Nació
en Dardilly, al noroeste de Lyon, Francia. Hijo de Matthieu Vianney y Marie
Beluze, fue el tercero de seis hermanos, de una familia campesina.
Después
de una breve estadía en la escuela comunal, en 1806, el cura de Ecully, M.
Balley, abrió una escuela para aspirantes a eclesiásticos, y Juan María fue
enviado a ella. Aunque era de inteligencia mediana y sus maestros nunca parecen
haber dudado de su vocación, sus conocimientos eran extremadamente limitados,
limitándose a un poco de aritmética, historia, y geografía, y encontró el
aprendizaje, especialmente el estudio del latín, excesivamente difícil. Uno de
sus compañeros, Matthias Loras, después primer obispo de Dubuque, le ayudaba en
sus lecciones de latín. Como otros muchos seminaristas, hizo una peregrinación
al santuario de San Juan Francisco Régis en Lalouvesc (1806). Ese mismo año es
dispensado del servicio militar en su calidad de aspirante al sacerdocio.
Sin
embargo, es llamado a filas en 1809, y el 26 de octubre, el joven recluta
ingresa al cuartel de Lyon para ser enviado al ejército napoleónico que invadía
España, vía Roanne.
El
6 de enero de 1810, Juan María deserta, y con la falsa identidad de Jerónimo
Vincent, se oculta en los bosques del Forez, en los alrededores de Noes.
Liberado del servicio militar y de su situación irregular por el enrolamineto
anticipado de su hermano menor, el desertor regresa en octubre de 1810 a casa
del párroco Balley. Recibe la tonsura el 28 de mayo siguiente.
Ingresa
finalmente al Seminario Menor de Verriéres a los 26 años, para cursar filosofía
en francés pues su «debilidad -en los estudios- es extrema». Allí fue compañero
de curso de otro santo, San Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos
Maristas.
El
13 de agosto de 1815 fue ordenado sacerdote por Monseñor Simon, obispo de
Grenoble. Fue enviado a Ecully como ayudante de M. Balley, quien fue el primero
en reconocer y animar su vocación, que había intercedido ante los examinadores
cuando suspendió el ingreso en el seminario mayor, y que era su modelo tanto
como su preceptor y protector.
En
1818, tras la muerte de M. Balley, Vianney fue hecho párroco de Ars, una aldea
no muy lejos de Lyon. Fue en el ejercicio de las funciones de párroco en esta
remota aldea francesa en las que se hizo conocido en toda Francia y el mundo
cristiano. Algunos años después de llegar a Ars, fundó una especie de orfanato
para jóvenes desamparadas. Se le llamó "La Providencia" y fue el
modelo de instituciones similares establecidas más tarde por toda Francia. El
propio Vianney instruía a las niñas de "La Providencia" en el
catecismo, y estas enseñanzas llegaron a ser tan populares, que se daban todos
los días en la iglesia ante grandes multitudes.
Vista
de la localidad de Ars, con la Basílica en la que se venera el cuerpo de san
Juan María.
"La
Providencia", aunque tuvo éxito, fue cerrada en 1847, porque Juan María
pensaba que no estaba justificado mantenerla frente a la oposición de mucha
buena gente.
Pero
la principal labor del Cura de Ars fue la dirección de almas. No llevaba mucho
tiempo en Ars cuando la gente empezó a acudir a él de otras parroquias, luego
de lugares distantes, más tarde de todas partes de Francia, y finalmente de
otros países.
Ya
en 1835, su obispo le prohibió asistir a los retiros anuales del clero
diocesano porque "las almas le esperaban allí". Durante los últimos
diez años de su vida, pasó de dieciséis a dieciocho horas diarias en el
confesionario. Su consejo era buscado por obispos, sacerdotes, religiosos,
jóvenes y mujeres con dudas sobre su vocación, pecadores, personas con toda
clase de dificultades y enfermos. En 1855, el número de peregrinos había
alcanzado los veinte mil al año. Las personas más distinguidas visitaban Ars
con la finalidad de ver al cura y oír su enseñanza cotidiana.
Murió
el 4 de agosto de 1859. Sus restos mortales se conservan incorruptos en el gran
santuario dedicado a él en Ars, el pequeño lugar al que dedicó su vida como
sacerdote y donde falleció.
El
3 de octubre de 1874 Juan Bautista María Vianney fue proclamado venerable por
Pío IX y beatificado el 8 de enero de 1905. El papa Pío X lo propuso como
modelo para el clero parroquial. En 1925, el papa Pío XI lo canonizó. Su fiesta
se celebra el 4 de agosto.
El
papa Juan XXIII escribe en 1959 la encíclica "Sacerdotii nostri primordia", en la
cual realza, en el centenario de la muerte del Santo, las virtudes primordiales
de todo sacerdote: el sacerdocio, la oración, la eucaristía y el celo
apostólico.
Cincuenta
años más tarde, el papa Benedicto XVI proclamó un año completo conmemorando los
150 años de san Juan María: del 19 de junio de 2009 al 11 de junio de 2010.
Nombrado patrono de todos los sacerdotes católicos, ese año fue llamado el Año
sacerdotal.
Cuerpo
incorrupto de san Juan María Vianney en el santuario de Ars.
¡Feliz día a todos los párrocos del mundo!
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