miércoles, 1 de enero de 2014

MI LUGAR DE ORACIÓN.




Si bien es cierto de que DIOS ESTÁ EN TODAS PARTES, hasta entre las cacerolas, decía Santa Teresa de Jesús, la gran doctora carmelita. Para los que hacemos imaginería, sabemos que el rezar cuando se confeccionan imágenes, es inevitable. Hay que reconocer que si se entra a una capilla, oratorio, iglesia o catedral y se la ve sobria, con detalles delicados, con buena iluminación y en silencio, uno se siente más atraído al diálogo con el Señor.
No en vano el Papa Francisco, exhorta cada vez más a vivir una liturgia verdadera, sin show ni luces psicodélicas, en iglesias recatadas y guardando las normas básicas del buen gusto, la tradición católica y el decoro. 


Qué fantástico es entrar a algunos de estos lugares y sentirse como en casa, cómodo, alegre, rodeado de amistad, serenidad y paz. Cuánta alegría da al alma ese rato íntimo entre el Señor, la Virgen María nuestra Buena Madre o nuestros amigos los santos y poderles agradecer y pedir por nuestras necesidades y la de los demás. Qué gratificante es el silencio en estos benditos lugares y la soledad de algún rinconcito oculto que nos lleva a momentos de paz absoluta.
Por eso tenemos que respetar cada vez más estos lugares, no son sitios vulgares y por lo tanto merecen el mayor de los respetos.




Queridos amigos los invito a vivir esta experiencia, acérquense a sus parroquias o capillas y disfruten del diálogo con el BUEN DIOS que siempre nos está esperando y deseando que lo vayamos a ver. EL tiene mucho para regalarnos por eso abramos nuestros corazones y hablémosle con total franqueza. Dios los bendiga!!!!!.

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