Nacido
em 1819 en un pueblo del interior de Alemania, Weitersburg de Koblenz, Pedro
Friedhofen tuvo una vida breve, marcada por grandes dificultades y pruebas.
A
los dieciocho meses de edad, el joven Pedro pierde a su padre, y con nueve
años, a su madre. Sus estudios fueron interrumpidos en la escuela primaria,
pero para aprender el oficio de deshollinador, y viajar con Jacob, su hermano
mayor.
Unos
años más tarde la muerte de Jacob llevó a Pedro, con poco más de 20 años, a
asumir la responsabilidad de la esposa de su hermano y de los diez hijos y uno
por venir. Sin embargo, ni la habilidad con la que ejerció su profesión, ni su
lucha contra la discapacidad de pulmón que padecía, eran suficientes.
En
su trabajo, cantaba himnos a María y sabía que Dios estaba cerca de él,
haciendo de este hábito una forma de culto. Sobrevivió por su fe, oración
apasionada, y lectura de la Biblia, mientras cultivaba una profunda devoción a
María.
Por
su dedicación al apostolado seglar natural y el deseo de compartir con otros la
alegría de vivir unido a Dios, fundó la Hermandad de San Luis, bajo estrictas
normas y el consentimiento del Obispo de Trier, en diversas parroquias de la
región.
Viajante
a causa de su profesión, tuvo experiencia de primera mano del sufrimiento y el
aislamiento de las personas, especialmente entre los enfermos, lo que despertó
más y más su dedicación a los desvalidos, y el deseo de consagrarse al Señor
junto con otros de su mismo parecer, y fundar los Hermanos de la Misericordia.
Este
deseo fue apoyado por algunas personas de iglesia, pero las dificultades para
la creación de una nueva congregación eran muchas, lo que hizo que Pedro
repensara varias veces su proyecto. Como alternativa para dar continuidad a sus
ideales y aprender sobre el cuidado de los pacientes, Pedro asiste el convento
de los Hermanos Alessianos, una fraternidad laica con una forma parecida a la
pretendida por él.
En
este período de prueba, Pedro se encuentra en conflicto con sus convicciones,
en una congregación donde los votos perpetuos estaban prohibidas: un voto de
pobreza no era posible. El Secretario de Finanzas de la ciudad administraba las
finanzas del convento y tenía voz en la elección de nuevos candidatos para el
convento. Los hermanos cuidando los enfermos aceptaban pagos a cuenta propia y
tenían cuentas personales.
Después
de muchas batallas y decepciones, Pedro se mudó a Koblenz en 1850, buscando
mejores condiciones para la creación de la nueva congregación, y mientras
desarrolla su trabajo en un hospital y en un convento.
La
confianza y la creencia en la Congregación por parte del público y de la
comunidad médica fue creciendo. En 1852, el padre Lorenzi recibió los votos
solemnes de Pedro Friedhofen y un hermano, comenzando así el noviciado de los
Hermanos de la Misericordia.
En
las primeras horas del 21 de diciembre de 1860 murió santamente en Koblenz; una
gran multitud participó de sus funerales. Fue beatificado por SS Juan Pablo II
el 23 de junio de 1985.
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