San John Henry Newman, era presbítero
anglicano en Inglaterra, sus estudios de la historia de la fe lo llevaron a
reconocer que las raíces del cristianismo están en la Iglesia Católica a la
que, luego de su conversión, sirvió como sacerdote y posteriormente como
Cardenal.
¿Quién era Newman? Newman fue
un inglés nacido en Londres el 21 de febrero de 1801, cuyo padre era
banquero y su madre pertenecía a una familia de fabricantes de papel. A los
siete años fue enviado a una escuela privada, donde se distinguió por su
inteligencia y buena conducta.
Pronto comenzó a leer la Biblia, por la que se
sintió no sólo atraído sino subyugado. Más adelante realizó los estudios
universitarios, en los cuales volvió a sobresalir. Pero no se encerró en lo
estrictamente académico, pues representó obras de teatro en latín, tocaba el
violín, ganó premios de oratoria y editó publicaciones periódicas.
El año 1816 tuvo una
influencia decisiva en su vida. El banco de su padre dio en quiebra, como
consecuencia de las guerras napoleónicas, y él mismo contrajo una grave
enfermedad, que, a la larga, sería una de las tres enfermedades que él
calificaría luego como ‘providenciales´.
Además, tuvo una conversión religiosa,
en cuanto que su fe derivó hacia posiciones evangélicas y calvinistas, llegando
a sostener que el Papa era el Anticristo. Años más tarde, en 1824, fue ordenado
presbítero de la Iglesia de Inglaterra. Por esa época se convirtió en párroco
de St. Clement, en Oxford, donde permaneció dos años, aunque sacando tiempo
para publicar importantes y densos artículos.
A finales de 1827, Newman
sufre una especie de colapso nervioso, provocado por el exceso de trabajo y los
problemas financieros de la familia, a lo que se unió la muerte repentina de su
hermana menor. Poco después, en las vacaciones de 1928, comenzó a leer
sistemáticamente las obras de los Padres de la Iglesia.
Entró en el llamado Movimiento
de Oxford, el cual trataba de demostrar que la Iglesia de Inglaterra era la
descendiente directa de la Iglesia de los Apóstoles. Esto le llevó más tarde a
reconsiderar la relación de la Iglesia de Inglaterra con la Iglesia Católica
Romana.
Los puntos de vista de Newman fueron asumiendo progresivamente un mayor
tono católico. En 1842 se retiró a Littlemore y vivió como monje con un pequeño
grupo de seguidores y en condiciones de gran austeridad física. A sus
discípulos les asignó la tarea de escribir sobre la vida de los santos
ingleses, mientras él escribía «Ensayos sobre el desarrollo de la doctrina
cristiana».
Poco a poco se fue reconciliando con el dogma y la liturgia de la
Iglesia Católica.
En 1843 hizo una retractación formal de todas las
afirmaciones pronunciadas contra la Iglesia Romana y en septiembre de ese mismo
año predicó su último sermón como anglicano. Dos años más tarde se convirtió al
catolicismo, siendo ordenado sacerdote católico en junio de 1847.
En 1889 a los 88 años de edad,
fue nombrado por León XIII cardenal de la Iglesia Católica. Murió el 11 de
agosto del año siguiente.
En 1991 fue declarado Venerable y el 3 de junio de
2009 la Santa Sede promulgó el decreto que le atribuye un milagro.
El 19 de
septiembre de 2010 fue beatificado por S.S. Benedicto XVI, fijando su
festividad para el 9 de octubre, fecha de su conversión. El 13 de octubre de
2019 fue proclamado santo por el Papa Francisco.
El nuevo santo nos ha dejado
en herencia tres grandes amores: a la verdad, a la Sagrada Escritura y a los
Padres de la Iglesia. Los tres son de suma actualidad e importancia.
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