San José
María Rubio Peralta S.J. (nació en Dalías, Almería, el 22 de julio de 1864 –
Aranjuez, murió en Madrid, el 2 de mayo de 1929) fue un santo jesuita español,
canonizado por la Iglesia Católica y calificado de "apóstol de
Madrid" por el arzobispo de Madrid, Eijo y Garay.
Infancia
y adolescencia.
.jpg)
Por
traslado de su mentor a la capital, estudia quinto de Teología en Madrid
(1886-1887), donde obtiene la licenciatura en esta materia (1896) y el
doctorado en Derecho Canónico en Toledo (1897).
Sacerdote
en los suburbios madrileños.
Ordenado
sacerdote, celebra su primera misa el 12 de octubre (1887) en el altar de la
conversión de san Luis Gonzaga de la entonces catedral de San Isidro de Madrid,
diócesis en la que trabajó tres años, como coadjutor en Chinchón (1887-1889) y
párroco en Estremera (1889-1890).

Capellán
luego de las religiosas Bernardas en la iglesia del Sacramento de Madrid,
entonces parroquia de la Almudena, comenzó a señalarse por su actividad en los
suburbios de la capital con los traperos y las “modistillas”.
Enseñó
además literatura latina, metafísica y teología pastoral (1890-1894) en el
seminario de Madrid y actuó como notario y encargado del registro de la vicaría
de esta diócesis. Un viaje como peregrino a Tierra Santa y Roma (1904) le deja
huella indeleble.

Últimos
años.
Fallecido
su protector Torres Asensio, logra realizar su viejo deseo de ingresar en la
Compañía de Jesús en Granada, donde, tras el noviciado (1909), repasó un año
teología y tuvo una experiencia pastoral en Sevilla (coincidiendo en la
residencia con los también jesuitas Francisco de Paula Tarín y Tiburcio Arnaiz,
ambos con fama de santidad).
Terminada
la tercera probación (1910-1911) en Manresa (Barcelona), fue destinado a
Madrid, en cuya casa profesa de la calle la Flor Baja residió el resto de su
vida.

Pese a
carecer de brillantes cualidades humanas, que contrastaban con sus compañeros
de casa los académicos de la Historia y la Lengua, padres Fita y Coloma, su
eficacia y fama creció en poco tiempo en toda la ciudad. Se señaló por su amor
a los pobres, a los que se adelantaba a socorrer.

Murió en
Madrid, el 2 de mayo de 1929, sentado en una butaca de pino, después de haber
ordenado quemar sus apuntes espirituales. Cuando murió, el arzobispo de Madrid,
Leopoldo Eijo y Garay, lo calificó de “apóstol de Madrid” y escribió una
pastoral proponiéndolo como modelo al clero de su diócesis.
Canonización.

“Hacer lo
que Dios quiere y querer lo que Dios hace”.
Beatificado
por San Juan Pablo II en Roma (6 de octubre de 1985) y canonizado en Madrid por
el mismo pontífice (4 de mayo de 2003), sus restos son venerados en la iglesia
de San Francisco de Borja y del Sagrado Corazón de la Compañía de Jesús en
Madrid.
El hecho
extraordinario, considerado como milagro por la Congregación para la Causa de
los Santos en orden a su canonización, fue la curación de un cáncer de pulmón
del jesuita madrileño José Luís Gómez Muntán (1988).
No hay comentarios:
Publicar un comentario