Restauración y transformación de la Virgen de Lourdes a la Inmaculada Concepción.

En recuerdo al Padre Narciso, fallecido ayer en la ciudad de Oberá, Misiones, Argentina.

Junto al Padre Narciso, el día que la llevamos a su "casa definitiva", el Centro de Espiritualidad de la diócesis de Oberá, Misiones, Argentina.

Esta imagen de Nuestra Señora de Lourdes, es una imagen de 1,70 metros que se encontraba muy descuidada, incluso con su base de yeso podrida. Pero el Padre Narciso de la diócesis de Oberá, Misiones, Argentina, la rescató, Dios sabe de dónde, y me preguntó si la podíamos rescatar y transformar en una Inmaculada Concepción (pero no de Lourdes) para que sea entronizada en el Centro de Espiritualidad de la diócesis, que no contaba con una imagen de la Nuestra querida Madre. Como los desafíos me gustan decidí transformarla y mejorarla, quedará muy bien es lo primero que se me vino a la cabeza, aunque lo primero fue "imposible hacerlo" pero las palabras del Padre Narciso me alentaron. Manos a la obra, te cuento los pasos que seguí:

1)    Lo primero que hay que hacer es desengrasarla muy bien y limpiarla hasta en los últimos recovecos, primero con un pincel seco, luego con pinceles húmedos con jabón neutro (el de lavar ropa o jabón blanco) si fuera necesario usamos alcohol y si fuera indispensable, porque este no resulta, algún decapante (que disuelve la pintura y la grasa) pero esto en una última instancia y con mucha prudencia. En este caso tuve que usar algo drástico, ya que le habían aplicado varias capas de barniz y este ya estaba envejecido, el trabajo se complica, pero no es imposible. Pueden ver en las fotos, las diferencias de color que queda una vez limpiada la imagen. No me detuve mucho en su limpieza, porque no la iba a repintar, sino que la iba a encolar con la técnica europea de telas encoladas, como suelo hacer mis imágenes.

2)    Reparar y reponer partes de la imagen dañadas o faltantes que iba a conservar (cara, manos y pies). Trabajo mucho con masillas epoxídicas, que son muy estables y nobles para las restauraciones. También aprovecho ahora a endurecer el yeso envejecido de esta imagen con goma laca, 3 manos como mínimo, porque es importante que no quede ninguna parte de la imagen sin ser protegida. Como verán en las fotos, cuando le he sacado las maderas de su base, se desplomó todo el yeso podrido, por lo que tuve que hacerle una base nueva, con cemento blanco y masillas epoxídicas, ya que la imagen es muy grande y pesada. Aprovecho a sacar el rosal de Lourdes y hacer nubes con la serpiente, característico de las imágenes de la Inmaculada Concepción.

3)    El próximo paso, fue seguir interviniendo las estructuras que estaban podridas y blandas de la imagen. Como pueden ver en las fotos, casi toda la superficie de la imagen fue sacada, porque apenas se tocaba se caía. Se pasan varias capas finitas de yeso aguado, se lo deja secar y luego enduído plástico. Lijar todo muy bien con lijas de granos finos (por lo menos 4 números distintos, siempre de la más gruesa a la más finita). Esta tarea puede llevar algunos días. Sé que es la etapa más aburrida y tediosa, por la suciedad y el trabajo que representa, pero es la más importante para que la imagen quede perfecta.

4)    Una vez terminado el lijado, se trata de sacar la mayor cantidad posible de polvillo. Se le pasa goma laca incolora para sellar poros, por lo menos 3 manos. Nunca dejen de hacer esto, porque, caso contrario, a la hora de pintar, se les empieza a llenar de grumos (restos de polvo) toda la pintura y es imposible pintar como corresponde, ya que la textura de la imagen se vería horrible. Envuelvo toda la superficie de la imagen con telas de algodón encoladas, para darle una superficie más resistente y que se pueda adherir mejor a la vestimenta que le vamos a hacer.

5)    Empiezo a diagramar la vestimenta y de a poco voy agregando las telas encoladas. Lamentablemente mucho no puedo hacer, porque la estructura de la Virgen de Lourdes no la puedo cambiar, por eso decido hacerle un vestido blanco con una franja bordada de piedras, para que resalte la imagen, un manto celeste y un velo con detalles de piedras y puntillas. A medida que voy encolando, voy pintando.

6)    Una vez lista la pintura, vienen los retoques, por más que se haya trabajado con cuidado, estos son inevitables. Yo acostumbro ir girando la imagen, acostarla y rotarla, para ir descubriendo imperfecciones, y mucho más en esta que tiene un tamaño grande. Cuando se pinta con pigmentos naturales y goma laca, puede obviarse el barniz final, aunque hay personas que igualmente le suelen pasar, nunca está demás. Lista la imagen para el Centro de Espiritualidad de mi diócesis.

Las fotos de la imagen terminada, dentro de la capilla del Centro de Espiritualidad de Oberá, Misiones, Argentina, no salieron del todo bien, ya que había un sol radiante y los vitrales amarillos, hicieron que tuviéramos que retocar un poco las fotos, pero su color original lo pueden ver en las fotos de la preparación de la imagen.

Nada es más agradable que devolverle vida a una imagen deteriorada, gratifica mucho porque uno sabe que cuando ya no esté, ella seguirá estando, es una prolongación de nuestro paso por la tierra. Gracias P. Narciso por haber hecho confiar en la Providencia y dejar todo en las manos de Nuestra Buena Madre, siempre te recordaré.

El paso a paso: