Juan Pablo I, el papa de los 33 días, fue proclamado beato hoy 4 de septiembre del 2022.
El Papa Francisco proclamó
hoy beato en una ceremonia en la plaza de San Pedro a Juan Pablo I, el
pontífice que murió tras solo 33 días de pontificado, cuya muerte fue objeto de
numerosas teorías y que la investigación en el proceso de beatificación ha
probado a desmontar asegurando que se trató de un infarto.
Para
la beatificación de Albino Luciani se aprobó el milagro a través de su
intercesión de Candela Giarda, una chica de Paraná (Argentina) que en 2011
cuando tenía 11 años se encontraba al borde de la muerte por “encefalopatía
inflamatoria aguda severa, enfermedad epiléptica refractaria maligna y shock
séptico”. Su madre Roxana Sosa rezó al pontífice fallecido como le indicó un
sacerdote argentino y al día siguiente ya fue mejorando.
Candela y su madre Roxana iban a estar presentes en Roma para
agradecer al papa Juan Pablo II por "su segunda vida" pero no pudo
viajar al haberse roto un pie.
El papa de la sonrisa, como se le conoció, fue elegido el 26 de
agosto de 1978 y se le encontró muerto en su cama en la mañana del 29 de
septiembre a los 65 años lo que hizo de su pontificado en uno de los más breves
de la Historia y también se convirtió en el último italiano hasta ahora.
"PASTOR APACIBLE Y HUMILDE"
"Hermanos, hermanas, el nuevo beato vivió de este modo: con
la alegría del Evangelio, sin concesiones, amando hasta el extremo. Él encarnó
la pobreza del discípulo, que no implica sólo desprenderse de los bienes
materiales, sino sobre todo vencer la tentación de poner el propio yo en el
centro y buscar la propia gloria", dijo el papa Francisco en su homilía
durante la beatificación.
Francisco destacó que el nuevo beato "por el contrario,
siguiendo el ejemplo de Jesús, fue un pastor apacible y humilde. Se consideraba
a sí mismo como el polvo sobre el cual Dios se había dignado escribir y por
eso, decía: "¡El Señor nos ha recomendado tanto que seamos humildes! Aun
si habéis hecho cosas grandes, decid: siervos inútiles somos".
"Con su sonrisa, el papa Luciani logró transmitir la bondad
del Señor. Es hermosa una Iglesia con el rostro alegre, sereno y sonriente, que
nunca cierra las puertas, que no endurece los corazones, que no se queja ni
alberga resentimientos, que no está enfadada ni es impaciente, que no se
presenta de modo áspero ni sufre por la nostalgia del pasado", añadió el Papa.
UN PROCESO DE BEATIFICACION QUE DEVUELVE LA VERDAD
Durante estos años se han escritos numerosos libros sobre la
pésima comunicación sobre su muerte que dieron lugar a numerosas teorías y
leyendas y diferentes hipótesis como la de que fue envenenado para evitar su
lucha contra la corrupción financiera.
La vicepostuladora Stefania Falasca, que ha dedicado más de seis
años en reunir la documentación, aseguró que todos los informes médicos, toda
la documentación clínica y los historiales prueban que se trató de una muerte
inesperada debida a un infarto y que no se consideró necesaria una autopsia
porque nada indicaba que no fuera una muerte natural y que el proceso
"restituye una verdad histórica"
Sor Margherita, de 81 años, la única monja viva de las que se
ocupaban al papa, explicó a los medios vaticanos "el gran dolor" que
le provocó la última visión de Luciani: "tumbado en la cama, con las luces
encendidas y una hoja de papel entre los dedos, lentes y sonriendo".
"El infarto fue fulminante”, recuerda sor Margherita, que
ante el por qué tanta especulación sobre una muerte respondió: "¡Ah,
bueno, porque siempre está la mano del diablo!”.
La ceremonia que se celebró bajo una fuerte tormenta fue presidida
por el Papa pero la misa la celebró Marcelo Semeraro, prefecto de la
Congregación para la Causa de los Santos, debido a los problemas de movilidad
de Francisco. Comenzó con la biografía y petición por parte de Renato
Marangoni, obispo de Belluno-Feltre, lugar natal de Luciani, de inscribir a
Juan Pablo I en el libro de los beatos.
Francisco aceptó la petición y agregó que "Juan Pablo I, Papa,
en adelante se le llame beato y que se le celebre cada año en los lugares y
según la establecido por ley, el 26 de agosto".
Después fue llevada al altar la reliquia de Juan Pablo I que en
este caso fue algo inédito porque consiste en una nota escrita en papel blanco
de 1956 por Luciani que consistía en "un esquema de reflexión espiritual
sobre las tres virtudes teologales “la fe, la esperanza y la caridad" que
se encontraba entre sus apuntes.
Juan Pablo I será el sexto papa del siglo XX incluido en el
libro de los beatos mientras que para ser canonizado, proclamado santo, se
necesitará que se apruebe un nuevo milagro.
JUAN PABLO I es el sexto Papa que ha sido beatificado.
Ya han sido canonizados cuatro papas del último siglo: Pío X (1903-1914), Juan XXIII (1958-1963), Pablo VI (1963-1978) y Juan Pablo II (1978-2005). El Papa Francisco canonizó personalmente a Juan XXIII y a Juan Pablo II en 2014, antes de beatificar a Pablo VI en el mismo año y luego canonizarlo en 2018.
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