El Padre Pío es uno de los más grandes
místicos de nuestro tiempo. Nos enseñó el amor radical al corazón de Jesús y a
su Iglesia. Su vida era oración, sacrificio, pobreza.
Sacerdote capuchino. Celebró su primera
misa el 10 de Agosto de 1910. Ocho años más tarde, el 20 de Septiembre de 1918,
aparecieron visiblemente las llagas de Nuestro Señor en sus manos, pies y
costado izquierdo del pecho, haciendo del P. Pío el primer sacerdote estigmatizado
en la historia de la Iglesia
(San Francisco Asís no era sacerdote).
Famoso confesor. El Padre Pío pasaba
hasta 16 horas diarias en el confesionario. Algunos debían esperar dos semanas
para lograr confesarse con él, porque el Señor les hacía ver por medio de este
sencillo sacerdote la verdad del evangelio. Su vida se centraba en torno a la Eucaristía. Sus
misas conmovían a los fieles por su profunda devoción.
Amante de la Santísima Virgen.
Toda su vida no ha sido otra cosa que
una contínua oración y penitencia, lo cual no impedía que sembrase a su
alrededor felicidad y gran alegría entre aquellos que escuchaban sus palabras,
que eran llenas de sabiduría o de un extraordinario sentido del humor. A través
de sus cartas, al Confesor se le descubren insospechables y tremendos
sufrimientos espirituales y físicos, seguidos de una dicha inefable derivada de
su íntima y contínua unión con Dios.
Llegaban a verle multitud de peregrinos
de todo el mundo y además recibía numerosas cartas pidiendo oración y consejo.
El Papa Juan Pablo II, en 1947, cuando
era un sacerdote recién ordenado fue a visitar al Padre Pío y quedó profundamente
impresionado por su santidad. Ya siendo Papa visitó su tumba.
Dones extraordinarios:
Discernimiento extraordinario: la
capacidad de leer los corazones y las conciencias.
Curación: curas milagrosas por el poder
de la oración.
Bilocación: estar en dos lugares al
mismo tiempo.
Perfume: la sangre de sus estigmas
tenían fragancia de flores.
Estigmas: Recibió los estigmas el 20 de
septiembre, 1918 y los llevó hasta su muerte 50 años después (23 de septiembre,
1968). Los médicos que observaron los estigmas del Padre Pío no pudieron hacer
cicatrizar sus llagas ni dar explicación de ellas. Calcularon que perdía una
copa de sangre diaria, pero sus llagas nunca se infectaron. El Padre Pío decía
que eran un regalo de Dios y una oportunidad para luchar por ser más y más como
Jesucristo Crucificado.
Muerte.
El Señor lo llamó a recibir el
premio celestial el 23 de Septiembre de 1968. Tenía 81 años. Durante 4 días su
cuerpo fue expuesto ante millares de personas que formaban una enorme columna
que no conoció interrupción hasta el momento del funeral, al cual asistieron
mas de cien mil personas.
Millones visitan su tumba en la Cripta del Santuario de
Ntra. Sra. de las Gracias en San Giovani Rotondo. El número de peregrinos
continúa aumentando.
Los preliminares de su Causa se
iniciaron en Noviembre de 1969.
Fue declarado venerable el 18 de
Diciembre de 1997.
Beatificado el 2 de mayo de 1999. Tan
grande fue la multitud en la misa de beatificación que desbordaron la Plaza de San Pedro y toda la Avenida de la Conciliación hasta el
río Tiber sin ser estos lugares suficiente. Millones además lo contemplaron por
la televisión en el mundo entero.
Canonizado el 16 de junio de 2002.
Su beatificación y su canonización
fueron las de mayor asistencia en la historia. La plaza de San Pedro y sus
alrededores no pudieron contener las multitudes.
El Padre Pío es un poderoso intercesor.
Los milagros se siguen multiplicando.
El santuario del Padre Pío en San
Giovanni Rotondo recibe mas peregrinos cada año que el de Lourdes. Es el
segundo santuario mas visitado, después del Tepeyac (Virgen de Guadalupe).
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