¿Cuál
es la relación entre la ciencia y la fe? ¿Es que ambas están en oposición? Pues
no. Ciencia y fe son totalmente compatibles y la vida de estos hombres son una
prueba irrefutable de ello. Estos científicos transformaron sus disciplinas, revolucionaron nuestro entendimiento del
mundo y demostraron en sus obras la armonía entre fe y ciencia.
San Silvestre II (945-1003)
Fue
el primer papa francés de la historia. Fue un gran matemático e introdujo en
Francia el sistema decimal islámico y el uso del cero, facilitando así los
cálculos.
Roberto Grosseteste (1175-1253)
Siendo
obispo de Lincoln (Inglaterra), fue un erudito en casi todas las materias del
saber de su época. También fue precursor de la filosofía moderna por su
intención de introducir el pensamiento aristotélico en la Universidad de
Oxford.
San Alberto Magno (1193-1280)
Renombrado
sacerdote dominico, obispo y Doctor de la Iglesia. También fue filósofo,
geógrafo y una renombrada figura de la química, al grado de descubrir el
arsénico.
Roger Bacon (1214-1294)
Franciscano
conocido como Doctor Mirabilis (Doctor admirable). Es uno de los precursores
del método científico moderno. Ya en su tiempo él decía “la matemática es la
puerta y la llave de toda ciencia”.
Jean Buridan (1300-1375)
Clérigo
secular francés y precursor de la mecánica de Newton por medio de su noción del
impulso.
Nicolás Oresme (1323-1382)
Fue
teólogo y obispo de Lisieux y también un genio intelectual. Probablemente sea
el pensador más original del siglo XIV, por su actividad como economista,
matemático, físico, astrónomo, filósofo, psicólogo, y musicólogo. Descubrió la
refracción atmosférica de la luz.
Nicolás Copérnico (1475-1543)
Nacido
en 1473 en la actual Toruń, Polonia, Nicolás Copérnico apuntaba a una carrera
en medicina y derecho cuando descubrió su pasión por la astronomía. Luego sería
una de las mayores figuras de la Revolución científica, recordado por desafiar
el modelo tradicional geocéntrico del universo que situaba a la Tierra en su centro.
En su lugar, Copérnico propuso un modelo heliocéntrico o centrado en el Sol.
Sus ideas se presentaron en su libro Sobre las revoluciones (de los orbes
celestes), publicado en 1543, año de su muerte.
Copérnico
fue un auténtico hombre del Renacimiento. A pesar de su interés en la
astronomía, terminó por obtener sendos doctorados en medicina y derecho. Se
ganaba la vida como canónigo de la Iglesia, gestionando propiedades y finanzas.
También tradujo las obras del historiador bizantino del siglo VII Teofilacto,
escribió un tratado sobre el dinero y además practicaba la medicina.
Venía
de una familia católica devota, con dos hermanos que se hicieron clérigos, una
hermana que entró en la orden cisterciense y su familia pertenecía a la Tercera
Orden de Santo Domingo, según la Enciclopedia Católica. Mientras que otros
científicos de su era entraban en conflicto con la Iglesia, Copérnico estaba en
buenos términos con las autoridades eclesiásticas.
Dedicó el prefacio de Sobre
las revoluciones al papa Pablo III. Escribió: “Aunque sé que los pensamientos
del hombre filósofo están lejos del juicio del vulgo, sobre todo porque su afán
es buscar la verdad en todas las cosas, en cuanto esto le ha sido permitido por
Dios a la razón humana; sin embargo, considero que debe huirse de las opiniones
extrañas que se apartan de lo justo”.
Incluso
cuando desafió muchas de las ortodoxias reinantes en su día, Copérnico permaneció
respetuoso a la autoridad de la Iglesia. Según señala la Enciclopedia Católica,
“lo más significativo del carácter de Copérnico es que, aunque que no rehuía el
demoler un sistema científico consagrado por un milenio de aceptación
universal, se enfrentó a los reformadores de la religión”.
Su
libro estuvo brevemente incluido en el Índice de Libros Prohibidos de la
Iglesia en 1616, entre la controversia con Galileo, pero fue suprimido pocos
años después tras algunas correcciones menores a solamente 10 frases que
describían el heliocentrismo como una hipótesis en vez de un hecho, según
explica Catholic Answers. En 2008, se identificaron sus restos y dos años
después fueron bendecidos con agua bendita y enterrados de nuevo, según recoge
Space.com.
Francesco Maria Grimaldi (1618-1663)
Siendo
jesuita, construyó y utilizó los instrumentos para medir características
geológicas en la luna, y dibujó un mapa de la luna que fue publicado por
Riccioli. También descubrió la difracción de la luz.
Giovanni Battista Riccioli (1598-1671)
Astrónomo
jesuita italiano considerado como un pionero en la astronomía lunar. Fue la
primera persona en medir la tasa de aceleración de un cuerpo cayendo
libremente.
Athanasius Kircher (1602-1680)
Este
sacerdote jesuita fue uno de los científicos más importantes de la época
barroca. Fue políglota, erudito y estudioso orientalista. Llamado también
“maestro de cien artes”, fue refutador de la alquimia.
Nicolás Steno (1638-1686)
Es
considerado el padre de la Geología. Fue un políglota, médico, y anatomista
danés. Luego de convertirse al catolicismo, murió como obispo misionero.
Ruder Boskovic (1711-1787)
Físico,
astrónomo, matemático, filósofo, poeta y sacerdote jesuita de la República de
Ragusa. Influyó en las obras de Faraday, Kelvin, Einstein, etc.
Gregor Mendel (1822-1884)
Gregor
Mendel fue un monje agustino austriaco del siglo XIX que es recordado por sus
experimentos con guisantes que condujeron al descubrimiento de los patrones de
rasgos hereditarios. Al cruzar plantas con diferentes rasgos —como altura o
color—, Mendel pudo identificar rasgos dominantes y recesivos y demostrar que
los rasgos se transmitían independientemente los unos de los otros, según
informa biography.com.
Estas
observaciones se llegaron a conocer más tarde como leyes de Mendel y su teoría
tocante como mendelismo. Aunque él no descubrió realmente los genes, sí
conjeturó sobre la existencia de unidades parecidas a los genes. Su obra se
convirtió en el fundamento de todos los consiguientes estudios de genética. (La
palabra ‘gen’ no se acuñó hasta 1905, décadas después de la muerte de Mendel).
Mendel
nació en 1822 en una humilde familia de granjeros de Austria. Después de
estudiar física y matemáticas en la Universidad de Olmütz, entró en la Orden de
San Agustín en el monasterio de Santo Tomás en Brno, en la actual República
Checa. Fue ordenado sacerdote en 1847. Se convirtió en profesor sustituto, pero
después de suspender un examen de certificación, se fue a la Universidad de
Viena, donde estudió con el físico Christian Doppler (por quien recibe el nombre
el efecto Doppler).
Después
de Viena, Mendel regresó a la enseñanza y se convirtió en abad en el instituto
donde trabajaba. También durante este periodo empezó sus experimentos con los
guisantes en el huerto del monasterio.
Además, experimentó con abejas, pero las
anotaciones sobre sus resultados se han perdido, según la Enciclopedia
Católica. Más tarde presentaría sus hallazgos sobre rasgos hereditarios en una
serie de conferencias en la Sociedad de Ciencias Naturales en Brno. Falleció en
1884 y sus teorías cayeron en la oscuridad hasta que revivieron a comienzos del
siglo XX.
Padre
Giuseppe Mercalli (1850 - 1914)
Giuseppe
Mercalli fue un sacerdote italiano y profesor de seminario del siglo XIX que
estudiaba los volcanes. Pasó gran parte de su vida observando el Vesubio, cerca
de Nápoles, ciudad donde daba clases en la Universidad de Nápoles. Es el
inventor de una escala alternativa a la de Richter para medir la intensidad de
los terremotos.
A
diferencia de la escala de Ricther, que mide la potencia de los terremotos, la
escala de Mercalli detalla los efectos sobre la población humana. Una versión
modificada de su escala todavía se utiliza en el Servicio Geológico de los
Estados Unidos. Por ejemplo, un terremoto registra un 2 en la escala de
Mercalli si es “perceptible solo por algunas personas en reposo,
particularmente aquellas que se encuentran ubicadas en los pisos superiores de
los edificios”.
Un 10 en la escala implica que “algunas estructuras de madera
bien construidas quedan destruidas. La mayoría de las estructuras de
mampostería y el marco destruido con sus bases. Vías ferroviarias dobladas”
(fuente: Servicio Geológico de los EE.UU).
Nacido
en 1850, Giuseppe murió en un incendio en su apartamento en 1914. En el momento
de su muerte, era un científico internacionalmente conocido, que mereció una
historia de tres páginas en The New York Times. Dada la sospechosa naturaleza
del incendio que acabó con su vida, el New York Times barajó la posibilidad de
que fuera asesinado (según informa esta fuente).
Georges Lemaitre (1894-1966)
Dados
los estereotipos contemporáneos sobre la incompatibilidad entre fe y ciencia, a
algunos les sorprenderá que el hombre que desarrolló la teoría del Big Bang —la
base del modelo científico actual del universo— fuera un sacerdote católico belga
de nombre Georges Lemaitre.
Nacido
en 1894, Lemaitre estudió ingeniería civil en la Universidad Católica de
Lovaina y luego sirvió en la división de artillería del ejército belga durante
la Primera Guerra Mundial. Tras la guerra, entró en un seminario y fue ordenado
sacerdote en 1923. Continuó sus estudios de física en la Universidad de
Cambridge. También estudió en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Apoyándose
en las observaciones del astrónomo Edwin Hubble sobre la expansión del universo
y la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, Lemaitre planteó la
hipótesis de que el universo empezara en un denso punto de partida que nombró
“átomo primigenio” o “huevo cósmico”.
La
teoría del Big Bang, según se conoció, desafiaba la propia visión de Einstein
de un universo estático. El famoso científico dijo a Lemaitre: “Tus cálculos
son correctos, pero tu física es abominable”. Cuando la teoría de Lemaitre fue
confirmada más tarde por observación, Einstein se retractó y según parece declaró
que la teoría de Lemaitre era “la explicación más hermosa y satisfactoria de la
creación que he escuchado nunca” (fuentes aquí y aquí).
Lemaitre
falleció en 1966. Su teoría del Big Bang, en forma modificada, permanece como
el modelo cosmológico básico para describir hoy en día el universo.
Padre
Stanley Jaki (1924 – 2009)
Stanley
L. Jaki fue un sacerdote benedictino que escribió extensamente sobre la
relación entre ciencia y fe. Nacido en Gyor, Hungría, en 1924, se hizo
sacerdote en 1948 y recibió su doctorado en teología del Pontificio Ateneo de
San Anselmo, en Roma, dos años después.
Jaki
empezó a dar clases, pero tuvo que abandonar su trabajo después de que una
amigdalectomía le dejara incapaz de hablar. Regresó a la universidad para
estudiar física y logró su doctorado en la Universidad de Fordham bajo Victor
F. Hess, que descubrió los rayos cósmicos. Jaki volvió a la enseñanza en la
Universidad Seton Hall como profesor de física, puesto que conservó hasta su
muerte en 2009 con 84 años.
Su
obituario en The New York Times lo describe como un “académico infatigable” que
produjo más de 40 libros a lo largo de su carrera, incluyendo estudios sobre
G.K. Chesterton y el cardenal John Henry Newman.
Entre
sus obras más notables están The Relevance of Physics en 1966 y Science and
Creation en 1974. En ambas obras, Jaki “arguyó que la iniciativa científica no
se hizo viable y autosostenible hasta su encarnación en la Europa cristiana
medieval, y que el avance de la ciencia estaba en deuda con el entendimiento
cristiano de la creación”, según el periódico The New York Times. En un
artículo de 1967 en la revista Journal of Science and Religion, Jaki llevó su
argumentación más lejos todavía, declarando que “la fe, o la creencia, forma
los cimientos definitivos de la certidumbre para todo conocimiento”.
Sacerdote
belga, astrónomo y profesor de física. Él fue el primer académico conocido en
proponer la teoría de la expansión del universo de la cual nace la famosa
teoría del Big Bang.
Manuel Carreira (1931)
Sacerdote
jesuita, teólogo, filósofo y astrofísico español. Es miembro del Observatorio
Vaticano y ha colaborado en numerosos proyectos para la NASA. Es un firme
defensor de la compatibilidad entre ciencia y fe.
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