martes, 1 de mayo de 2018

Imagen de San Damián de Molokai, muy especial.


Esta imagen de San Damián de Molokai, gran santo belga, está realizada con la técnica de telas encoladas y masillas epoxídicas…pero tiene una historia. Fue realizada en un comienzo, como otro santo italiano y casi terminándola, anuncian que prefieren que sea San Damián de Molokai. Reconozco mi error, por apurarme a realizarla y querer que lo más rápidamente posible, la gente tenga su imagen. PERO COMO “DIOS ESCRIBE DERECHO EN RENGLONES TORCIDOS” TODO TIENE SOLUCIÓN. Cortando cabeza y agregando partes de hábito, se soluciona. Te cuento cómo lo hice.


1-           Lo primero es ver si se puede reformar, en este caso se pudo, porque el hábito coincidía, sotana y capilla ya estaban, faltaba agregar sólo el sombrero y el escapulario. Distinto hubiera sido, transformar a algún franciscano en el Beato Charles de Foulcald, cuyos hábitos son tan distintos. Lo primero es sacar la capilla (pequeña capa que cubre los hombros) luego cortamos la cabeza que ya no va y preparamos la nueva, para este paso hay que ayudarse con estampas o fotos para que se parezca lo más posible. San Damián lleva anteojos, mucha paciencia al hacerlos con alambre, da trabajo, pero se logra.






2-         Protejemos lo más que podamos la imagen para no mancharla demasiado en el momento de cortar la cabeza. Una vez hecho esto y ya lista la nueva cabeza, vamos a poner un soporte de madera entre el cuello y la nueva cabeza, para que encastren perfectamente bien, todo tiene que quedar bien fijo con masilla epoxídica. Dejamos un día secando y chequemos que haya quedado super firme, en caso contrario, volvemos a reforzar con masilla epoxídica.




3-           Se corta la vestimenta que falta (escapulario) en tela de algodón o lino (NO SINTÉTICO). A todas estas partes se les pasan una mezcla de cola de carpintero, tiza, enduído y colorantes. Por lo menos 2 manos y de ambos lados. Adherimos todo y dejamos secar muy bien entre tela y tela, lo mismo cuando se pinta, DEJAR SECAR MUY BIEN ENTRE MANO Y MANO. Nos vamos ayudando con alfileres para mantener a cada tela en su lugar. Agregamos la capilla que habíamos sacado y la adherimos muy bien. Una vez que esté totalmente pintada y seca, se procederá a la decoración con los distintos elementos, en este caso agregamos el escudo de los Padres de Picpus o Sacerdotes de los Sagrados Corazones, congregación a la que pertenecía San Damián de Molokai. Siempre lo último en poner es la aureola.






4-           Retocar con pigmentos al tono las marquitas que hubiéramos dejado y retocar con los colores apropiados para crear sombras. Trabajo terminado y listo para exponer. Habrás visto que muchas veces es mejor buscar soluciones que ahogarse en ellas. Ahora sí a disfrutar de la imagen de este gran santo, apóstol de los leprosos en la isla de Molokai.



EL PASO A PASO:









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