Los
pastores y reyes del Oriente visitan a Jesús el Mesias, le llevan regalos y lo
adoran con oro, incienso y mirra.
Origen
de la fiesta
El 6 de
enero se celebraba desde tiempos inmemoriales en Oriente, pero con un sentido
pagano: En Egipto y Arabia, durante la noche del 5 al 6 de enero se recordaba
el nacimiento del dios Aion. Creían que él se manifestaba especialmente al
renacer el sol, en el solsticio de invierno que coincidía hacia el 6 de Enero.
En esta misma fecha, se celebraban los prodigios del dios Dionisio en favor de
sus devotos.
La
fiesta de la Epifanía
sustituyó a los cultos paganos de Oriente relacionados con el solsticio de
invierno, celebrando ese día la manifestación de Jesús como Hijo de Dios a los
sabios que vinieron de Oriente a adorarlo. La tradición pasó a Occidente a
mediados del siglo IV, a través de lo que hoy es Francia.
La
historia de los Reyes Magos se puede encontrar en San Mateo 2, 1-11.
“Después
de haber nacido Jesús en Belén de Judea, en el tiempo del Rey Herodes, unos
magos de Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: ¿dónde está el que ha
nacido, el Rey de los Judíos? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y
venimos a adorarlo.
Al oír
esto, el Rey Herodes se puso muy preocupado; entonces llamó a unos señores que
se llamaban Pontífices y Escribas (que eran los que conocían las escrituras) y
les preguntó el lugar del nacimiento del Mesías, del Salvador que el pueblo
judío esperaba hacia mucho tiempo.
Ellos
contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el Profeta:
de
ningún modo eres la menor
entre
las principales ciudades de Judá
porque
de ti saldrá un jefe
que
será el pastor de mi pueblo Israel".
Entonces
Herodes, llamando aparte a los magos, los envió a la ciudad de Belén y les
dijo: Vayan e infórmense muy bien sobre ese niño; y cuando lo encuentren,
avísenme para que yo también vaya a adorarlo.
Los
Reyes Magos se marcharon y la estrella que habían visto en el Oriente, iba
delante de ellos hasta que fue a pararse sobre el lugar donde estaba el Niño.
Al ver la estrella, sintieron una gran alegría.
Entraron
en la casa y vieron al niño con María su madre. Se hincaron y lo adoraron.
Abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Luego,
habiendo sido avisados en sueños que no volvieran a Herodes, (pues él quería
buscar al Niño para matarlo), regresaron a su país por otro camino.”
Podemos
aprovechar esta fiesta de la
Iglesia para reflexionar en las enseñanzas que nos da este
pasaje evangélico
* Los
magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansarse, la luz de Dios,
siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesucristo, luz de los hombres, le
ofrecen con alegría todo lo que tienen.
* La
estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el
Evangelio es lo que anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús.
* Los
Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas
(de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella que les llevaría a
encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos los pueblos de la tierra
que desde el paganismo han llegado al conocimiento del Evangelio.
* Los
Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño
Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un
camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir a Dios implica sacrificio,
pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y trabajo vale la pena.
* Los
Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían.
Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue
así, sino que lo encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron
sus regalos. Nos enseñan la importancia de estar siempre pendientes de los
signos de Dios para reconocerlos.
Los
Reyes Magos fueron generosos al ir a ver a Jesús, no llegaron con las manos
vacías. Le llevaron:
oro: que se les da a los reyes, ya que Jesús ha venido de
parte de Dios, como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los
pueblos;
incienso: que se le da a Dios, ya que Jesús es el hijo de Dios
hecho hombre;
mirra: que se untaba a los hombres escogidos, ya que adoraron a
Jesús como Hombre entre los hombres.
Esto
nos ayuda a reflexionar en la clase de regalos que nosotros le ofrecemos a Dios
y a reconocer que lo importante no es el regalo en sí, sino el saber darse a
los demás. En la vida debemos buscar a Dios sin cansarnos y ofrecerle con
alegría todo lo que tenemos.
* Los
Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al niño Jesús. Supieron valorar
el gran amor de Dios por el hombre.
*
Debemos ser estrella que conduzca a los demás hacia Dios.
Significado
de la fiesta
Antes
de la llegada del Señor, los hombres vivían en tinieblas, sin esperanza. Pero
el Señor ha venido, y es como si una gran luz hubiera amanecido sobre todos y
la alegría y la paz, la felicidad y el amor hubieran iluminado todos los
corazones. Jesús es la luz que ha venido a iluminar y transformar a todos los
hombres.
Con la
venida de Cristo se cumplieron las promesas hechas a Israel. En la Epifanía celebramos que
Jesús vino a salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos.
Epifanía
quiere decir "manifestación", iluminación. Celebramos la manifestación
de Dios a todos los hombres del mundo, a todas las regiones de la tierra. Jesús
ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos y ser luz de todas
las naciones.
En la Epifanía celebramos el
amor de Dios que se revela a todos los hombres. Dios quiere la felicidad del
mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres, y ha venido a salvar a todos
los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza.
Es un
día de alegría y agradecimiento porque al ver la luz del Evangelio, salimos al
encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos nuestra adoración como los
mago.
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