Promotor del amor a los Corazones de
Jesús y de María.
-Llamado por el Papa "Padre,
Doctor y Apóstol del culto litúrgico a los Sagrados Corazones",
-Fue el primero que organizó y celebró
la fiesta del Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María y que escribió
la liturgia de las horas de cada una de esas fiestas.
-Fundador de las Congregaciones de
Jesús y María y de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio.
Reseña: Nació en la diócesis de Séez
(Francia) el año 1601; recibió la ordenación sacerdotal y se dedicó por varios
años a la predicación en las parroquias. Fundó dos Congregaciones religiosas,
una destinada a la formación de los seminaristas y la otra al cuidado de las
mujeres cuya vida cristiana estaba en peligro. Fomentó en gran manera la
devoción a los Corazones de Jesús y de María. Murió el año 1680.
Enseñaba que el Sagrado Corazón es un
horno de Amor Divino. Los que desean unirse a su corazón son purificados,
inflamados, y transformados por el Fuego Divino.
En la segunda mitad del siglo XVI,
vivía en Ri, Normandía (Francia), un granjero llamado Isaac Eudes, casado con
Marta Corbin. Como no tuviesen hijos al cabo de dos años de matrimonio, ambos
esposos fueron en peregrinación a un santuario de Nuestra Señora. Nueve meses
después tuvieron un hijo, al que siguieron otros cinco. El mayor recibió el
nombre de Juan y, desde niño, dio muestras de gran inclinación al amor de Dios.
Se cuenta que, cuando tenía nueve años, un compañero de juegos le abofeteó; en
vez de responder en la misma forma, Juan siguió el consejo evangélico y le
presentó la otra mejilla.
A los catorce años, Juan ingresó en el
colegio de los jesuitas de Caén. Sus padres deseaban que se casara y siguiera
trabajando la granja de la familia. Pero Juan, que había hecho voto de
virginidad, recibió las órdenes menores en 1621 y estudió la teología en Caén
con la intención de consagrarse a los ministerios parroquiales. Sin embargo,
poco después determinó ingresar en la congregación del oratorio, que había sido
fundada en 1611 por el futuro cardenal Pedro de Bérulle. Tras de recabar con
gran dificultad el permiso paterno, fue recibido en París por el superior
general en 1623. Juan había sido hasta entonces un joven ejemplar: su conducta
en la congregación no lo fue menos, de suerte que el P. Bérulle le dio permiso
de predicar, aunque sólo había recibido las órdenes menores. Al cabo de un año
en París, Juan fue enviado a Aubervilliers a estudiar bajo la dirección del P.
Carlos de Condren, el cual, según la expresión de Santa Juana Francisca de
Chantal, "estaba hecho para educar ángeles". El fin de la congregación
del oratorio consistía en promover la perfección sacerdotal y Juan Eudes tuvo
la suerte de ser introducido en ella por dos hombres de la talla de Condren y
Bérulle.
Al servicio de los enfermos
Dos años más tarde, se desató en
Normandía una violenta epidemia de peste, y Juan se ofreció para asistir a sus
compatriotas. Bérulle le envió al obispo de Séez con una carta de presentación,
en la que decía: "La caridad exige que emplee sus grandes dones al
servicio de la provincia en la que recibió la vida, la gracia y las órdenes
sagradas, y que su diócesis sea la primera en gozar de los frutos que se pueden
esperar de su habilidad, bondad, prudencia, energía y vida". El P. Eudes
pasó dos meses en la asistencia a los enfermos en lo espiritual y en lo material.
Después fue enviado al oratorio de Caén, donde permaneció hasta que una nueva
epidemia se desató en esa ciudad, en 1631. Para evitar el peligro de contagiar
a sus hermanos, Juan se apartó de ellos y vivió en el campo, donde recibía la
comida del convento.
Predicador ungido
Pasó los diez años siguientes en la
prédica de misiones al pueblo, preparándose así para la tarea a la que Dios le
tenía destinado. En aquella época empezaron a organizarse las misiones
populares en su forma actual. San Juan Eudes se distinguió entre todos los
misioneros. En cuanto acababa de predicar, se sentaba a oír confesiones, ya
que, según él, "el predicador agita las ramas, pero el confesor es el que
caza los pájaros". Mons. Le Camus, amigo de San Francisco de Sales, dijo
refiriéndose al P. Eudes: "Yo he oído a los mejores predicadores de Italia
y Francia y os aseguro que ninguno de ellos mueve tanto a las gentes como este
buen padre". San Juan Eudes predicó en su vida unas ciento diez misiones.
Confesor
Las
gentes decían de él: "En la predicación es un león, y en la confesión un
cordero".
Las mujeres atrapadas en mala vida
Una de las experiencias que adquirió
durante sus años de misionero, fue que las mujeres de mala vida que intentaban
convertirse, se encontraban en una situación particularmente difícil. Durante
algún tiempo, trató de resolver la dificultad alojándolas provisionalmente en
las casas de las familias piadosas, pero cayó en la cuenta de que el remedio no
era del todo adecuado. Magdalena Lamy, una mujer de humilde origen, que había
dado albergue a varias convertidas, dijo un día al santo: "Ahora os vais
tranquilamente a una iglesia a rezar con devoción ante las imágenes y con ello
creéis cumplir con vuestro deber. No os engañéis, vuestro deber es alojar
decentemente a estas pobres mujeres que se pierden porque nadie les tiende la
mano".
Estas palabras produjeron profunda
impresión en San Juan Eudes, quien alquiló en 1671, una casa para las mujeres
arrepentidas; en la que podían albergarse en tanto que encontraban un empleo
decente. Viendo que la obra necesitaba la atención de religiosas, el santo la
ofreció a las visitandinas, quienes se apresuraron a aceptarla.
Formación del clero
San Juan Eudes se dio cuenta de que
para que el pueblo sea ferviente y llevarlo a la santidad era necesario
proveerlo de muy buenos y santos sacerdotes y que para formarlos se necesitaban
seminarios donde los jóvenes recibieran muy esmerada preparación. Por eso se
propuso fundar seminarios en los cuales los futuros sacerdotes fueran
esmeradamente preparados para su sagrado ministerio.
Después de mucho orar, reflexionar y
consultar, San Juan Eudes abandonó la congregación del oratorio en 1643. La
experiencia le enseñó que el clero necesitaba reformarse antes que los fieles y
que la congregación sólo podría conseguir su fin mediante la fundación de
seminarios. El P. Condren, que había sido nombrado superior general, estaba de
acuerdo con el santo; pero su su-
cesor, el P. Bourgoing, se negó a
aprobar el proyecto de la fundación de un seminario en Caén.
Entonces el P. Eudes decidió formar una
asociación de sacerdotes diocesanos, cuyo fin principal sería la creación de
seminarios con miras a la formación de un clero parroquial celoso. La nueva
asociación quedó fundada el día de la Anunciación de 1643, en Caén, con el nombre de
"Congregación de Jesús y María". Sus miembros, como los del oratorio,
eran sacerdotes diocesanos y no estaban obligados por ningún voto. San Juan
Eudes y sus cinco primeros compañeros se consagraron a "la Santísima Trinidad ,
que es el primer principio y el último fin de la santidad del sacerdocio".
El distintivo de la congregación era el Corazón de Jesús, en el que estaba
incluido místicamente el de María; como símbolo del amor eterno de Jesús por
los hombres.
La congregación encontró gran
oposición, sobre todo por parte de los jansenistas y de los padres del
oratorio. En 1646, el P. Eudes envió a Roma al P. Manoury para que recabase la
aprobación pontificia para la congregación, pero la oposición era tan fuerte, que
la empresa fracasó.
En 1650, el obispo de Coutances pidió a
San Juan que fundase un seminario en dicha ciudad. El año siguiente, M. Oliver,
que consideraba al santo como "la maravilla de su época", Ie invitó a
predicar una misión de diez semanas en la iglesia de, San Sulpicio de París.
Mientras se hallaba en esa misión, el P. Eudes recibió la noticia de que el
obispo de Bayeux acababa de aprobar la congregación de las Hermanas de Nuestra
Señora de la Caridad
del Refugio, formada por las religiosas que atendían a las mujeres arrepentidas
de Caén. En 1653, San Juan fundó en Lisieux un seminario, al que siguió otro en
Rouen en 1659. ¡En seguida, el santo se dirigió a Roma a tratar de conseguir la
aprobación pontificia para su congregación; pero los santos no siempre tienen
éxito, y San Juan Eudes fracasó en Roma.
Un año después, una bula de Alejandro
VII aprobó la
Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio. Ese
fue el coronamiento de la obra que el P. Eudes y Magdalena Larny habían
emprendido treinta años antes en favor de las pecadoras arrepentidas. San Juan
siguió predicando misiones con gran éxito; en 1666, fundó un seminario en
Evreux y, en 1670, otro en Rennes.
Al afro siguiente, publicó un libro
titulado "La Devoción
al Adorable Corazón de Jesús". Ya antes, el santo había instituido en su
congregación una fiesta del Santísimo Corazón de María. En su libro incluyó el
propio de una misa y un oficio del Sagrado Corazón de Jesús. El 31 de agosto de
1670, se celebró por primera vez dicha fiesta en la capilla del seminario de
Rennes y pronto se extendió a otras diócesis. Así pues, aunque San Juan Eudes
no haya sido el primer apóstol de la devoción al Sagrado Corazón en su forma
actual, fue sin embargo él "quien introdujo el culto del Sagrado Corazón
de Jesús y del Santo Corazón de María"', como lo dijo León XIII en 1903.
El decreto de beatificación añadía: "El fue el primero que, por divina
inspiración les tributó un culto litúrgico."
Clemente X publicó seis breves por los
que concedía indulgencias a las cofradías de los Sagrados Corazones de Jesús y
María, instituidas en los seminarios de San Juan Eudes.
Durante los últimos años de su vida, el
santo escribió su tratado sobre "el Admirable Corazón de la Santísima Madre de
Dios"; trabajó en la obra mucho tiempo y la terminó un mes antes de morir.
Su última misión fue la que predicó en Sain-Lö, en 1675, en plena plaza
pública, con un frío glacial. La misión duró nueve semanas. El esfuerzo enorme
acabó con su salud y a partir de entonces se retiró prácticamente de la vida
activa.
Su muerte ocurrió el 19 de agosto de
1680.
Fue canonizado en 1925 y su fiesta fue
incluida en el calendario de la
Iglesia de occidente en 1928.
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