miércoles, 1 de junio de 2016

Jesús Buen Pastor por 2 y un Sagrado Corazón de Jesús (2º parte).



Esta es la segunda parte, primero hicimos a Jesús Buen Pastor, ahora vamos a partir de la misma estructura, pero haremos un Sagrado Corazón. Manos a la obra y te cuento cómo la hice.






1)    Disponemos de una buena base, en este caso usé una rodaja de araucaria, a la que traté y barnicé. Fijamos en ella una estructura de plástico con telas y vamos perfilando el cuerpo. Teniendo en cuenta las medidas corpóreas, en este caso las de un varón, voy armando una estructura de alambre grueso para sujetar la cabeza y las manos. Como te digo siempre, hay que sentarse a ver estampas para saber lo que queremos hacer y la posición que le vamos a dar a nuestra imagen. Esta tendrá la clásica: una mano apuntando a su Corazón y la otra al público.




2)    Hacemos una presentación con las telas del tipo de vestimenta que le vamos a poner. En este caso lleva túnica y manto, que los haré en lino. Mucho cuidado cuando coloquen el cinturón, tiene que quedar lo más real posible, parece simple, pero muchas veces este detalle afea mucho a la imagen. Vamos preparando el corazón con masilla epoxídica, lo pintamos y ya lo dejamos listo para adherir a la imagen. Lleva tiempo y hay que hacerlo bien.








3)    Empezamos a encolar, muy despacio y viendo qué es lo que va primero (mangas, túnica, manto ese es el orden) para evitar ensuciar las piezas, siempre recuerda cubrir con film adherente o plástico las partes ya pintadas, igualmente algún retoque final tendrás que dar.





4)    Pintamos con goma laca y pigmentos naturales y decoramos con los accesorios que hayamos planificado aunque no hay muchos, porque lo que se pretende es resaltar la imagen del Corazón Sagrado. Podemos trabajar este detalle con lacas brillantes, queda muy bien. Retocamos todo lo que haya que retocar y vamos creando sombras. Listo, ya tenemos a nuestro Sagrado Corazón para ubicarlo en algún lindo lugar de nuestra casa.


EL PASO A PASO:





Origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella.

Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.

Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.

El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Las promesas del Sagrado Corazón de Jesús

Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si un apersona comulgaba los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concedería lo siguiente:

1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado(a), soltero(a), viudo(a) o consagrado(a) a Dios).

2. Pondré paz en sus familias.

3. Los consolaré en todas las aflicciones.

4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.

5. Bendeciré abundantemente sus empresas.

6. Los pecadores hallarán misericordia.

7. Los tibios se harán fervorosos.

8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.

9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.

10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.

11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.

12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.

Primeros viernes de mes

La práctica fervorosa de los primeros viernes de mes, un don del Sagrado Corazón.
La Iglesia ha bendecido esta piadosa costumbre iniciada con las promesas de Jesucristo a santa Margarita María de Alacoque, indicando el espíritu de reparación y de conversión con que hay que vivirla.

"Te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su Amor omnipotente concederá a todos los que comulguen los nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final" (Benedicto XV, en la bula de canonización de santa Margarita María de Alacoque recoge estas palabras de Cristo).


La comunión en estos primeros viernes de mes ha de llevar a una profunda renovación espiritual, como reparación por los pecados personales del mes precedente y como ayuda para vivir más unido a Cristo en el siguiente, y a incrementar la entrega al apostolado para la salvación de los hombres.

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