Vietnam
es un país muy sufrido. Quizá hemos escuchado hablar de él por la guerra, o por
la matanza de 2 millones de personas por el régimen de Pol Pot. Pero lo que muy
pocos saben, es que la Iglesia Católica en Vietnam es muy floreciente a pesar
de que desde hace más de 400 años no ha dejado de ser perseguida.
Desde 1645 a
1886 se dieron 53 edictos de persecución por parte de los reyes, sin considerar
que el gobierno comunista ha perseguido implacablemente a los católicos de
estas tierras en las últimas décadas también. Más de 130 000 mártires han dado su
vida por la fe en ese lejano país asiático.
El
antiguo refrán que dice: «sangre de mártires, semilla de cristianos» se ha
cumplido en Vietnam.
En el siglo XVI, el misionero francés Alejandro de Rodhes
inició la evangelización de este país. No tardó en ser expulsado, pero la
semilla estaba sembrada y los fieles vietnamitas demostraron una admirable
fidelidad al Evangelio. Con el paso de los siglos, misioneros de distintas
Órdenes Religiosas siguieron evangelizando en los tiempos en los que había una
relativa paz, pero una y otra vez los católicos fueron perseguidos y
asesinados.
Andrés
era hijo de padres no creyentes que lo vendieron a un catequista. El catequista
lo lleva a una misión, en donde el niño Andrés aprendió a amar a Jesucristo de
tal manera que al poco tiempo, ya estaba enseñando a los otros como catequista.
Su amor al Señor se fue incrementando en medio de las dificultades que sufría
la Iglesia y descubre el llamado del Señor al sacerdocio. Sigue sus estudios
teológicos y es ordenado el 15 marzo de 1823. Realiza su apostolado en varias
parroquias hasta que es arrestado en la persecución del rey Minh-Manh. Es
liberado y clandestinamente atiende sacramentalmente a sus fieles.
Arrestado
nuevamente el 10 de noviembre de 1839 y trasladado a la prisión de Hanoi, es
interrogado y se le invita a apostatar de la fe, a lo que naturalmente se
niega. Su condena: ser decapitado y la sentencia se cumple el 21 de diciembre
en 1839. El Papa San Juan Pablo II lo escogió para encabezar la lista de los 116
mártires de Vietnam que canonizó en 1998.
La semilla de la fe en Vietnam está
regada con la sangre de mártires y santos. Hoy este país cuenta con 25 diócesis
(10 en el Norte, 6 en el Centro y 9 en el Sur) y los católicos son
aproximadamente 6 millones (casi el 10% de la población); la Jerarquía Católica
Vietnamita ha sido constituida por el Papa Juan XXIII en 1960.
La
lista completa de los mártires canonizados con San Andrés Dung-lac la ofrecemos
en la parte final de esta breve reseña. Son obispos, religiosos, catequistas y
laicos.
Fueron:
10
franceses: todos de las Misiones Extranjeras de París: 2 Obispos, 8 Sacerdotes;
96
vietnamitas: 37 Sacerdotes (11 de ellos dominicos) y 59 Cristianos (entre
ellos: 1 seminarista, 16 catequistas, 10 terciarios dominicos y 1 mujer).
"Estos
son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus
vestiduras en la sangre del Cordero" (Apoc. 7,
13-14), según el siguiente orden cronológico:
2
caídos bajo el reinado de TRINH-DOANH (1740-1767)
2
caídos bajo el reinado de TRINH-SAM (1767-1782)
2
caídos bajo el reinado de CANH-TRINH (1782-1802)
58
caídos bajo el reinado del Rey MINH-MANO (1820-1840)
3
caídos bajo el reinado del Rey THIEU-TRI (1840-1847)
50
caídos bajo el reinado del Rey TU-DUC (1847-1883)
Y
fueron ajusticiados de la siguiente manera:
75
condenados a la decapitación,
22
condenados a ser estrangulados,
6
condenados al fuego, quemados vivos,
5
condenados al desgarro de los miembros del cuerpo,
9
muertos en la cárcel debido a las torturas.
Fueron
canonizados por San Juan Pablo II el 19 junio del año 1988.







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