Sacerdotes
diocesanos y Mártires
En
Lübeck, ciudad costera del Mar Báltico alemán, cuatro religiosos formaron en
1941 el único grupo ecuménico de resistencia al Tercer Reich que se ha
conocido, se trata de tres sacerdotes católicos y de un pastor protestante,
juzgados por el “Tribunal del Pueblo” (Volksgerichtshof) fueron condenados a muerte y
ejecutados el 10 de Noviembre de 1943 en la guillotina.
Johannes
Prassek, Eduard Müller, Hermann Lange y Karl Friedrich Stellbrink (pastor de la
Iglesia Evangélica Luterana del Estado de Lübeck, misma que posteriormente fue
integrada a la Iglesia Luterana del Norte de Elba), por caminos individuales y
diferentes, llegaron a colisionar con el régimen nazi.
Sin
embargo, los cuatro, algo tenían en común: No se dejaron amedrentar ni por sus
superiores eclesiásticos, ni por los poderosos del régimen. Sólo se dejaron
llevar por la fe y sus consciencias. Compartían la misma admiración por el Obispo
de Münster, Clemens August Graf von Galen.
Con extraordinaria valentía informaron a los
feligreses de sus parroquias del contenido de los sermones y cartas pastorales
del obispo, denunciando la ideología y los programas de eutanasia del régimen
nazi. También sugirieron a sus feligreses de confianza, la escucha de emisoras
enemigas “Feindsender”.
Los
cuatro religiosos se sentían muy unidos. El mutuo aprecio y estímulo fue muy
importante, ante todo para el pastor Stellbrink, que se había quedado totalmente
aislado dentro de su Iglesia Evangélica Regional, simpatizante del nazismo. Sin
este lazo de amistad que superó todas las diferencias confesionales,
seguramente este grupo de resistencia no hubiera podido mantenerse unido hasta
el final.
El
primero que cayó en las redes de la Gestapo fue el Pastor Stellbrink. En la
noche anterior al Domingo de Ramos de 1942, Lübeck sufrió un bombardeo
devastador por la Royal-Air-Force. Gran parte de la ciudad quedó destruida por
las llamas. A los pocos días fue detenido "para su protección"
(Schutzhaft) por la Gestapo.
Pocos
días después de este arresto, fueron también detenidos los tres sacerdotes. Y
con ellos, 18 laicos, la mayoría católicos.
Después
de un año de detención preventiva, en unas condiciones de salud ruinosas,
fueron juzgados por el Segundo Senado del “Tribunal
del Pueblo” que dictó la
sentencia de muerte "debido a la desmoralización del ejército en conexión
con el amedrentamiento de parte del enemigo considerado traición al país y el
delito de escuchar radios del enemigo".
Johannes
Prassek: prisionero por decir la verdad
El día
que fue ordenado sacerdote, se definió como "la persona más feliz".
El padre Prassek nació hace 100 años en Hamburgo. Estudió en la universidad de
los Jesuitas St. Georgen en Frankfurt. En 1935 entró al seminario mayor de
Osnabrück y dos años más tarde recibió el sacramento del orden.
Su
primera misión fue la de vicario de Wittenburg en Meclenburgo y en 1939 pasó a
ser vicario de la comunidad de Herz-Jesu en Lübeck y luego fue nombrado
capellán.
Pronto
se ganó el cariño de sus fieles: "Prassek atraía hacia él a las personas
difíciles y extrañas, desfavorecidas y oprimidas", dice el postulador de
la causa (Ab. Andrea Ambrosi). "Su pastoral lo comprometía hasta el límite
de su capacidad física y psíquica", comenta.
Rápidamente
fue conocido por su fama de predicador: "Sus impresionantes homilías
dominicales no sólo atraían a numerosos fieles, sino también a los espías de la
Gestapo", reconoce el postulador.
Algunos
amigos le hablaban sobre las críticas que hacía, le advertían que quizás
podrían ser demasiado imprudentes contra la ideología nacional socialista pero
Prassek no se dejó influenciar, pensaba que debía decir la verdad.
El
padre Prassek, además de sus críticas se dedicó a estudiar polaco para ayudar a
los que estaban forzados a ir a Lübeck.
En 1941
conoció un joven pastor protestante con quien tuvo gran afinidad y quien le
mostró su anhelo de conocer la fe católica. Sin embargo este hombre resultó siendo
un espía de la Gestapo y la información que consiguió fue clave para que el
padre Johhanes fuese arrestado el 18 de mayo de 1942.
Así,
fue llevado al edificio de Burgkloster (hoy museo que lleva el mismo nombre).
Esperó más de un año para ser procesado en condiciones infrahumanas de hambre y
frío, que lo afectaron gravemente, pues tenía una enfermedad estomacal. Durante
ese tiempo escribió numerosas cartas.
A pesar
del duro período de prisión y de la perspectiva de la propia ejecución, Prassek
no perdió su conciencia de fe, su cordialidad volcada a consolar a los
compañeros de prisión.
El día
de su ejecución le permitieron escribir una carta de despedida a sus
familiares, la cual fue destruida después por las duras palabras contra el
régimen nacional socialista. "La
guillotina puso fin a la agonía soportada con valentía y fe", dice el
postulador.
Hermann
Lange, gran intelectual y mártir.
El
abogado Ambrosí lo define como un "sacerdote muy erudito e intelectual no
sólo en cuestiones teológicas".
Nació
en 1912 en Frisia oriental. Formó parte de una asociación católica juvenil
denominada Nueva Alemania.
Era un
fiel seguidor del escritor Romano Guardini, cuya obra lo influenció
notablemente. Estudió en 1931 en la facultad de teología en la universidad de
Münster. Luego entró al seminario mayor de Osnabrück.
Se
ordenó sacerdote en 1938. En Junio 1939 comenzó su labor pastoral en la
Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Lübeck, donde sus homilías preparadas
en modo absolutamente preciso. Era un sacerdote decidido, gentil y de
sentimientos nobles -desde el punto de vista humano- era perfectamente íntegro.
Sobresalía
por su gran sensibilidad, humanidad y preparación teológica. Era un gran
opositor del nacional socialismo.
En ese
entonces tuvo un diálogo con un joven soldado que servía a este régimen. Lange
le dijo claramente que un cristiano no podía estar con los alemanes en la
guerra.
Difundía
sin miedo sus escritos en contra del Régimen y en 1942, cuando Lübek sufrió los
primeros bombardeos, sin importar el riesgo que corría su vida se preocupó de
que sus feligreses estuvieran a salvo.
Fue
arrestado el 16 de junio de 1942 por la Gestapo. "El segundo senado del
tribunal popular lo condenó a muerte junto con otros sacerdotes por
disgregación del potencial militar, por apoyo al enemigo con traición a la
patria y por delitos radiofónicos", explica Ambrosi, pues en un programa
de radio difundían las ideas contra el régimen.
El
postulador destacó así la "compostura admirable" que tuvo el padre
Lange en prisión. Compartió la celda con el pastor Stellbrink, a quien, según
varios testigos trató "como a un hermano".
Sus
cartas testimonian una admirable sumisión a lo que Dios permitiera y una
profundidad religiosa: "Cuando recibáis esta carta ya no estaré más en el
mundo de los vivos", escribió a sus padres el día de su condena.
"Hoy
será el gran retorno al Reino del Padre, y luego veré a todos aquellos que
estuvieron cerca a mí en la tierra", expresó.
Sobre
esta carta, el escritor alemán Thomas Mann (1875 - 1955), premio nobel de
literatura en 1929, dijo que se trata "del testimonio más bello por el don
de la fe cristiano católica".
Eduard
Müller y la santidad en las cosas sencillas.
De este
grupo de mártires, él fue quien tuvo una juventud más difícil. Nació en agosto
de 1911 en el seno de una familia humilde. Estudió en la escuela católica de
Neumünster. Era el menor de siete hijos y su padre abandonó su familia. Fue
monaguillo y después carpintero. Desde pequeño mostró su deseo de ser
sacerdote.
Gracias
al apoyo de unos bienhechores de la parroquia pudo concluir sus estudios
secundarios y luego estudió teología católica en Münster.
En 1940
fue ordenado sacerdote en Osnabrück. Trabajó en la parroquia del Sagrado
Corazón de Lübeck.
"Su
modo de ser calmado, gentil y no autoritario fue muy estimado por los testigos
de aquella época", dice el abogado Ambrosi.
Particularmente
célebre fue su capacidad de identificación con la vida de los trabajadores,
artesanos, de hecho no era difícil para él identificarse porque provenía de
este ambiente al cual estuvo siempre unido.
De los
mártires en Lubek era el menos político. Aún así fue arrestado en julio de
1942.
Después
de ser condenado a muerte escribió: "Tengo la esperanza de que no seré
nunca defraudado, más bien, con toda franqueza como siempre, también ahora
Cristo será glorificado con mi amor, tanto en la vida como en la muerte".
Estos
tres beatos, junto al pastor Stellbrink, fueron asesinados con un intervalo de
sólo tres minutos. Supieron derramar su sangre dando sus vidas como sacrificio
supremo del amor de Cristo.
Fueron
beatificados el 25 de junio de 2011 en Hamburgo, durante el pontificado de S.S.
Benedicto XVI.
Momentos de la Beatificación.
Reliquias de los Beatos











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