, con la
culata del fusil, como luego se pudo comprobar al exhumar el cadáver.
Una
vez muerta, la llevó arrastrando hasta echarla a una de las tres fosas que
habían cavado en el cementerio, en que yacían ya los hombres recién fusilados.
La cruda narración de los hechos proviene de un testigo directo.
Fue
beatificada el 28 de octubre de 2007 en Roma, por el Papa Benedicto XVI,
convirtiendose así en la primera monja trinitaria que obtiene dicho título.
Actualmente puede observarse su cuerpo incorrupto en el Monasterio de la
Santísima Trinidad de la ciudad de Martos.
domingo, 12 de enero de 2025
Fiesta del Bautismo de Jesús.
Fiesta, con la cual se cierra el tiempo litúrgico de Navidad
Normalmente el domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía es dedicado a celebrar el bautismo de Cristo y señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor. Es también el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario.
Cuando Cristo se metió en la cola para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía que hacer.
Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14). El Catecismo hace referencia a esta actitud humilde de Cristo en el n.536:
Hay una diferencia importante entre los dos bautismos:
El de JESÚS: con Espíritu Santo, renovación interior que nos hace "partícipes de la naturaleza divina”
"No soy digno ni siquiera de desatar la correa de su sandalia..." trabajo reservado al más inútil de los esclavos... Juan destaca la infinita distancia entre él y Jesús...
¿Porqué entonces Jesús se hace bautizar por Juan? )es una escena tan impresionante, que podría resultar incomprensible, y hasta escandalosa]...
Pero admitámoslo, y descubramos nuevamente el "modo" que Dios emplea para salvarnos: hoy se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia...
Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios... así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados, y subió a la Cruz como si fuese un delincuente...
Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy "especial": ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:
El cielo abierto (ya nunca más cerrado por los pecados, como hasta este momento) Es decir, comienza una nueva etapa de relación entre Dios y los hombres: el Cielo viene a nosotros, y nosotros vamos allá: viene con Cristo y el Espíritu Santo.
Llega todo, porque Dios mismo viene, y Él será para nosotros y nos dará todo. Estamos frente al comienzo de una nueva humanidad, divinizada.
En la proposición que San Marcos hace en su Evangelio, el Padre no "presenta" a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo...”): Cristo nos representa a todos, que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre... Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por VIVIR NUESTRO BAUTISMO...
Sigamos a Cristo por la Cruz a la Luz.
P. Juan Pablo Esquivel | Fuente: Catholic.net
12 de enero fiesta de San Bernardo de Corleone.
Filippo
Latini, que así se llamaba de seglar nuestro santo, nació en Corleone (Sicilia,
Italia), el 6 de febrero de 1605. De joven ejerció el oficio de zapatero. Su
casa era conocida como «la casa de los santos», porque tanto su padre como sus
hermanos eran muy caritativos y virtuosos. Por ello, recibió una buena
formación religiosa y moral. Era muy devoto de Cristo crucificado y de la
santísima Virgen. Sin embargo, tenía un carácter muy fuerte.
En
cierta ocasión, tuvo un enfrentamiento con otro joven; después de las palabras
pasaron a las manos: ambos desenfundaron la espada y, tras un breve duelo, el
otro quedó gravemente herido. Al huir de la justicia humana, buscó refugio en
una iglesia, invocando el derecho de asilo, pero, aunque se libró de la
justicia humana, no pudo escapar de su conciencia.
En la
soledad y en la meditación reflexionó largamente sobre el delito cometido y
sobre toda su vida, desperdiciada, inútil y disipada, odiosa a los demás y
dañina para su alma, lo más precioso que el hombre posee. Se arrepintió, invocó
el perdón de Dios y de los hombres e hizo áspera penitencia.
Para
reparar sus pecados, con vestidos de penitente decidió tomar el sayal de los
Hermanos Menores Capuchinos. Abandonó Corleone, que le recordaba su pasado, y
llamó a la puerta del convento de Caltanissetta, en Sicilia, donde fue admitido
y tomó el nombre de Bernardo.
Como
laico profeso de la orden de los Frailes Menores Capuchinos, fue en verdad un
hombre nuevo, decidido a alcanzar una perfección cada vez más alta, con
humildad, obediencia y austeridad.
En el
convento ejerció casi siempre el oficio de cocinero o ayudante de cocina.
Además, atendía a los enfermos y realizaba una gran cantidad de trabajos
complementarios, con el deseo de ser útil a todos, a los hermanos sobrecargados
de trabajo y a los sacerdotes, a los que lavaba la ropa y prestaba otros
servicios. Dormía en el suelo, no más de tres horas diarias, y multiplicaba sus
ayunos.
Aunque
inculto e iletrado, alcanzó las alturas de la contemplación, conoció los más
profundos misterios, curó enfermos, distribuyó consuelos y consejos, intercedió
con su oración para alcanzar de Dios abundantes gracias para los demás.
Esto lo
realizó durante treinta y cinco años, hasta su muerte. Su oración asidua, su
caridad ferviente, su filial devoción a la Virgen Inmaculada y su acendrada
devoción a la Eucaristía (a pesar de las costumbres de aquellos tiempos, recibía
la comunión diariamente), fueron el secreto de su santidad. Se preocupó por
conformarse a Cristo crucificado. Tomó en serio el Evangelio y trató siempre de
vivirlo con todas sus consecuencias.
Murió
el 12 de enero de 1667 en Palermo. Tenía 62 años. El papa Clemente XIII lo
beatificó el 15 de mayo de 1768, y San Juan Pablo II lo canonizó el 10 de junio
del 2001.
viernes, 10 de enero de 2025
10 de enero fiesta de la Beata Ana de los Ángeles Monteagudo.
Nació
en Arequipa el 26 de julio de 1602, hija del español Sebastián Monteagudo de la
Jara y de la arequipeña Francisca Ponce de León.
Conforme
a costumbres de la época, Ana fue internada por sus padres en el monasterio de
Santa Catalina. Vuelta al hogar por decisión de sus padres, no le satisfizo los
halagos del mundo ni las perspectivas de un ventajoso matrimonio.
Deseaba
hacerse religiosa y lo puso en práctica ante la indignada reacción de sus
padres. Soportó con paciencia y ánimo invicto las contrariedades y emprendió la
senda de la perfección.
En
1618 inicia el noviciado y añade a su nombre el apelativo "de los
Ángeles". La aspereza de la vida conventual no la arredra. Vive con
entusiasmo el ideal de Domingo de Guzmán y de Catalina de Siena.
Con el tiempo
llega a ser Maestra de novicias y Priora (1647). Acomete con energía la reforma
del monasterio. Amonesta y corrige, anima y promueve. Además de las profesas,
habitaban por esa época en el monasterio cerca de 300 personas, no todas
imbuidas del deseo de perfección.
La obra de Ana de los Ángeles chocó con
oposiciones tenaces. Sor Ana atendió asimismo, abnegada y heroicamente, a las
víctimas de una peste que azotó Arequipa. Tuvo altísima oración, esmerada
perfección en las virtudes propias de la vida religiosa, serenidad y paciencia
en los sufrimientos.
Falleció el 10 de enero de 1686. Beatificada en Arequipa por Juan Pablo II en 1985.
lunes, 6 de enero de 2025
6 de enero fiesta de la EPIFANÍA.
Los
pastores y reyes del Oriente visitan a Jesús el Mesias, le llevan regalos y lo
adoran con oro, incienso y mirra.
Origen
de la fiesta
El 6 de
enero se celebraba desde tiempos inmemoriales en Oriente, pero con un sentido
pagano: En Egipto y Arabia, durante la noche del 5 al 6 de enero se recordaba
el nacimiento del dios Aion. Creían que él se manifestaba especialmente al
renacer el sol, en el solsticio de invierno que coincidía hacia el 6 de Enero.
En esta misma fecha, se celebraban los prodigios del dios Dionisio en favor de
sus devotos.
La
fiesta de la Epifanía
sustituyó a los cultos paganos de Oriente relacionados con el solsticio de
invierno, celebrando ese día la manifestación de Jesús como Hijo de Dios a los
sabios que vinieron de Oriente a adorarlo. La tradición pasó a Occidente a
mediados del siglo IV, a través de lo que hoy es Francia.
La
historia de los Reyes Magos se puede encontrar en San Mateo 2, 1-11.
“Después
de haber nacido Jesús en Belén de Judea, en el tiempo del Rey Herodes, unos
magos de Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: ¿dónde está el que ha
nacido, el Rey de los Judíos? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y
venimos a adorarlo.
Al oír
esto, el Rey Herodes se puso muy preocupado; entonces llamó a unos señores que
se llamaban Pontífices y Escribas (que eran los que conocían las escrituras) y
les preguntó el lugar del nacimiento del Mesías, del Salvador que el pueblo
judío esperaba hacia mucho tiempo.
Ellos
contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el Profeta:
de
ningún modo eres la menor
entre
las principales ciudades de Judá
porque
de ti saldrá un jefe
que
será el pastor de mi pueblo Israel".
Entonces
Herodes, llamando aparte a los magos, los envió a la ciudad de Belén y les
dijo: Vayan e infórmense muy bien sobre ese niño; y cuando lo encuentren,
avísenme para que yo también vaya a adorarlo.
Los
Reyes Magos se marcharon y la estrella que habían visto en el Oriente, iba
delante de ellos hasta que fue a pararse sobre el lugar donde estaba el Niño.
Al ver la estrella, sintieron una gran alegría.
Entraron
en la casa y vieron al niño con María su madre. Se hincaron y lo adoraron.
Abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Luego,
habiendo sido avisados en sueños que no volvieran a Herodes, (pues él quería
buscar al Niño para matarlo), regresaron a su país por otro camino.”
Podemos
aprovechar esta fiesta de la
Iglesia para reflexionar en las enseñanzas que nos da este
pasaje evangélico
* Los
magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansarse, la luz de Dios,
siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesucristo, luz de los hombres, le
ofrecen con alegría todo lo que tienen.
* La
estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el
Evangelio es lo que anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús.
* Los
Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas
(de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella que les llevaría a
encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos los pueblos de la tierra
que desde el paganismo han llegado al conocimiento del Evangelio.
* Los
Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño
Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un
camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir a Dios implica sacrificio,
pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y trabajo vale la pena.
* Los
Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían.
Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue
así, sino que lo encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron
sus regalos. Nos enseñan la importancia de estar siempre pendientes de los
signos de Dios para reconocerlos.
Los
Reyes Magos fueron generosos al ir a ver a Jesús, no llegaron con las manos
vacías. Le llevaron:
oro: que se les da a los reyes, ya que Jesús ha venido de
parte de Dios, como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los
pueblos;
incienso: que se le da a Dios, ya que Jesús es el hijo de Dios
hecho hombre;
mirra: que se untaba a los hombres escogidos, ya que adoraron a
Jesús como Hombre entre los hombres.
Esto
nos ayuda a reflexionar en la clase de regalos que nosotros le ofrecemos a Dios
y a reconocer que lo importante no es el regalo en sí, sino el saber darse a
los demás. En la vida debemos buscar a Dios sin cansarnos y ofrecerle con
alegría todo lo que tenemos.
* Los
Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al niño Jesús. Supieron valorar
el gran amor de Dios por el hombre.
*
Debemos ser estrella que conduzca a los demás hacia Dios.
Significado
de la fiesta
Antes
de la llegada del Señor, los hombres vivían en tinieblas, sin esperanza. Pero
el Señor ha venido, y es como si una gran luz hubiera amanecido sobre todos y
la alegría y la paz, la felicidad y el amor hubieran iluminado todos los
corazones. Jesús es la luz que ha venido a iluminar y transformar a todos los
hombres.
Con la
venida de Cristo se cumplieron las promesas hechas a Israel. En la Epifanía celebramos que
Jesús vino a salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos.
Epifanía
quiere decir "manifestación", iluminación. Celebramos la manifestación
de Dios a todos los hombres del mundo, a todas las regiones de la tierra. Jesús
ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos y ser luz de todas
las naciones.
En la Epifanía celebramos el
amor de Dios que se revela a todos los hombres. Dios quiere la felicidad del
mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres, y ha venido a salvar a todos
los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza.
Es un
día de alegría y agradecimiento porque al ver la luz del Evangelio, salimos al
encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos nuestra adoración como los
mago.
domingo, 5 de enero de 2025
5 de enero fiesta de SAN JUAN NEPOMUCENO NEUMANN.
Juan
Nepomuceno Neumann nació en 1811 en Prachatitz, entonces parte del Imperio
Austro-Húngaro, hoy población checa. Juan fue el tercero de una familia de seis
hijos. Durante los estudios de filosofía, realizados con los cistercienses, su
afición eran las ciencias naturales tanto que pensó en estudiar medicina, pero,
motivado por su madre, ingresó al seminario.
En el
año 1831, mientras estudiaba teología en el seminario de Budweis se interesó
vivamente por las misiones y decidió dedicarse a la evangelización en América.
Habiéndole
llegado la hora de la ordenación sacerdotal, su obispo la defirió por tiempo
indefinido. En esas circunstancias decidió partir para Estados Unidos, invitado
por el obispo de Filadelfia. Desde Budweis escribió a sus padres: “Mi
inalterable resolución, hace ya tres años acariciada y ahora próxima a
cumplirse, de ir en auxilio de las almas abandonadas, me persuade de que es
Dios el que me exige este sacrificio... Yo os ruego, queridos padres, que
llevéis con paciencia esta cruz que Dios ha puesto sobre vuestros hombros y los
míos.”
Llegó a
Nueva York en 1836, siendo ordenado sacerdote ese mismo año en la catedral de
San Patricio. Inmediatamente se le destinó a la región de las cataratas del
Niágara. Movido por un deseo de mayor entrega a Dios e impresionado por la
eficacia del apostolado realizado por los misioneros redentoristas, quienes
intentaban establecerse en aquellas tierras, pidió ser admitido en la
congregación. Como redentorista ejerció el ministerio sagrado en Baltimore. Fue
nombrado sucesivamente vicario del provincial, consejero, y finalmente superior
de comunidad, en Filadelfia.
Estando
esta ciudad, fue nombrado obispo de Filadelfia. En su labor pastoral, ideó un
plan llamado sistema de escuelas parroquiales para dotar a cada parroquia con
una escuela católica; en sus ocho años de episcopado se abrieron setenta
escuelas. En el centenario de su muerte, celebrado en Pennsylvania en el año
1960, fue reconocido por el Senado como hombre insigne, pionero y promotor del
sistema escolar católico de Estados Unidos.
Entre
1854 y 1855 se ausentó de su diócesis para ir a Roma en visita “ad límina”. El
8 de diciembre recibió la gracia de estar presente en la basílica de San Pedro
cuando el papa Pío IX proclamó solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción.
A él correspondió sostener el libro en el que el Papa leyó las palabras de la
proclamación del dogma.
De
regreso a su diócesis llevó a cabo un permiso recibido del papa Pío IX: recibió
los votos religiosos de tres mujeres que pertenecían a la tercera orden de San
Francisco y convirtió su asociación en congregación religiosa: las Hermanas
Terciarias Franciscanas, para quienes redactó unas constituciones. Murió en
1860. Fue beatificado en 1963 y canonizado en 1977 por el papa Pablo VI.
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