IMAGINERÍA RELIGIOSA
"SAN JUAN DE DIOS"
¿Quién fué San Juan de Dios?
Según
se cree nació en Montemor-o-Novo (Portugal) 8 de marzo de 1495 (aunque muchos
dudan de ese lugar) y murió en Granada (España) el 8 de marzo de 1550 es el
fundador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Su nombre de pila era
João Cidade Duarte (Juan Ciudad Duarte en español).
Cuando
aún no contaba con doce años, se establece en Oropesa, Toledo, España, en la
casa de Francisco Cid Mayoral, al cual le servía como pastor. A la edad de 27
años, (1523) se alistó en las tropas de un capitán de infantería llamado Juan
Ferruz, al servicio del Emperador Carlos I, en la defensa de Fuenterrabía,
contra de las tropas francesas.
Fue
para él una dura experiencia, siendo expulsado por negligencia en el cuidado de
las ganancias de su compañia (se salvo en el último momento de ser ahorcado). A
pesar de ello, volvió a combatir en las tropas del conde de Oropesa en 1532, en
el auxilio de Carlos V a Viena, sitiada por los turcos de Soliman I.
Al
desembarcar en España por la costa gallega, siente la necesidad de entrar en
Portugal y reencontrarse con sus orígenes. Pero este deseo se ve seriamente
frustrado: sus padres han muerto; tan sólo queda su tío. De allí pasa a
Andalucia y estando de paso en Gibraltar decide embarcar para África. En su
mismo barco, encuentra al caballero Almeyda, su mujer y sus cuatro hijas que
habían sido desterrados por el rey de Portugal enviándolos a Ceuta.
El
padre le contrata como sirviente, pero pronto cayeron todos enfermos, gastando
la poca fortuna que traían, viéndose en la necesidad de pedir socorro a Juan de
Dios. Este, mostrando ya la enorme caridad que le convertiría en santo, se pone
a trabajar en la reconstrucción de las murallas de la ciudad, permitiendo que
de su salario comiesen todos. Más tarde, pasa a Gibraltar, donde se hace
vendedor ambulante de libros y estampas. De ahí se traslada definitivamente a
Granada, en 1538, y abre una pequeña
librería en la Puerta Elvira. Sería en esta librería donde comienza su
contacto con los libros de tipo religioso.
El
20 de enero de 1539 se produce un hecho trascendental. Mientras escuchaba el
sermón predicado por San Juan de Ávila en la Ermita de los Mártires, tiene
lugar su conversión.
Las
palabras de Juan de Ávila producen en él una conmoción tal, que le lleva a
destruir los libros que vendía, vaga desnudo por la ciudad, los niños lo
apedrean y todos se mofan de él. Su comportamiento es el de un loco y, como
tal, es encerrado en el Hospital Real. Allí trata con los enfermos y mendigos y
va ordenando sus ideas y su espíritu mediante la reflexión profunda. Juan de
Ávila dirige su joven e impaciente espíritu y lo manda peregrinar al santuario
de la Virgen de Guadalupe en Extremadura. Allí madura su propósito y a los pies
de la Virgen promete entregarse a los pobres, enfermos y a todos los
desfavorecidos del mundo.
Juan
vuelve a Granada en otoño de ese mismo año, lleno de entusiasmo y humanidad.
Los recursos con los que cuenta son su propio esfuerzo y la generosidad de la
gente. En un principio Juan utiliza las casas de sus bienhechores para acoger a
los enfermos y desfavorecidos de la ciudad. Pero pronto tuvo que alquilar una
casa, en la calle Lucena, donde monta su primer hospital. Pronto crece su fama
por Granada, y el obispo le pone el nombre de Juan de Dios.
En
los siguientes diez años crece su obra y abre otro hospital en la Cuesta de
Gomérez. Es, así mismo, un innovador de la asistencia hospitalaria de su época.
Sus obras se multiplican y crece el número de sus discípulos -entre los cuales
destaca Antón Martín, creador del Hospital de la Orden en Madrid llamado de
Nuestra Señora del Amor de Dios- y se sientan las bases de su obra a través del
tiempo.
El 8 de marzo de 1550, a los 55 años, moría
Juan de Dios en Granada, víctima de una pulmonía a consecuencia de haberse
tirado al Genil para salvar a un joven que, aprovechando la crecida del río,
había ido para hacer leña pero se cayó en medio de la corriente y estaba en
trance de ahogarse. Lógico final para una vida totalmente entregada a los
demás.
Fue
beatificado por el Papa Urbano VIII el 1º de septiembre de 1630 y canonizado
por el Papa Alejandro VIII, el 16 de octubre de 1690. Fue nombrado santo patrón
de los hospitales y de los enfermos.
A
su muerte su obra se extendió por toda España, Portugal, Italia y Francia y hoy
día está presente en los cinco continentes.
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