San
Expedito es sin dudas un modelo de fortaleza y compromiso con el Amor de Dios,
un defensor de Su Divina Voluntad. En estos tiempos su devoción ha crecido
porque la gente busca ayuda espiritual, intercesión ante el Trono de Dios, y
San Expedito viene a ocupar un espacio importante en esa fundamental misión.
Conozcamos su historia y devoción.
Historia
de San Expedito

San
Expedito era contemporáneo de Santa Filomena y San Jorge y vivió a principios
del siglo IV. Nuestro santo era un militar del Imperio Romano que tenía a su
cargo toda una legión a las ordenes de Dioclesiano, emperador que años más
tarde lo mandaría a matar. La
Tradición cuenta que Expedito era jefe de la 12ª Legión
Romana conocida como "Fulminante", que estaba establecida en
Metilene, sede de una de las provincias romanas da Armenia. Militar de carrera,
tenía más de seis mil hombres a su cargo, y había recibido el estricto
entrenamiento militar de las legiones del César, comprometido con la defensa
del imperio y sus leyes. Se cree que su nombre deriva de “Expedici”, que era un
tipo de formación militar romana ligera y veloz; seguramente nuestro santo se
inició en una unidad de este tipo y de allí deriva su apellido.
Milagro
en batalla
Las
legiones eran poderosas unidades militares dispersas a lo largo y ancho del
imperio, con unos siete mil soldados de infantería cada una y apoyadas también
por caballería. Expedito estaba a cargo de la Legión “Fulminante”, con el título de Tribuno,
equivalente al rango de General de División. Las milicias romanas habían
recibido de Diocleciano el decreto ordenando la persecución de los cristianos,
que se oponían a profesar la fe
politeísta oficial del imperio. La pena era la muerte, y en particular era la
pena de flagelación y decapitación para los funcionarios del imperio, militares
o civiles, que se convirtieran al cristianismo.
La legión
de Expedito estaba basada en Armenia y tenía como misión principal luchar
contra los pueblos bárbaros en la zona de Germania, esto es en Armenia y
Turquía. Habían luchado durante mucho tiempo, bajo las órdenes de su general,
pero habían agotado las provisiones de alimentos y agua en tierras que estaban
infectadas de enemigos. Finalmente, enfrentaron una vez más la batalla sin
tener las fuerzas para hacerlo. Expedito les habló, trató de levantar sus
espíritus una vez más, pera nada logró esta vez. El enemigo estaba cada vez más
cerca, y sin fuerzas, alimentos ni bebida, nada podía hacerse.

La
conversión y muerte de Expedito
Muchos de
los soldados de la legión se convirtieron al Cristianismo de inmediato, felices
de haber testimoniado el Poder del Dios Único. Expedito no comprendía lo que
ocurría, sin embargo su corazón estaba tocado por la fortaleza de ese Dios que
se había acordado de sus hombres, y de él mismo. Su corazón sabía que Dios lo
estaba llamando, pero su puesto en la milicia romana no era compatible con tal
conversión, lo esperaba la muerte en caso de desafiar la autoridad del
Emperador. Los hechos llegaron a los oídos de Dioclesiano, que preocupado envió
ordenes para que se detenga esa revuelta militar, de soldados romanos
convertidos al cristianismo.

Conmovido
por los hechos vividos e inspirado por el Espíritu Santo, Expedito resuelve un
día cambiar su vida y convertirse al cristianismo. Fue entonces que se le
apareció el espíritu del mal en la forma de un cuervo. El cuervo le gritaba
¡cras...cras...!, palabra latina que quiere decir "mañana...mañana".
Esta decisión déjala para mañana, le decía el cuervo. ¡No tengas apuro! ¡Espera
por tu conversión! Pero San Expedito reaccionó enérgicamente aplastando al cuervo
con su pie derecho mientras exclamaba Hodie... Hodie... Hodie (que en latín
significa Hoy... Hoy... Hoy...). ¡No dejaré nada para mañana, a partir de hoy
seré cristiano!

El 19 de
abril del año 303 de nuestra era, por orden del Emperador Diocleciano, nuestro
santo fue sacrificado en Melitene, sede de una de las Provincias Romanas en
Armenia junto con sus compañeros de milicia Caio, Galatas, Hermogenes,
Aristonico y Rufo. La pena fue de flagelación (dando lugar al posible
arrepentimiento del reo) y la decapitación. Su sangre regó aquellos primeros
siglos de la Iglesia,
junto a la de tantos otros mártires que comprendieron que Cristo mismo, en Su
Cruz, tiene Su Trono en la celebración Eucarística legada en la noche del
Jueves Santo.
La
devoción a San Expedito

En forma
coherente con su propia historia de vida, San Expedito tiene un rol de
intercesión especial frente a Dios para atender los casos urgentes. Nos
referimos a los casos en que de producirse una demora habría un gran perjuicio.
Es conocido como uno de los abogados de las causas imposibles junto con Santa
Rita de Cascia y San Judas Tadeo (oriundo de Nazareth y primo del Señor), a
quienes también se les suele invocar en estos casos. También ha pasado a ser
patrono de las personas que quieren obtener una Gracia por una causa perdida,
pero la necesitan inmediatamente. De este modo, San Expedito es reconocido por
el Don que Nuestro Padre Misericordioso le dio para resolver nuestras
necesidades en formas urgente pero también es Patrono de los Jóvenes, Socorro
de los Estudiantes, Mediador en los Procesos y Juicios, Salud de los Enfermos,
Protector en los Problemas de Familia, Laborales y Negocios, pudiendo ser
invocado en otros casos.
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