miércoles, 29 de marzo de 2017

¿Por qué algunas congregaciones u órdenes ya casi no tienen vocaciones religiosas?





Todavía en América latina (que es lo que medianamente conozco y en donde vivo), no ha sido tan desangrante las pérdidas y cierres de conventos y obras de la Iglesia por la carencia de vocaciones, pero soy consciente que si las congregaciones y órdenes no modifican un poco su estilo de vida, esto irá creciendo. Supongo que en los otros continentes será semejante. 

La realidad de estos comienzos del siglo XXI nos muestra que los jóvenes de ambos sexo con vocación a la vida religiosa, en general,  huyen de los frailes y las monjas que viven como simples seglares que parecieran pertenecen a una ONG muy bien intencionada. Es lógico y comprensible, para eso se quedan en sus casas y viven de manera ordinaria el día a día.







Conversando con muchos jóvenes (varones y mujeres) me han manifestado que estarían deseosos de ingresar en comunidades donde se lleve hábito religioso, como signo de una vida consagrada y seria, amén de la vida comunitaria, la fraternidad, el rezar en comunidad, etc.. 

Esto tiene una lógica innegable y madura por parte de los jóvenes: para vivir un estilo de vida seglar, basta con quedarse de laico y ser tan santo como otro cualquiera, pero cuando deciden ser religiosos/as, saben que renuncian a un montón de cosas, quieren por lo menos tener el apoyo de una comunidad y llevar una vida espiritual seria y que no se parezca en nada o en poco, a lo que dejaron. 

En algunos países podemos ver a los religiosos/as llevando una vida de solteros ideal y perfecta (manejan sus cuentas bancarias, tienen sus tarjetas de crédito, su propio vehículo, algunos viven solos/as o bien entre dos o tres alquilan algún departamento, manejan sus días a gusto y piacere y se dejan días libres para el cine, el teatro o bien el shoping para comprarse primorosas prendas de vestir). Situación bastante frustrante, a mi parecer y aclaro que no soy el dueño de la verdad, simplemente estoy reflexionando y puedo equivocarme. 





Pero cuando se está detrás de un estilo de vida consagrada a Dios y a una comunidad, debe ser muy frustrante estar tan alejados del carisma original del fundador/a. Me parece a mí que no hay coherencia entre el decir, el pensar y el hacer y tarde o temprano, el cuerpo y la psiquis se lo harán saber pasándoles alguna factura psicológica u orgánica.

Los jóvenes con vocación de este siglo XXI, no son idiotas, se dan cuenta de las realidades actuales y saben lo que buscan, por eso huyen despavoridos de las comunidades más relajadas.







Conversando con muchos religiosos/as jóvenes es muy tristes escucharlos decir que están decepcionados por la vida comunitaria que llevan, sin horarios, sin obligaciones específicas, sin, sin y más sin, vaya fraude de ideal deseado para ser vivido. 

Es cierto que en una misma congregación u orden hay muchas provincias religiosas y no todas viven de la misma manera, como si fueran congregaciones u órdenes distintas, una locura, que teniendo las mismas reglas o constituciones vivan en las antípodas. Pero claro, los más mundanizados en estilos de vida, le terminarán pidiendo a esas provincias, alguna vocación prestada, porque desde ya que no poseen ni poseerán ninguna que valga la pena. 



Buena oportunidad para los buenos religiosos/as de ganarse un pedacito más de cielo, lidiando fraternalmente con los religiosos seglarizados.

En muchas congregaciones, ya lo he escuchado bastante, cuando llega un candidato/a para interiorizarse, tal vez porque haya leído la vida del fundador/a o algún video, o algo sobre ellos, los reciben con un: olvídate de llevar hábito, porque nosotros hemos optado por ser uno más entre los demás, con lo cual nada de signos externos, estamos muy inmersos en lo social, entre la gente, entre el pueblo. 

Esto está muy bien pero como les decía Santa Teresa de Calcuta a sus Misioneras de la Caridad: “Antes de asistentes sociales, SON RELIGIOSAS” cuánta verdad.

Con una conversación así, yo me pregunto: ¿volverá ese chico o chica con inquietud vocacional a visitar a esa comunidad? O pensará que mejor seguir como está, viviendo una vida cristiana como laico/a, realizando una tarea pastoral en algún grupo y participando de los sacramentos en su parroquia. 

Esto no lo escribo por escribir, es que lo he escuchado varias veces, como les dije antes y tenía la necesidad de plasmarlo en palabras.

Muchas comunidades no se dan cuenta de que los jóvenes de hoy están preparados para más altos ideales y que ya bastante relajada es la vida en el mundo, precisamente quieren salir de él para consagrarse de lleno a Dios, a la iglesia y a sus hermanos. No tienen problema en vestirse como consagrados, no les da vergüenza.

Es cierto que el hábito no hace al monje, lo importante es lo que hay dentro de la persona, su piedad, su caridad, su paciencia, su misericordia, etc. Pero estoy convencido que le ayudará a salvarse de muchas tentaciones cotidianas, más si tiene un apostolado fuera del convento. 

He escuchado decir que está bien que los religiosos/as vayan vestidos de seglares a todos lados, para no querer ser más que los demás…no lo entiendo mucho, yo considero que al ir con la vestimenta religiosa, debe ser el servidor de los demás y el ejemplo para los otros, que hoy en día seguro se sienten más superiores que un religioso/a. 

Les ayudará a fortalecer la paciencia, el perdón, el amor por el que los ofende, poner permanentemente la otra mejilla, creo yo.

El Concilio Vaticano ya pasó hace muchos años, ya transcurrió la acomodación de las comunidades religiosas, ya se aggiornaron y algunas lo hicieron bastante mal, ahora pueden ver los resultados. Muchas de ellas también lo hicieron con el carisma de sus fundadores y sus constituciones y aceleraron la tragedia. Nunca está demás leer y analizar con rectitud de corazón y de conciencia y en comunidad, los documentos de la Lumen Gentium, Perfectae Caritatis, Ecclesia Sanctae  y Religiosos y promoción humana. Son muy ricos en consejos evangélicos y verdaderas brújulas de la vida comunitaria y religiosa con sustento y futuro.

Hoy tienen que aprender a captar los nuevos signos de los tiempos del siglo XXI, que reclaman y piden a gritos muchos jóvenes con inquietud vocacional. Vean un poco las nuevas congregaciones que surgen o las más viejas que siguen con su vida aggiornada pero con decoro, han cambiado algunas formas pero no el fondo. 

Les aseguro que hay muchas y que sus vocaciones no decaen, por el contrario aumentan.

Piensen en la decepción de esos jóvenes que se acercan para perfeccionarse en la vida religiosa y espiritual, ayudar a sus hermanos, en definitiva ser santos y se encuentran con una realidad de vida comunitaria en el otro extremo de lo que pudieron haber leído en algún libro o folleto vocacional (con lindas fotos y hermosas palabras). 

Si buscan la vida religiosa, buscan otra cosa, no los secularizados actos del mundo, esos ya los conocen y los viven a diario.


Apreciados religiosos/as, si les interesa su Congregación u Orden, reúnanse, no sean egoístas, reconozcan que algo de culpa tienen en la lenta agonía de sus comunidades y “aggiornense” a las nuevas formas de vida religiosa que los jóvenes actuales buscan, que no es ni más ni menos que la original dada por sus fundadores en las constituciones, la que siempre fue y funcionó maravillosamente, contagiando a miles de personas a vivir su estilo de vida. 

Yo sigo rezando por cada uno de ustedes y por los que los seguirán. Dios los bendiga y María nuestra Buena Madre los proteja y guíe por el camino correcto.

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