miércoles, 22 de enero de 2025

22 de enero fiesta de la BEATA LAURA VICUÑA.






Nació en Santiago, Chile, el 5 de abril de 1891. Su padre, Don José Domingo Vicuña, pertenecía a una familia de la aristocracia criolla chilena, de gran influencia política y alto nivel social. Su madre, Doña Mercedes del Pino, era de una familia humilde. Esta diferencia causa tensión familiar desde el principio.

Hay revolución en Chile, la familia está con el gobierno y debe huir de la capital y refugiarse a 500 km. Pronto su padre muere y queda su madre con dos niñas, Laura (con dos años) y Julia, en la indigencia. Emigran a la Argentina. El viaje es muy difícil y Doña Mercedes no tiene donde estar. Se junta en unión libre con Manuel Mora. En 1900 Laura es internada en el colegio de las Hermanas Salesianas de María Auxiliadora en el colegio de Junín de los Andes. Pronto destaca por su devoción. Sueña con ser religiosa.

Cuando escucha de una maestra que a Dios le disgustan mucho los que conviven sin casarse, la niña cae desmayada de espanto. En la próxima clase, cuando la maestra  habla otra vez de unión libre, la niña empieza a palidecer. Laurita, a su tierna edad, se duele muchísimo cuando Dios es ofendido. Ahora comprende la situación en que está su madre. Lejos de resentirse contra ella, decide entregar su vida a Dios por su salvación.

Laura comunica el plan al confesor, el Padre Crestanello, salesiano. El le dice: "Mira que eso es muy serio. Dios puede aceptarte tu propuesta y te puede llegar la muerte muy pronto". Ella está resuelta en su ofrenda. Recibe la comunión a los diez años. Ese día se ofrece a Dios y es admitida como "Hija de María".

En casa, Mora trata de manchar la virtud de Laura pero ella se resiste, por lo que es echada de la casa, a dormir a la intemperie. Después de esto, Mora no quiere pagarle la escuela pero las hermanas la aceptan gratuitamente. Un día, cuando la niña vuelve a casa, Mora le da a Laura una paliza salvaje. 

Hay una inundación en la escuela en pleno invierno. Laura pasa muchas horas con los pies en el agua helada, ayudando a salvar a las mas pequeñas. Cae enferma de los riñones con grandes dolores. La madre se la lleva a su casa pero no se recupera.

Laura le dice a su madre: "mamá, la muerte está cerca, yo misma se la he pedido a Jesús. Le he ofrecido mi vida por ti, para que regreses a El". Le pide que abandone a Mora y se convierta. Ella le promete cumplir su deseo. Sigue orando y ofreciendo sus sufrimientos intensos por su madre. "Señor: que yo sufra todo lo que a Ti te parezca bien, pero que mi madre se convierta y se salve".

Entra en agonía y dice: "Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener que tu no vivas más en unión libre. Que te separes de ese hombre y vivas santamente". Mamá: ¿antes de morir tendré la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente?

"¡Ay hija mía! Exclama doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida".

Laura manda llamar al Padre Confesor. "Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre". Madre e hija se abrazan llorando.

Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Ha cumplido su misión en la tierra. Ha sido instrumento fiel de la Divina Misericordia. Ha triunfado el amor. Recibe la unción de los enfermos y el viático. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a ella le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima! Lanza una última mirada a la imagen de la Virgen que está frente a su cama y exclama: "Gracias Jesús, gracias María", y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904.


La madre tuvo que cambiarse de nombre y salir disfrazada de aquella región para verse libre del hombre que la perseguía. Y el resto de su vida llevó una vida santa.

Laura Vicuña ha hecho muchos milagros.

El Papa Juan Pablo II la declaró Beata en 1988.

Sus restos están en el Colegio María Auxiliadora de Bahía Blanca Argentina.



martes, 21 de enero de 2025

21 enero fiesta de Santa Inés.





Los pocos datos que se tienen de ella dieron lugar a varias leyendas piadosas en torno a su martirio. Según la más difundida, ella era una joven hermosa y rica, pretendida en matrimonio por muchos nobles romanos. Por no aceptar a ninguno, aduciendo que estaba ya comprometida con Cristo, fue acusada de ser cristiana. Llevada a un prostíbulo, fue protegida por unos ángeles y señales celestes. Fue entonces puesta en una hoguera que no la quemó y, luego, decapitada en año 304 A.D. La hija de Constantino (Constantina) le erigió una basílica en la Vía Nomentana y su fiesta se comenzó a celebrar a mediados del siglo IV.

Escritores antiguos, como el Papa Dámaso, Ambrosio de Milán y el poeta Aurelio Prudencio, dejaron testimonios sobre santa Inés.



Patrona de las jóvenes, de la pureza, de las novias y prometidas en matrimonio y de los jardineros, ya que la virginidad era simbolizada con un jardín cerrado.


Iconografía: niña o señorita orando, con diadema sobre la cabeza y una especie de estola sobre hombros (alusión al palio). Como atributos: un cordero (a sus pies o en sus brazos), evocación de su nombre latino; una pira, espada, palma y lirios, en alusión a su pureza y martirio.


Su nombre entró al canon o plegaria eucarística primera.




miércoles, 15 de enero de 2025

15 de enero fiesta de San Arnoldo Janssen.



Arnoldo Janssen nació el 5 de noviembre de 1837 en Goch, una pequeña ciudad alemana, siendo el segundo de diez hijos. Sus padres fueron profundamente cristianos e incansables trabajadores. 
Arnoldo desarrolló las mismas características. Todos los días se rezaba el Rosario en familia y el padre tenía la costumbre de leer regularmente en voz alta el Prólogo del Evangelio de San Juan (Jn 1,1-18). Arnoldo mantuvo, durante toda su vida, muy viva la devoción al Rosario y un profundo amor al Maestro Divino, presente en la Sagrada Escritura y en la Santa Eucaristía. Asimismo heredó de su padre la devoción al Espíritu Santo.
Fue ordenado sacerdote en la Diócesis de Münster el 15 de agosto de 1861 y fue enviado a la ciudad de Bocholt como docente en una escuela media. Era respetado como docente siendo severo pero justo. Durante este período maduraron y se interiorizaron más su fe y su vida de oración. Su celo sacerdotal lo llevó a estar siempre a disposición de la gente, también al margen de la enseñanza, ayudándoles a profundizar en la fe.
Gracias a su particular devoción al Sagrado Corazón y a su intensa vida de oración, fue nombrado director diocesano del Apostolado de la Oración y empleaba gran parte de su tiempo libre y de sus vacaciones para difundirlo en la Diócesis y en todas las regiones de habla alemana. 

Su entusiasmo por animar a la gente a rezar según las intenciones del Sagrado Corazón, le ayudó a tomar conciencia de las necesidades espirituales de la gente, incluso más allá de los límites de su Diócesis. Esto originó en él un profundo celo por trabajar y rezar por la reunificación de las Iglesias Cristianas en Alemania. Se ensancharon aún más sus horizontes y se fortaleció su conciencia de que la misión de la Iglesia abarca a toda la humanidad.

Dedicó su vida a reavivar en la Iglesia en Alemania sus compromisos misionero y fomentar entre los católicos el entusiasmo por la labor misionera de la Iglesia fuera de Alemania -la “misión entre paganos”. 

Con tal objetivo decidió fundar una revista popular. En 1873 dejó su cargo como docente para poder dedicar más tiempo a esta nueva actividad. El primer número del “Pequeño Mensajero del Sagrado Corazón” apareció en enero de 1874. En la revista publicaba noticias de las misiones extranjeras y estimulaba a los lectores a hacer algo más por ellas.
En los años ’70 la Iglesia en Alemania vivió una dolorosa experiencia de persecución: -el “Kulturkampf” (revolución cultural). Leyes anti-católicas fueron motivo de expulsión de sacerdotes y religiosos e incluso obispos fueron encarcelados. Tal vez esta realidad despertó en él la idea de que algunos de estos sacerdotes podrían entusiasmarse y trabajar en las misiones extranjeras o, por lo menos, para colaborar en la enseñanza en los institutos misioneros. En Alemania, sin embargo, no existía ningún instituto. Esperaba, por tanto, que alguno de estos sacerdotes, interesado por las misiones, aceptase el desafío de iniciar un tal instituto. Su cometido lo veía más bien como promotor de la idea a través de su revista y reunir fondos para la misma.
Fundador de la Congregación del Verbo Divino
El reacio Arnoldo Janssen fue viendo cada vez más claro que el Señor le llamaba a él mismo a tomar en sus manos esta difícil iniciativa. Una vez que reconoció que era la voluntad de Dios se dedicó con alma y corazón a este proyecto. 
La mayor parte de sus contemporáneos pensaban que el momento no fuese oportuno. Muchos, incluso, no veían en él a la persona indicada, pero su confianza en Dios le ayudó a resistir, no obstante, las ironías y los comentarios negativos que sobre él circulaban.

No obstante las condiciones poco favorables en Alemania, obtuvo el apoyo de muchos obispos. Comenzó a recoger fondos y a buscar un lugar adecuado. Debido a la situación política en Alemania, compró una casa al otro lado de la frontera, en Steyl, Holanda. El 8 de septiembre de 1875 es considerada la fecha oficial del comienzo de la obra.

Las condiciones de vida eran humildes, pero, estaba en marcha la preparación de sacerdotes para la tarea misionera. El 2 de marzo de 1879, tres años y medio después, enviaba los dos primeros misioneros a China. Uno de ellos era José Freinademetz que fue beatificado en 1975 junto con Arnoldo Janssen.
El número de los estudiantes crecía de año en año y fue necesario construir nuevos edificios. Las publicaciones de Steyl sirvieron para atraer vocaciones y, al mismo tiempo, para hallar los fondos necesarios. En enero de 1876 Arnoldo Janssen abrió su propia imprenta. Al igual que las otras iniciativas, también esta se desarrollo rápidamente y, gracias a la buena preparación de los Hermanos, muy pronto se hizo famosa por la calidad de los trabajos.

Al celebrar el 25 aniversario, la revista mensual para las familias Stadt Gottes (Ciudad de Dios) tenía una tirada de 200.000 ejemplares y el St. Michaels Kalender (Calendario de S. Miguel) más de 700.000. Estas publicaciones ejercieron un gran influjo sobre la Iglesia en Alemania fomentando el interés por las misiones. Arnoldo Janssen, desde finales del siglo XIX, fue considerado, con toda justicia, como “el animador misional” de la Iglesia en los países de habla alemana. 

La distribución de las mencionadas publicaciones dependía del compromiso generoso y la entrega desinteresada de miles de laicos, verdaderos misioneros en la patria.
Con el correr de los años, la imprenta promovió a Steyl como centro de animación misionera. También los retiros espirituales en Steyl tuvieron gran impacto. El P. Janssen fue un pionero en la introducción del movimiento de los retiros espirituales en los países de habla alemana. 

Cada año miles de sacerdotes y laicos, hombres y mujeres, participaban en tales retiros y volvían a sus casas contagiados con algo del espíritu de oración y entusiasmo que encontraron en Steyl. Se daba importancia también a que cada participante, al regresar, llevase un buen número de Rosarios. Quizá, pocos han distribuido gratuitamente tantos Rosarios como Arnoldo Janssen.

No todos los que llamaban a las puertas de Steyl con el deseo de dedicar su vida al servicio misionero querían ser sacerdotes. Deseaban ayudar a las misiones con su trabajo. Arnoldo Janssen los recibió con mil amores, si bien esto no entraba en sus planes originales. Así nació y creció la rama de los Hermanos laicos. 
Dándoles una buena preparación técnica y comercial, y introduciéndolos en posiciones importantes, contribuyó a crear un nuevo estilo de Hermano laico. Con su trabajo de excelente calidad y con su espíritu de oración contribuyeron en forma eficaz al desarrollo del Instituto Misionero y al trabajo material y espiritual en las misiones. En este, como en otros campos, estaba dispuesto a abrir nuevos caminos, nunca antes intentados, una vez convencido que el Señor lo empujaba en esa dirección.

En el primer Capítulo General del año 1885, la comunidad se constituyó como Congregación religiosa, compuesta por sacerdotes y hermanos, con el nombre de “Sociedad del Verbo Divino” (SVD), con la finalidad de difundir el Evangelio, especialmente entre los pueblos no cristianos. El P. Janssen fue elegido primer Superior General.

Fundador de dos Congregaciones femeninas

También varias mujeres solicitaron unirse a la obra con la esperanza de servir a las misiones como Hermanas misioneras. La primera fue la Beata María Elena Stollenwerk (beatificada en mayo de 1995). Arnoldo Janssen, convencido de la importancia pastoral de las mujeres que trabajaban codo con codo con los misioneros, el 8 de diciembre de 1889 fundó una Congregación misionera con el nombre de “Siervas del Espíritu Santo”. En 1895 envía las primeras Hermanas al extranjero, concretamente a la Argentina. Muy pronto se descubrió su importancia en todas las misiones donde ya trabajaban los sacerdotes y los Hermanos.

En 1896 el P. Janssen eligió un grupo de Hermanas para la vida en clausura y las llamó “Siervas del Espíritu Santo de Adoración Perpetua”. Ante la adoración del Santísimo Sacramento debían rezar, literalmente, día y noche por la Iglesia y especialmente por las dos Congregaciones misioneras de Steyl.

Evangelizar hasta los confines de la tierra

Las Congregaciones crecieron rápidamente. En mayo de 1900 eran ya 208 sacerdotes, 549 Hermanos, 190 Hermanas, 99 estudiantes de teología y 731 alumnos aspirante a misioneros.

Ante este creciente número de misioneros, la Congregación para la Propagación de la Fe animó a Janssen a abrir seminarios misioneros en otros países. A su muerte, en 1909, sus misioneros trabajaban en los cinco Continentes: en China, luego Roma, Argentina, Austria, Togo, Alemania, Ecuador, Brasil, Estados Unidos de América, Nueva Guinea, Australia, Chile, Japón, Paraguay, Filipinas. Una de sus últimas decisiones fue el permiso para abrir un seminario misionero cerca de Chicago, el primero en Estados Unidos.

Arnoldo Janssen murió el 15 de enero de 1909. Su vida fue una permanente búsqueda de la voluntad de Dios, de confianza en la providencia divina y de duro trabajo. Que su obra ha contado con la bendición del Señor lo atestigua también el desarrollo ulterior de su obra: (svd-4, 025) más de 6.000 misioneros del Verbo Divino trabajan hoy en 65 países. Las misioneras Siervas del Espíritu Santo se encuentran presentes en 35 países con más de 3.800 hermanas. Las Siervas del Espíritu Santo de Adoración Perpetua superan el número de 400 en 10 países.

lunes, 13 de enero de 2025

13 de enero fiesta de la Beata Francisca de la Encarnación (María Francisca Espejo y Martos).


Hoy la familia trinitaria celebra la memoria de esta valerosa mujer, signo del amor redentor de Dios y ejemplo de entrega máxima.

María Francisca Espejo y Martos nació el 2 de febrero de 1873, en la ciudad de Martos (Jaén )en el seno de una familia humilde, era sobrina de una monja trinitaria, llamada sor María del Rosario.

Francisca, al quedar huérfana muy joven, entró como educanda en el convento de Martos al amparo de su tía, y en su adolescencia y sintiendo el deseo de quedarse en el convento como monja, pidió ser admitida en la comunidad. Tomó el hábito el 2 de julio de 1893, y realizó su profesión solemne el 5 de julio de 1894, tomando el nombre de sor Francisca de la Encarnación.

Sor Encarnación era una religiosa tranquila y dedicada completamente al cumplimiento de sus deberes religiosos, a los trabajos comunitarios.

Su vida fue la de una mujer oculta la mayor parte de sus años entre los muros del convento trinitario, dedicada a la oración, al trabajo, a la penitencia.

Sus oficios fueron los de enfermera, sacristana, portera y tornera, ejercidos con su característica sencillez, espíritu de servicio y obediencia. Padeció mucho con el reúma, sufriendo en una ocasión un ataque que la dejó paralizada durante varios meses, prueba que sobrellevó con paciencia admirable. Sor Encarnación fue de carácter retraído, introvertido, era muy tímida y asustadiza.

Durante toda su vida religiosa estuvo cuidando a su tía Rosario, también religiosa, y de agrio carácter.

El 21 de julio de 1936, a las diez de la mañana, se presentaron en el convento los milicianos, con orden de desalojarlo y apoderarse de sus instalaciones. Sor Francisca, con su tía, sor Rosario, y una tercera religiosa, sor Dolores, se fueron a refugiar a casa de Ramón, hermano de sor Francisca. Les dieron como aposento una habitación grande en la planta alta de la casa.

Quedaron tía y sobrina. Vestían de negro, con un pañuelo oscuro en la cabeza, sin salir de casa para nada. En su habitación seguían la vida regular propia del convento, con los mismos horarios de oraciones y labores.

Un frío 12 de enero de 1937, se presentaron en el domicilio familiar unos milicianos, diciendo que querían llevarse a las monjas. Sin permitirles llevar nada consigo, sacaron a sor Francisca y a su anciana tía, sor Rosario, de su casa.

El día anterior, 11 de enero, la aviación franquista había bombardeado la zona; como represalia, los milicianos decidieron vengarse, fusilando a cincuenta personas, señaladas por sus ideas políticas de derechas o por su carácter religioso. Especialmente, señalaron a las superioras de las tres comunidades religiosas femeninas de Martos; nadie sabe por qué, pero creyeron que sor Francisca era la priora.




Madre Francisca de la Encarnación fue encerrada en los calabozos del Ayuntamiento, linderos con su convento. Allí coincidió con la superiora del colegio de la Divina Pastora, y con sor María de los Ángeles, religiosa trinitaria, que sobrevivió a los hechos.

Aquella noche del 12 al 13 de enero de 1937, sacaron en camiones a los cincuenta presos. Todos varones, menos tres religiosas: sor Francisca, la beata sor Victoria Valverde (superiora de las religiosas de la Divina Pastora) y madre Isabel, abadesa de las clarisas.

Los llevaron a la aldea de Casillas de Martos, y en su cementerio fueron fusilando a los presos. De las tres monjas, a dos las llevaron a las verjas del cementerio, tratando de abusar de ellas; éstas se resistieron, abrazándose a las verjas, y allí mismo fueron fusiladas.

A Sor Francisca, se la llevó un miliciano a una hondonada cercana, para abusar de ella, sin lograrlo, porque ésta se resistió con todas las fuerzas, provocando la ira del agresor, quien la mató a fuerza de golpes en la cabeza, con la culata del fusil, como luego se pudo comprobar al exhumar el cadáver.

Una vez muerta, la llevó arrastrando hasta echarla a una de las tres fosas que habían cavado en el cementerio, en que yacían ya los hombres recién fusilados. La cruda narración de los hechos proviene de un testigo directo.

Fue beatificada el 28 de octubre de 2007 en Roma, por el Papa Benedicto XVI, convirtiendose así en la primera monja trinitaria que obtiene dicho título. Actualmente puede observarse su cuerpo incorrupto en el Monasterio de la Santísima Trinidad de la ciudad de Martos.


domingo, 12 de enero de 2025

Fiesta del Bautismo de Jesús.

Fiesta, con la cual se cierra el tiempo litúrgico de Navidad


Normalmente el domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía es dedicado a celebrar el bautismo de Cristo y señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor. Es también el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario.

Cuando Cristo se metió en la cola para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía que hacer. 

Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14). El Catecismo hace referencia a esta actitud humilde de Cristo en el n.536:

Hay una diferencia importante entre los dos bautismos: 

El de Juan: con agua, exterior, signo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.
El de JESÚS: con Espíritu Santo, renovación interior que nos hace "partícipes de la naturaleza divina”

"No soy digno ni siquiera de desatar la correa de su sandalia..." trabajo reservado al más inútil de los esclavos... Juan destaca la infinita distancia entre él y Jesús...
¿Porqué entonces Jesús se hace bautizar por Juan? )es una escena tan impresionante, que podría resultar incomprensible, y hasta escandalosa]...

Pero admitámoslo, y descubramos nuevamente el "modo" que Dios emplea para salvarnos: hoy se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia... 

Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios... así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados, y subió a la Cruz como si fuese un delincuente...

Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy "especial": ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:

El cielo abierto (ya nunca más cerrado por los pecados, como hasta este momento) Es decir, comienza una nueva etapa de relación entre Dios y los hombres: el Cielo viene a nosotros, y nosotros vamos allá: viene con Cristo y el Espíritu Santo. 

Llega todo, porque Dios mismo viene, y Él será para nosotros y nos dará todo. Estamos frente al comienzo de una nueva humanidad, divinizada.

En la proposición que San Marcos hace en su Evangelio, el Padre no "presenta" a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo...”): Cristo nos representa a todos, que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre... Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por VIVIR NUESTRO BAUTISMO...


Sigamos a Cristo por la Cruz a la Luz.

       P. Juan Pablo Esquivel | Fuente: Catholic.net 

12 de enero fiesta de San Bernardo de Corleone.




Filippo Latini, que así se llamaba de seglar nuestro santo, nació en Corleone (Sicilia, Italia), el 6 de febrero de 1605. De joven ejerció el oficio de zapatero. Su casa era conocida como «la casa de los santos», porque tanto su padre como sus hermanos eran muy caritativos y virtuosos. Por ello, recibió una buena formación religiosa y moral. Era muy devoto de Cristo crucificado y de la santísima Virgen. Sin embargo, tenía un carácter muy fuerte.

En cierta ocasión, tuvo un enfrentamiento con otro joven; después de las palabras pasaron a las manos: ambos desenfundaron la espada y, tras un breve duelo, el otro quedó gravemente herido. Al huir de la justicia humana, buscó refugio en una iglesia, invocando el derecho de asilo, pero, aunque se libró de la justicia humana, no pudo escapar de su conciencia.

En la soledad y en la meditación reflexionó largamente sobre el delito cometido y sobre toda su vida, desperdiciada, inútil y disipada, odiosa a los demás y dañina para su alma, lo más precioso que el hombre posee. Se arrepintió, invocó el perdón de Dios y de los hombres e hizo áspera penitencia.

Para reparar sus pecados, con vestidos de penitente decidió tomar el sayal de los Hermanos Menores Capuchinos. Abandonó Corleone, que le recordaba su pasado, y llamó a la puerta del convento de Caltanissetta, en Sicilia, donde fue admitido y tomó el nombre de Bernardo.

Como laico profeso de la orden de los Frailes Menores Capuchinos, fue en verdad un hombre nuevo, decidido a alcanzar una perfección cada vez más alta, con humildad, obediencia y austeridad.

En el convento ejerció casi siempre el oficio de cocinero o ayudante de cocina. Además, atendía a los enfermos y realizaba una gran cantidad de trabajos complementarios, con el deseo de ser útil a todos, a los hermanos sobrecargados de trabajo y a los sacerdotes, a los que lavaba la ropa y prestaba otros servicios. Dormía en el suelo, no más de tres horas diarias, y multiplicaba sus ayunos.

Aunque inculto e iletrado, alcanzó las alturas de la contemplación, conoció los más profundos misterios, curó enfermos, distribuyó consuelos y consejos, intercedió con su oración para alcanzar de Dios abundantes gracias para los demás.

Esto lo realizó durante treinta y cinco años, hasta su muerte. Su oración asidua, su caridad ferviente, su filial devoción a la Virgen Inmaculada y su acendrada devoción a la Eucaristía (a pesar de las costumbres de aquellos tiempos, recibía la comunión diariamente), fueron el secreto de su santidad. Se preocupó por conformarse a Cristo crucificado. Tomó en serio el Evangelio y trató siempre de vivirlo con todas sus consecuencias.

Murió el 12 de enero de 1667 en Palermo. Tenía 62 años. El papa Clemente XIII lo beatificó el 15 de mayo de 1768, y San Juan Pablo II lo canonizó el 10 de junio del 2001.