Carl
Lampert nació el 9 de enero de 1894 en Göfis (Vorarlberg, Austria), siendo el
menor de los siete hijos del agricultor Franz Xaver Lampert y de esposa María
Rosina Lampert.
La
primaria la estudió en la escuela de Göfis y la secundaria en el colegio
público en Feldkirch. Aunque su padre murió temprano, Lampert pudo continuar
estudiando gracias al apoyo de su tío.
Finalizado el otoño de 1914 ingresó al
seminario arzobispal de Brixen, donde recibió la ordenación sacerdotal el 12 de
Mayo de 1918 por el obispo Franz Egger. Su primera misa la celebró el 26 de
mayo de 1918.
Carl
Lampert comenzó su labor como capellán en Dornbirn, donde su obra fue dedicada
sobre todo a los jóvenes. En 1930 se trasladó a Roma, con el apoyo financiero
del obispo Sigismund Waitz, con el fin de estudiar derecho canónico, ingresando
al Pontificio Instituto Teutónico de Santa María DellAnima,
donde permaneció hasta 1935, trabajó como secretario de la Rota Romana.
En
1935 obtuvo el título de abogado y también fue nombrado Monseñor.
El
1 de octubre de 1935, Lampert se incorporó a la diócesis de Innsbruck. Aquí, a
petición de Obispo Waitz, debe supervisar la creación del tribunal de la
iglesia, una tarea bastante administrativa. También fue capellán del Seminario
de Innsbruck y en 1936 presidente de la editorial católica Tyrolesa.
A
mediados de los años 1930, Lampert era considerado un potencial obispo de
Innsbruck, pero el Papa Pío XI decidió otra cosa y el 15 de octubre de 1938
seleccionó para ese cargo al joven sacerdote Paulus Rusch, quien era
administrador apostólico de esa diócesis.
El 15 de enero de 1939 Lampert fue
nombrado provicario, por consiguiente era el representante de Rusch.
Franz
Hofer, quien en la administración nazi tenía el título de Gauleiter o líder de
la zona Tirol-Vorarlberg impuso, una política estricta en contra de las
iglesias. Lampert sin embargo expresa su opinión en público en repetidas
ocasiones.
El
Führer había indicado que los obispos no debían ser llevados a las cortes
nazis, pero esa orden no protegía a Lampert, representante del obispo.
Hofer
ordenó cerrar monasterios y arrestar a los religiosos, entre los sitios
cerrados podemos destacar el Canisianum (seminario sacerdotal) en noviembre de
1938, y en los primeros días de marzo de 1940 el Monasterio de Adoración
Perpetua de Innsbruck, ya que las monjas no aceptaban las órdenes dadas por los
nazis.
Hofer
culpó de ello al Provicario Lampert y lo hizo arrestar el 4 de marzo de 1940.
Después de diez días de detención en las celdas de la policía de
Innsbruck-Adamgasse Lampert fue puesto en libertad.
El
23 de marzo del mismo año, Radio Vaticana, hace público un informe en
lengua alemana- sobre la situación de la Iglesia y la represión del régimen
nazi en Innsbruck.
El
Provicario Lampert fue detenido nuevamente.
Las autoridades nazis comienzan a
ver en Lampert un espía de la Ciudad del Vaticano. Sin embargo, se encontró de
nuevo liberado después de un tiempo relativamente corto. La siguiente vez
Lampert no tendría tanta suerte.
En
1939 un párroco en Götzens, Otto Neururer, fue deportado a Dachau. Lampert
intentó en vano que dejaran libre a Neururer, ya que aquel estaba mal de salud.
El 30 de mayo de 1940 Neururer fue asesinado en el campo de concentración de
Buchenwald.
El
régimen envió las cenizas de Neururer a Götzens con el fin de enterrarlos
anónimamente. Pero Lampert publicó una nota necrológica en un periódico de la
iglesia, en el que citaba el lugar en que Neururer había muerto, por violar las
normas de confidencialidad, los nazis lo arrestaron de nuevo el 5 de julio de
1940.
Ahora
era Carl Lampert quien era deportado a Dachau, era el 25 de agosto de 1940.
El
1 de septiembre de 1940 fue trasladado al campo de concentración de Sachsenhausen
cerca de Berlín. Allí fue asignado a la unidad disciplinaria, donde era
sometido a trabajos forzados.
Sin embargo, él se aferró a su fe, tal como lo
demuestra el contacto que Lampert tuvo con Josef Steinkelderer (director de
Caritas en Innsbruck), también encarcelado en Sachsenhausen, este le susurró a
Lampert "Martyres sumus" (somos mártires), a lo que Lampert respondió
"In Christi nomine pro ecclesi" (En el nombre de Cristo por la
Iglesia).
Después
de tres meses en Sachsenhausen Lampert fue llevado a Dachau el 15 de diciembre
de 1940, donde permaneció durante ocho meses en prisión. El 1 de agosto de 1941
fue puesto en libertad, pero con la orden de alejarse de la zona de
Tirol-Vorarlberg.
El
16 de Agosto de 1941 se trasladó a Stettin, donde ejerció como párroco en
Carolusstift. También cooperó como capellán en los hospitales de Swinoujscie y
Parchim .
Lo
que Lampert no sabía era que la Gestapo había puesto a un espía a trabajar
cerca de él, era el ingeniero Georg Hagen, quien aparentemente era un enemigo
de los nazis y hombre profundamente religioso que buscaba mejorar su
espiritualidad y aprender más sobre la Biblia, pero en realidad se trataba de
un miembro de la Waffen-SS llamado Franz Pissaritsch, de manera subrepticia
mantuvo conversaciones con Lampert intentando obtener alguna declaración contra
el régimen nazi, lo que nunca consiguió, después de unos meses de espionaje sin
obtener ninguna prueba concreta, Pissaritsch diseña una conspiración según la
cual Carl Lampert tenía un transmisor enemigo con el cual había difundido
información militar y favorecido actividades hostiles.
Esta
acusación es la escusa para una ola de arrestos realizados el 4 de febrero de
1943, en total unos 40 sacerdotes y monjas fueron detenidos, entre ellos Carl
Lampert. En los meses siguientes Lampert fue sometido a intensos
interrogatorios y torturas.
Dos
ejemplos tomados de las actas de Lampert:
Comisario
Trettin , "Sr. Lampert, usted es un hombre sensible, saldrá de la Iglesia
y del sacerdocio. Testifique para el Führer Adolf Hitler. Te daré un buen
trabajo!".
Lampert
: "Comisario, yo amo a mi iglesia. Sigo siendo fiel a mi Iglesia y al
sacerdocio: ¡Estoy a favor de amar a Cristo y a su Iglesia!".
Pregunta
: "¿Qué valoras más: el Evangelio o "Mi Lucha" de Hitler?
".
Lampert
respuesta : "¡El Evangelio es la Palabra de Dios y predica el amor. El
libro de Herr Hitler es obra del hombre, y predica el odio!".
El
juicio contra Lampert y otros dos sacerdotes, Herbert Simoleit y Friedrich
Lorenz, se realizó en diciembre de 1943 ante el Tribunal del Reich en Halle
(Saale). Incluso en los tribunales Pissaritsch, el hombre de la SS, apareció
bajo su nombre falso ingeniero Hagen, para confirmar sus declaraciones a la
fiscalía.
Lampert
fue declarado culpable, por primera vez, el 20 de Diciembre 1943. El proceso
tuvo que repetirse por luchas internas en la función judicial, luchas que
incluso llevaron a que el juez Wermer Leuben se suicidara luego de que
declarara que "¡Su única tragedia es que son los sacerdotes
católicos!"
El
segundo juico se realizó el 8 de septiembre de 1944 y fue condenado a muerte
junto a los dos citados sacerdotes.
El
13 de noviembre de 1944 se llevó a cabo la ejecución de Lampert mediante la
guillotina, el reloj marcaba las 4 P.M., el P. Carl Lampert murió pronunciando
los nombres de Jesús y de María.
La
urna que contiene sus cenizas fue enterrada en el pabellón y después de la
guerra, en 1948, fue trasladada a su ciudad natal.
El
13 de noviembre de 2011, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI, fue
beatificado. Este acto se realizó en la Parroquia de Saint Martin, en Dornbirn,
Vorarlberg (Austria) y fue presidida por Cardenal Angelo Amato.




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