sábado, 22 de febrero de 2014

Cardenal de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli. ¡FELICITACIONES!




Mario Aurelio Poli (Buenos Aires, 29 de noviembre de 1947), es el actual arzobispo de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Fue nombrado en este cargo por el Papa Francisco. El 22 de febrero de 2014 fue nombrado Cardenal por el Papa Francisco, su antecesor en el cargo.

Sacerdocio

Mario Aurelio Poli nació en Buenos Aires el 29 de noviembre de 1947. En 1969, ingresó en el Seminario Metropolitano de la Arquidiócesis de Buenos Aires, ubicado en el barrio de Villa Devoto, donde cursó los estudios de Filosofía y Teología. Además, obtuvo la licenciatura en Trabajo social por la Universidad de Buenos Aires. El 25 de noviembre de 1978, fue ordenado sacerdote en la Catedral metropolitana de Buenos Aires por el cardenal Juan Carlos Aramburu, por entonces arzobispo de Buenos Aires.
Hasta 1980 se desempeñó como vicario parroquial en la parroquia San Cayetano de Liniers. Entre 1980 y 1991 fue superior de su comunidad, más tarde ecónomo y, finalmente, asesor de estudios del Seminario Metropolitano. 
Entre 1988 y 1991, fue capellán de las religiosas «Misioneras Siervas del Espíritu Santo». Entre 1988 y 1992, Poli fue asistente eclesiástico de la asociación laical «Fraternidades y Agrupaciones Santo Tomás de Aquino». 
En 1992, el arzobispo de Buenos Aires cardenal Antonio Quarracino lo nombró director del Instituto Vocacional San José, lugar de formación de los futuros sacerdotes.
Obtuvo el título de doctor en Teología y fue profesor de Historia eclesiástica y de Patrología en la Universidad Católica Argentina.

Obispo y arzobispo.

Cuando Mario Poli tenía 54 años, Juan Pablo II lo designó obispo titular de Abidda y obispo auxiliar de Buenos Aires, el 8 de febrero de 2002. La celebración de su ordenación episcopal tuvo lugar el 20 de abril de ese año en la catedral de Buenos Aires  y su consagrador principal fue el cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco. Así explicó Poli la elección de su lema episcopal:

Precisamente elegí por lema de mi episcopado una súplica, la que elevó Salomón y tanto agradó a Dios: «Concédeme, Señor, un corazón que escuche...» (1 Reyes 3:9). Creo que la Iglesia es la primera en tomar esta actitud, porque la historia de la Iglesia –que no es otra cosa que la historia de la evangelización–, en páginas hermosas me ha enseñado que nunca la Iglesia es más ella misma, sino cuando escucha a su Señor, y espejándose en su voluntad salvífica, se anima con audacia martirial a la evangelización, se hace más libre y fiel a su naturaleza y misión. Sí, me guía el ejemplo de san Pedro a quien hoy escuchamos decir: «Señor, a quién vamos a ir, si Tú tienes palabras de vida eterna» (Juan 6:69).

El 24 de junio de 2008, Benedicto XVI lo designó obispo de la diócesis de Santa Rosa.
En la Conferencia Episcopal Argentina, fue miembro de las Comisiones episcopales de Ministerios (diaconado) y de Educación católica. 
En el presente, forma parte de la Comisión permanente, como presidente de la Comisión de Catequesis y Pastoral Bíblica.
Su predecesor en el cargo, cardenal Jorge Mario Bergoglio, luego papa Francisco, quien lo designó arzobispo de Buenos Aires el 28 de marzo de 2013.
El 28 de marzo de 2013 fue nombrado arzobispo de la Arquidiócesis de Buenos Aires por el papa Francisco, su antecersor en el cargo. 
El 20 de abril de 2013 inició su ministerio como arzobispo y primado de la Argentina en una misa concelebrada frente a la Catedral de Buenos Aires. Asimismo, se convirtió en el Gran Canciller de la Universidad Católica Argentina.
El 4 de mayo de 2013 el papa Francisco lo nombró Ordinario para los fieles católicos de ritos orientales residentes en la Argentina y que se encuentran desprovistos de Ordinario de su propio rito.

Cardenal

Fue creado cardenal por el Papa Francisco durante el Consistorio el 22 de febrero de 2014, junto a otros 18 Cardenales. Es uno de los 5 que el Papa creo  y que pertenece a Latinoamérica.  El Papa Francisco lo creó cardenal con el titulus de San Roberto Belarmino (el mismo cargo que tenía su antecesor y consagrador).

¡FELICITACIONES! y es nuestro deseos que siga los pasos y el ejemplo que nos ha dejado el Cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco. Nuestras oraciones y que la Buena Madre, siempre sea su guía y sostén.


viernes, 14 de febrero de 2014

TRES AÑOS JUNTOS.

San Juan de Dios

Hoy cumplimos tres años de la creación del blog. Arrancamos un 14 de febrero del año 2011. No se sabía lo que iba a resultar, la Providencia de Dios se encargó de ello. Comenzamos humildemente, con temores, pero con FE y ESPERANZA. 
Los amigos se empezaron a sumar. Al comienzo, unas 100 personas al mes, hoy unas 6000 al mes. 
Personas de nacionalidad argentina eran las únicas en entrar a ver el blog, hoy, de los cinco continentes entran mensualmente a ver la página. 
De Canadá a Argentina, de Portugal a Rusia, de China a Oceanía, de Marruecos a Sudáfrica. Es indudable que la mano de Dios está en esto. 

Cientos de preguntas nos llegan mensualmente consultándonos técnicas y otras cuestiones. Jamás hemos dejado de responder una sola pregunta. 
Nuestras imágenes están entronizadas en cientos de Iglesias, Capillas y hogares. Son las oraciones diarias que reciben, las que nos sostienen y nos alientan a mejorar y a hacer cada vez mejores obras.
En fin, SIN USTEDES ESTO NO TENDRÍA SENTIDO. Nuestro más sincero agradecimiento. 


Que Jesús y nuestra Buena Madre nos sigan protegiendo y guiando.

¡¡MUCHAS GRACIAS!!

sábado, 1 de febrero de 2014

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES.



Esta imagen de la Santísima Virgen de Lourdes está hecha con telas de lino y algodón encoladas, goma laca, pigmentos naturales, yeso betalfa y masillas epoxídicas. ¿Cómo se hace? te lo cuento ahora por si no leíste los anteriores trabajos en los que explico la técnica.





1)    Lo primero que hay que hacer es la base. En este caso utilicé una rodaja de madera de araucaria. A ella le añadí una imitación de piedras, hechas con yeso y masilla epoxídica. Luego comencé a hacer el rosal que las rodea, sus hojas, espinas, etc. Las rosas son de telas encoladas y se añaden al final. Recordar que según el relato de Santa Bernadette, la Virgen tenía sobre cada uno de sus pies una rosa amarilla. Una vez terminado esto, lo protegemos con un plástico para que no se manche. Sobre las piedras ponemos el soporte.

2)    El soporte (puede ser de alambre, madera, plástico, cartón, telgopor, etc.) En este caso es un cilindro de plástico forrado con cintas y endurecido con cola de carpintero, alambres y masillas epoxídicas. Se le van marcando las partes del cuerpo. TENER EN CUENTA LAS PROPORCIONES CORPÓREAS. Hay un artículo en la serie QUI DOCET, DISCIT en el que te lo explico. 


3)    Se sigue con la cabeza y las manos (es lo primero que hice y a partir de ahí saqué las otras proporciones). Vamos pensando cómo va a ir ubicada la ropa (para esto es preciso ver imágenes, para que sea lo más real posible) y las actitudes de la imagen (esto lleva bastante tiempo). La Virgen de Lourdes no es complicada, es toda blanca, con un lazo en color celeste y lleva un rosario colgando en su brazo derecho.



4)    Si hiciera falta, se van añadiendo pequeñas almohadillas con algodón para darle volumen a las partes del cuerpo. Como es una mujer, le damos un poco menos a la caja torácica y a la espalda y más para las caderas. Se pinta la cara y las manos y se las fijan al soporte.



5)    Se diagrama la vestimenta en tela de algodón o lino (NO SINTÉTICO). Se le pasa una mezcla de cola de carpintero, tiza, enduído y colorantes hasta llegar al color original de la imagen. Por lo menos 2 manos. Esta tarea ya la conoces muy bien por los trabajos anteriores. Dejar secar muy bien entre tela y tela, lo mismo cuando se pinta. Uno de los secretos de esta técnica es esto.






6)    Mucha PACIENCIA a la hora de anexar las telas encoladas. En este caso la secuencia es: mangas, vestido, cinturón, cofia (pequeña, sólo para sujetar al velo) y velo que debe ser bastante largo, puesto que hace de capa también y se mete entre los brazos, esa es la imagen original de la Virgen de Lourdes. Lo adherimos muy bien al cuerpo y lo dejamos secar. Nos vamos a ayudar haciendo algún “andamio” con palitos, hilos, alfileres etc. Para que fragüe todo en el lugar correcto. No exagerar con la tela, caso contrario perderíamos las proporciones del cuerpo. Atención con esto.


7)    Una vez que todo haya secado muy bien, preparamos pintura con goma laca y pigmentos naturales y con mucho cuidado empezamos a pintar. Si bien la imagen es casi toda blanca, el cinturón es celeste y eso les puede traer un dolor de cabeza, si manchan el blanco. Por último hacemos el rosario que lo tenemos que confeccionar en la misma imagen para que quede enganchado al brazo derecho.




8)    Sacar el papel adherente de la base, las manos y la cabeza y seguir decorando con otros detalles (aureola, puños, cuellos, dobladillos, puntillas etc.). Retocar con pigmentos al tono las marquitas que hubiéramos dejado y creamos sombras.

El paso a paso:



Un poco de historia de esta aparición a la que le tengo una especial devoción heredada de mi querida madre, fiel devota de esta advocación, cuya fiesta litúrgica es el 11 de febrero. Les cuento algo también sobre Santa Bernadette (Bernardita) que fue su vidente.
Desde el 11 de febrero de 1859 hasta el 16 de julio del mismo año, la Santísima. Virgen se le aparece 18 veces a Bernardita. Las apariciones las podemos leer en detalle en el día 11 de febrero. Nuestra Señora le dijo: "No te voy a hacer feliz en esta vida, pero sí en la otra". Y así sucedió. La vida de la jovencita, después de las apariciones estuvo llena de enfermedades, penalidades y humillaciones, pero con todo esto fue adquiriendo un grado de santidad tan grande que se ganó enorme premio para el cielo.
Las gentes le llevaban dinero, después de que supieron que la Virgen Santísima se le había aparecido, pero ella jamás quiso recibir nada. Nuestra Señora le había contado tres secretos, que ella jamás quiso contar a nadie. Probablemente uno de estos secretos era que no debería recibir dineros ni regalos de nadie y el otro, que no hiciera nunca nada que atrajera hacia ella las miradas. Por eso se conservó siempre muy pobre y apartada de toda exhibición. Ella no era hermosa, pero después de las apariciones, sus ojos tenían un brillo que admiraba a todos.
Le costaba mucho salir a recibir visitas porque todos le preguntaban siempre lo mismo y hasta algunos declaraban que no creían en lo que ella había visto. Cuando la mamá la llamaba a atender alguna visita, ella se estremecía y a veces se echaba a llorar. "Vaya ", le decía la señora, ¡tenga valor! Y la jovencita se secaba las lágrimas y salía a atender a los visitantes demostrando alegría y mucha paciencia, como si aquello no le costara ningún sacrificio.
Para burlarse de ella porque la Virgen le había dicho que masticara unas hierbas amargas, como sacrificio, el señor. alcalde le dijo: ¿Es que la confundieron con una ternera? Y la niña le respondió: ¿Señor alcalde, a usted si le sirven lechugas en el almuerzo? "Claro que sí" ¿Y es que lo confunden con un ternero? Todos rieron y se dieron cuenta de que era humilde pero no era tonta.
Bernardita pidió ser admitida en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers. Demoraron en admitirla porque su salud era muy débil. Pero al fin la admitieron. A los 4 meses de estar en la comunidad estuvo a punto de morir por un ataque de asma, y le recibieron sus votos religiosos, pero enseguida curó.
En la comunidad hizo de enfermera y de sacristana, y después por nueve años estuvo sufriendo una muy dolorosa enfermedad. Cuando le llegaban los más terribles ataques exclamaba: "Lo que le pido a Nuestro Señor no es que me conceda la salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar con paciencia mi enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Santísima. Virgen, ofrezco mis sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores".
Uno de los medios que Dios tiene para que las personas santas lleguen a un altísimo grado de perfección, consiste en permitir que les llegue la incomprensión, y muchas veces de parte de personas que están en altos puestos y que al hacerles la persecución piensan que con esto están haciendo una obra buena.
Bernardita tuvo por superiora durante los primeros años de religiosa a una mujer que le tenía una antipatía total y casi todo lo que ella hacía lo juzgaba negativamente. Así, por ejemplo, a causa de un fuerte y continuo dolor que la joven sufría en una rodilla, tenía que cojear un poco. Pues bien, la superiora decía que Bernardita cojeaba para que la gente al ver las religiosas pudiera distinguir desde lejos cuál era la que había visto a la Virgen. Y así en un sinnúmero de detalles desagradables la hacía sufrir. Y ella jamás se quejaba ni se disgustaba por todo esto. Recordaba muy bien la noticia que le había dado la Madre de Dios: "No te haré feliz en esta vida, pero sí en la otra".
Duró quince años de religiosa. Los primeros 6 años estuvo trabajando, pero fue tratada con mucha indiferencia por las superioras. Después los otros 9 años padeció noche y día de dos terribles enfermedades: el asma y la tuberculosis. Cuando llegaba el invierno, con un frío de varios grados bajo cero, se ahogaba continuamente y su vida era un continuo sufrir.
Deseaba mucho volver a Lourdes, pero desde el día en que fue a visitar la Gruta por última vez para irse de religiosa, jamás volvió por allí. Ella repetía: "Ah quién pudiera ir hasta allá, sin ser vista. Cuando se ha visto una vez a la Santísima. Virgen, se estaría dispuesto a cualquier sacrificio con tal de volverla a ver. Tan bella es".
Al llegar a la Comunidad reunieron a las religiosas y le pidieron que les contara cómo habían sido las apariciones de la Virgen. Luego le prohibieron volver a hablar de esto, y en los 15 años de religiosa ya no se le permitió tratar este tema. Son sacrificios que a los santos les preparan altísimo puesto en el cielo.
Cuando ya le faltaba poco para morir, llegó un obispo a visitarla y le dijo que iba camino de Roma, que le escribiera una carta al Santo Padre para que le enviara una bendición, y que él la llevaría personalmente. Bernardita, con mano temblorosa, escribe: "Santo Padre, qué atrevimiento, que yo una pobre hermanita le escriba al Sumo Pontífice. Pero el Sr. Obispo me ha mandado que lo haga. Le pido una bendición especial para esta pobre enferma". A vuelta del viaje el Sr. Obispo le trajo una bendición especialísima del Papa y un crucifijo de plata que le enviaba de regalo el Santo Padre.
El 16 de abril de 1879, exclamó emocionada: "Yo vi a la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡Que hermosa era!" Y después de unos momentos de silencio exclamó emocionada: "Ruega Señora por esta pobre pecadora", y apretando el crucifijo sobre su corazón se quedó muerta. Tenía apenas 35 años.
A los funerales de Bernardita asistió una muchedumbre inmensa. Y ella empezó a conseguir milagros de Dios en favor de los que le pedían su ayuda. Y el 8 de diciembre de 1933, el Santo Padre Pío XI la declaró santa. Su cuerpo se encuentra incorrupto en una urna de cristal, en Nevers, (Francia) en la casa Madre de las Hermanas de la Caridad.